Los pensamientos más peregrinos, intrascendentes, pueriles, surrealistas… los he tenido siempre echando un pitillo en la ventana. ¿Qué años tiene mi sobrino mayor, 15 o 16? ¿Cuándo llegará el día que el murciélago que revolotea a la altura de mi piso se estampará con mi cara y me provocará un infarto? ¿Por qué en el sintagma comité de empresa no agregamos ya el artículo la? ¿Existe Dios?... Si reflexiono mucho, empalmo otro cigarro.

Visualizo algo parecido en La Moncloa, con Pedro Sánchez e Iván Redondo degustando quinoa o canónigos con pipas (no como Francis y Claire Underwood en House of cards, que compartían caladas mientras preparaban un plan maléfico en la Casa Blanca) en un balcón o una terraza de palacio. "Iván, todo nos va redondo, perdona por el juego de palabras. Divide y vencerás. Le dimos cancha a Vox para destrozar al PP; desempolvamos a Franco para que se retrataran; somos los dueños y señores del feminismo y gracias por la idea de la corbata moradita que no me la quito ni para ducharme; la Iglesia que píe mucho que azuzamos con el IBI; Ciudadanos se ha tenido que rebajar porque los hemos destrozado, como a Susana Díaz; a los catalanes les hemos montado una mesa coja; los vascos son más listos y de vez en cuando tenemos que aflojar pasta y acercar a unos pocos etarras; podemos pactar con Bildu y la culpa es de Casado; hay que montar pronto otra performance como la del aplauso tras el acuerdo de Europa, como si hubiéramos ganado el Eurobásket; a los taurinos, ni agua, aunque les moleste a Calvo y Ábalos; vuelve a darle de comer a la prensa con el caso Dina porque veo envalentonado a Iglesias; nuestra penúltima bala es la Monarquía, vamos a envarbascar la situación para obligar a Felipe VI a largar al padre y ya tú si eso miras las tendencias y los algoritmos, no sea que nos pasemos y salgo en defensa de las instituciones democráticas, que yo valgo para un roto y para un descosido. Iván, por cierto, como creo que vamos a estar aquí varias décadas, porque la estamos liando con sólo 120 diputados, ve pergeñando una idea que me ronda la cabeza para seguir haciendo historia. Si la Corona se va al garete, quiero ser presidente del Gobierno y la República. A la vez. Mueve los hilos necesarios, sin prisa pero sin pausa. O mejor. Me nombran Rey a mí. Y mi Begoña, Reina. ¿Qué te parece? Empieza a mover el tema en las redes". "Me pongo a ello, presidente. En un tiempo será Su Majestad Presidencial".

Palabrita del Niño Jesús que mis cigarros sólo contienen nicotina.

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