A dónde va la ropa usada

01 de marzo 2025 - 03:08

Una investigación del diario El País ha puesto de manifiesto el recorrido que realizan las prendas de ropa usada que muchas personas depositamos en los contenedores dispuestos en nuestros barrios, pensando que esas prendas llegaran a personas que las necesiten o serán recicladas respetando el medio ambiente.

En esa investigación se ha constatado que en algunas ocasiones, las prendas son desviadas a canales de comercialización de ropa usada que generan cuantiosos beneficios a sus propietarios. En otras ocasiones, toneladas de ropa contaminan el medio ambiente, bien al ser quemadas sin control alguno, bien flotando en playas lejanas del continente africano. Ghana, Marruecos o Kenia son algunos de los países en los que las prendas que nos sobran acaban de una u otra forma.

Todo esto expresa un modo de vida propio de la sociedad de la abundancia, en la que una parte de la sociedad mundial (la que habita en países más ricos), consume prendas de manera compulsiva y cuando se deshace de ellas genera un auténtico basurero textil en otros países más pobres. Disponemos de un sistema de moda rápida, la llamada fast fashion, que está generando verdaderos desastres ambientales y de salud pública.

En el caso de España, los canales de recogida de ropa usada suelen estar gestionados por organismos oficiales u organizaciones no gubernamentales que, al menos en teoría, deberían garantizar una gestión adecuada del proceso de reciclado para que se haga con el debido respeto al medio ambiente o pueda ser reutilizada en casos de personas con bajos recursos.

Desgraciadamente esto no es siempre así, lo que nos debe llevar a exigir controles que permitan garantizar una gestión adecuada de todos los procesos. Investigaciones como la comentada en esta tribuna ponen de manifiesto áreas de mejora en ese sentido. De no garantizar los adecuados procedimientos, se puede reforzar la desconfianza de la ciudadanía en esos canales.

Por otra parte, cabe reflexionar sobre nuestros patrones de consumo de ropa, que expresan en ocasiones unas costumbres ligadas a compra compulsiva que quizás convenga moderar o modificar. No siempre la ropa que compramos se ha fabricado en empresas con trabajadores pagados adecuadamente y con sus derechos laborales garantizados y, además, estamos contribuyendo a todo un desastre ambiental, aunque sea en lugares que equivocadamente creemos lejanos.

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