Un asfixiante y estéril debate político

31 de agosto 2025 - 03:09

El debate político se ha convertido en España en una porfía estéril y asfixiante entre los gobiernos de las comunidades autónomas y el central. Viene ya de lejos, comenzó a agravarse con motivo de la epidemia del Covid, aunque ha sido este verano, a causa de los incendios forestales, cuando ha alcanzado unos niveles desagradables. Tanto es así que lo normal será que la ciudadanía se aparte de este cruce de acusaciones que aburre hasta a los más cafeteros. No sólo la política queda dañada, el propio modelo autonómico del país será cuestionado porque la necesaria lealtad institucional, imprescindible para el funcionamiento entre los distintos niveles de la Administración, hace tiempo que ha desaparecido. El PP ha forzado la comparecencia de varios ministros en el Senado a lo largo de esta semana para que expliquen su gestión ante los incendios forestales, pero de los presidentes autonómicos, competentes de primera línea en este asunto, sólo el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha ido a su Parlamento... y fue el viernes pasado. El Gobierno central, por su parte, ha actuado ante tales emergencias con una pulcritud administrativista que está lejos del liderazgo que debe ejercer un Ejecutivo que, al fin y al cabo, es el que gobierna la nación. Afortunadamente, el debate público no sólo es el de los partidos, a lo largo del verano ha habido técnicos de incendios forestales, ingenieros de montes, profesionales de la agricultura y científicos que han aportado una información muy valiosa y de la que es posible obtener varias conclusiones. Hay que aplicar nuevas políticas forestales, que fomenten el uso y el aprovechamiento de los montes, para prevenir los grandes incendios del verano, pero hay que invertir en dispositivos de extinción que sean permanentes, profesionalizados y capaces de reducir a conatos la mayor parte de los siniestros.

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