Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Vivimos tiempos en los que se va imponiendo una realidad distópica como consecuencia de acciones y políticas que nos están llevando a la paulatina pérdida de derechos a pasos agigantados; derechos que pensábamos consolidados pero día tras día vemos que no es así.
Ahora, con la decisión del PP en el Ayuntamiento de Madrid al apoyar una iniciativa de Vox para establecer medidas de presión sobre las mujeres que quieran abortar; para ello usan bulos contrarios a la ciencia médica sobre falsas consecuencias en la salud de dichas mujeres. Esta postura, un falso síndrome postaborto finalmente avalada también por el PP nacional de Feijóo, vuelve a suponer un paso más en la estrategia de erosionar derechos de las mujeres en España.
Se van generando así condiciones opresivas e injustas contra las mujeres en una estrategia cada vez más explícita desde los sectores políticos de la derecha más extrema; van haciendo palpable una situación cada vez más indeseable en la que se van perdiendo libertades y se incrementan las acciones de control social autoritario desde determinados ámbitos del poder ejercido por partidos populistas.
La manipulación de la opinión pública es una de las herramientas que se usan para generar esta realidad distópica: se inventan efectos adversos en la salud de las mujeres que abortan y se adhieren medios de comunicación afines o miembros de la propia cúpula de la iglesia católica, para presionar e intentar anular el ejercicio de un derecho que tanto esfuerzo costó conseguir.
Siempre contra las mujeres, siempre la derecha extrema y siempre los sectores reaccionarios de la Iglesia católica, mostrando su incapacidad de entender los derechos como algo de obligado respeto. Y en este caso, Feijóo que no es capaz de tener una posición centrada al sentirse presionado por el PP madrileño de Ayuso y Almeida, manteniendo una posición política basada en bulos; algo que además parece que solo beneficiará electoralmente a Vox.
Creo que no debemos permitir perder ni un milímetro en los derechos conquistados en los últimos años, tanto en las políticas de igualdad de la mujer como en el resto de derechos de ciudadanía. Esta distopía nos afecta y perjudica al conjunto de la sociedad. Esto no es solo un asunto de las mujeres en el ejercicio de sus derechos; es un asunto de toda la sociedad.
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