Lo urgente y lo importante

En tiempos de incertidumbre, como son los presentes, es mucho más fácil emborronar la visión con espejismos

Está siendo diciembre un mes terrible en el que han sido asesinadas 10 mujeres (y van 47 este año) a manos de sus parejas o ex parejas. Y aunque ese solo dato ya es terrible, lo es aún más si tenemos en cuenta que significa el mes de diciembre con más muertes por violencia machista desde que se recogen estadísticas. Y también porque, mientras tanto, los titulares de prensa, los debates televisivos o las tertulias radiofónicas están llenas de otras cosas, ninguna de este doloroso y sangrante recuento. Demasiadas veces ocurre que lo urgente nos impide ocuparnos de lo importante.

En Andalucia está siendo noticia de portada que la Junta prepara un recurso de inconstitucionalidad contra el Impuesto a la Solidaridad de las Grandes Fortunas aprobado hace escasos días por el gobierno del Estado. Por descontado, mientras el Constitucional decide (lo que habitualmente es un larguísimo proceso) el gobierno andaluz pedirá también la suspensión cautelar de dicho impuesto. Ese es otro de los temas estrella de este mes en los titulares: las medidas cautelares o cautelarísimas.

Mientras tanto, en Granada esta vez, las listas de espera para recibir atención de un especialista del Sistema Andaluz de Salud son de cuatro meses de media y todos los datos de respuesta asistencial confirman un empeoramiento, da igual en consultas externas o en lista de espera para operaciones. De manera simultánea y paradójicamente, los conciertos con la sanidad privada han aumentado de forma considerable, con reflejo incluso en los presupuestos de la Comunidad.

El pasado 8 de marzo no hubo declaración institucional contra la violencia machista en el Ayuntamiento de Granada porque uno de los partidos representado en el Pleno niega que exista ese concepto. En el Pleno de diciembre, otro partido votó en contra de la moción que pedía al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucia más presupuesto, más recursos y mejor planificación para garantizar una sanidad pública universal, gratuita y de calidad, que se frene la privatización y se garanticen los plazos de atención establecidos por ley. Ni siquiera importó que entre los integrantes de ese grupo municipal haya un médico, al que más que a nadie debería interpelar esta cuestión.

Con demasiada frecuencia se hace realidad aquel dicho de los árboles que no dejan ver el bosque. Y en tiempos de incertidumbre, como son los presentes, es mucho más fácil emborronar la visión con espejismos. Pero es necesario, incluso imprescindible, que lo urgente no nos impida ver lo importante. Y que seamos capaces de actuar en ambos frentes.

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