Vía Augusta
Alberto Grimaldi
¿Hay también una ‘vía extremeña’?
De la histórica portada del número 235 de Cambio 16 publicada el 7 junio de 1976 a la entrevista concedida por Juan Carlos I a Le Figaro promocionando la publicación en Francia de sus memorias, cuya edición española aparecerá en diciembre, va el arco periodístico de este personaje sin lugar a dudas histórico –todos los monarcas lo son por la naturaleza de su cargo, pero este más– que dilapidó con sorprendente torpeza su prestigio ganado por encabezar la transición de la dictadura a la democracia gobernando una frágil barca tripulada por centristas ex falangistas, liberales ex franquistas, comunistas ex estalinistas y socialistas neo socialdemócratas que supieron interpretar la voluntad abrumadoramente mayoritaria del desmontaje pacífico del franquismo y la instauración igualmente pacífica de la democracia.
Quien prefiera la historia a la memoria y el documento al relato, y desee conocer todos los detalles, tiene a su disposición los dos tomos de El Parlamento de papel: las revistas españolas en la transición democrática de Manuel Ángel Menéndez e Ignacio Fontesn (Asociación de la Prensa de Madrid, 2004). La famosa portada –Juan Carlos bailando vestido de Fred Astaire con el fondo de Nueva York, en una caricatura de Enrique Ortega– fue el símbolo visual del enorme impacto popular y mediático del discurso que Juan Carlos I pronunció ante el Congreso de los Estados Unidos el 2 de junio de 1976. Especialmente cuando, hacia el final, dijo: “La Monarquía hará que, bajo los principios de la democracia, se mantengan en España la paz social y la estabilidad política, a la vez que se asegure el acceso ordenado al poder de las distintas alternativas de gobierno, según los deseos del pueblo libremente expresados”.
Era la primera vez que decía en público la palabra democracia. “El Rey promete la democracia. El Monarca ha estado más explícito en sus palabras ante los congresistas americanos que ante los procuradores en Cortes el día de su juramento”, tituló El País. Lógico: el objeto del viaje era asegurar el apoyo de la administración de Gerald Ford al proyecto del rey. Un encolerizado Carlos Arias Navarro intentó secuestrar aquel número de Cambio 16 y suspender la publicación de la revista durante cuatro meses. Pero la suerte estaba echada. Continuará mañana.
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