Bloguero de arrabal
Pablo Alcázar
Turratenientes
No hay rosa sin espinas, todo lo bueno tiene algo malo. Por eso, por mucho que el ser humano se considere en la cima de la pirámide evolutiva, como resultado un larguísimo proceso que partió, hace miles de años, de los homínidos, ahora le toca sufrir la cara B de ese proceso, la viruela del mono. Con (esperemos) ironía, un vecino del centro de Granada ha dejado esta reflexión en las calles de la capital, recordando a todo el que lo lea que nos creamos los animales superiores, no dejamos de seguir siendo primos hermanos de lo monos.
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