La ciudad y los días
Carlos Colón
Lo único importante es usted
Uno es de donde se le echa de menos. Lo tengo claro. He estado fuera de Granada varios días y María, cocinera del Aixa, me pregunta con su potente voz: ¿Aónde te has metío estos días? Yo le cuento en donde he estado y ella me contesta: “Pues a ver si no te pierdes tanto”. Algunos bares no son solo donde uno se toma una cerveza o un café, sino un sitio en donde tienes la seguridad de que tu ausencia les preocupa. Un bar también es el mejor sitio para luchar contra la soledad. Y para los periodistas la barra de un bar no deja de ser un yacimiento de primicias. Pones el oído a cualquier conversación y puede surgir la noticia. En el bar Provincias me enteré de que en una boda de postín celebrada en la Huerta del Sello el novio desapareció y dejó a los invitados plantados. Novio a la fuga, titulé aquel reportaje, plagiando el título de una famosa película. Pero esta noticia no era una ficción peliculera, era real. Me lo contó en la barra de ese bar uno de los asistentes al evento: el novio desapareció durante el convite y todos los esfuerzos de la novia y sus familiares por buscarlo fueron inútiles. Por lo visto fue la manera que tuvo el novio de vengarse de la novia por una putada que esta le había gastado. El matrimonio duró tres horas.
Al Provincias iba yo de vez en cuando a echar la ligá, que es como le llamamos en mi pueblo a ese ritual de beber unas cervezas antes de comer. Iba con Piñero, con García Manzano, con Esteban de las Heras, con Pepe Cortes, con José Luis de Mena… Al vernos entrar Jorge, el camarero infinito, hacía el pedido: ¡Unas migas con sardinas para los de Ideal! El bar Provincias, que mañana hace justo 80 años que se abrió al público, es ese tipo de establecimientos en los que si no vas te echan de menos. Me acuerdo que al bar Provincias, cuando aún no lo habían descubierto los turistas, llevé una noche a Eduardo Mendoza. Y en una de sus mesas entrevisté a Mario Benedetti. Ambos se fueron encantados por el ambiente, las tapas y el trato recibido en aquel lugar. Frecuentar el Provincias ha sido para mí una tarea que he impuesto a mi rutina, no todas las veces que quiero porque siempre lo encuentro lleno. Por algo será. Larga vida al Provincias.
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