Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
No sé si el Ayuntamiento de Granada, ahora más preocupado en esa promoción por conseguir la capitalidad cultural que en otra cosa, ha aprobado ya las medidas previstas (hay un mapa) contra el ruido que soporta esta ciudad, que un estudio la pone como la cuarta más ruidosa de España, por detrás de Santa Cruz de Tenerife, Alicantes y Bilbao. Es verdad que aquí tenemos muchas terrazas que atender y muchos jaleos ciudadanos que son propios de las ciudades grandes, pero está desatendiendo gravemente uno de los factores sonoros de las urbes: el tráfico rodado, sobre todo esas motos que berrean a cualquier hora del día y de la noche provocando el estrés propio al que las oye. Creo que alguno de ustedes se acordará, yo lo recuerdo porque fue una noticia que cubrí para el periódico en el que trabajaba, de un suceso en el que tuvo que ver una moto ruidosa. En la década de los ochenta, un vecino de una calle céntrica y estrecha de Granada le desencajó un tiro a un motorista que en plena sienta pasaba todos los días, una y otra vez, con su motocicleta a toda pastilla y con el escape libre por la citada calle. El chaval, pues la víctima era muy joven, había encontrado esa diversión y así la practicaba sin tener en cuenta el estruendo que provocaba. Hasta que un día un vecino, cansado de tanto zumbido inmisericorde, sacó la escopeta y disparó al chico. El hombre fue a la cárcel, por supuesto, pero hubo cartas al director en el periódico, no justificando el asesinato pero sí comprendiendo la ansiedad que sufría el agresor a consecuencia de los malas hábitos de la víctima. A la hora de la condena, la situación personal del vecino fue un atenuante. En el año 2000 se constituyó una asociación llamada ‘Granada contra el Ruido’, que presidía el inefable Francisco Morales, una verdadera mosca cojonera a la hora de pedir a los gobernantes locales que tomaran medidas para que Granada no fuera considerada una de las ciudades más ruidosas de España. No sé si sigue viva esa asociación, pero desde que falta Francisco Morales parece que no haya nadie que denuncie la pasividad de las autoridades con este problema. Morales dijo en una entrevista que “las motos son los vehículos más ruidosos y la ordenanza municipal, en lugar de inmovilizarla y obligarla a pasar la ITV cuando las paran, se centra sólo en multarlas. Y no siempre lo hacen”. Visto lo visto y oyendo lo que se oye, el problema sigue intacto.
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