Esto no es serio

La política y la justicia en este país se están convirtiendo en un sainete, o peor, en una farsa

Aquellos que vivimos la transición en la juventud, sea mi caso, podíamos recordar al señor Tamames como un "rojo comunista" que no aparentaba salir de la fábrica para luchar por la dictadura del proletariado y además escribía sesudas obras sobre el capitalismo y los límites del desarrollo. Por algún rincón tendré guardado sus libros de economía, que han tenido más suerte que otros sobre el eurocomunismo que ya fueron convertidos en pasta de papel, supongo. Los jóvenes de ahora, si alguno se interesa por la política, tendrán la impresión de que el tal Ramón Tamames es uno de esos jubilados que cobra una pensión y que, sin otra cosa que hacer, se fue donde los políticos se insultan y pasó un rato, para en dos días no acordarse muy bien de lo que hizo. En verdad, esa política cuesta tomarla en serio.

Aquellos que no vivimos de esa política que aparenta ser un sainete, estilo moción de censura del viejo profesor, podríamos sospechar que la mejor forma de evitar la cárcel es, precisamente, meternos en política y cometer cualquier desaguisado con los fondos públicos, con o sin enriquecimiento personal, favoreciendo a amiguetes y familiares, que siempre nos lo pueden agradecer con el tiempo y salir con pancartas diciendo que somos inocentes y que todo es culpa de los jueces que nos tienen manía o de los otros que además son mucho más culpables que nosotros.

Siempre es difícil dar un consejo, pero oigan: entren en política. Prometan lo que quieran, mientan más que hablen, roben lo suficiente para poder meter el dinero en cajas de zapatos o bajo el colchón, intenten dividir al país pero haciendo el alboroto justo, váyanse de meretrices y de copas, y pongan ustedes varios etcéteras; y a lo mismo no les encuentran pruebas o les cambian las leyes para ustedes, y si les condenan, después de años y años de retrasar el proceso, hasta el mismo tribunal que parece les va a condenar, resulta que monta una farsa y les pide un indulto. En verdad, esa justicia cuesta tomarla en serio. A resultas que esa política y esa justicia no se ponen de acuerdo para legislar en cosas de interés general y mantiene empantanados sus más altos cargos con un pasteleo de jueces progresistas y conservadores.

Me pregunto, y creo me repito: ¿En qué política puedo creer? ¿Cuántas justicias hay? ¿Cuál me puedo tomar en serio? Vale.

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