A un mes de las elecciones generales la encuesta de Metroscopia publicada hoy por este periódico dibuja un Parlamento muy fragmentado en el que nadie obtiene la mayoría absoluta. Dicho sondeo apunta a que sería el PSOE el que más escaños conseguiría el 28 de abril (124), seguido muy de lejos por PP (73), Ciudadanos (54), Podemos (37), Vox (31) y otros (31). Así las cosas, será necesario un pacto para asegurar la gobernabilidad del país. Descartado por cuestiones aritméticas un acuerdo de las derechas a la andaluza (PP, Cs y Vox), según esta encuesta sólo quedarían dos opciones realistas: una de corte constitucionalista (PSOE y Cs) y otra que sería una mezcla de los socialistas con formaciones nacionalistas (algunas de ellas independentistas) y Unidas Podemos. Es decir, como se dice ya coloquialmente, un Gobierno Frankenstein.

La reedición de dicho Gobierno Frankenstein supondría un inmenso error. Sencillamente, además de su evidente fragilidad parlamentaria, es un despropósito que el Gobierno de España dependa de los votos de partidos que quieren romper su unidad y secuestrar su soberanía. Más en unos momentos en los que, tras el juicio del procés que se celebra estos días en el Tribunal Supremo, es posible que el independentismo intente una ofensiva final y desesperada. Asimismo, depender de los votos de una fuerza como Unidas Podemos obligaría al hipotético futuro Gobierno de Sánchez a tomar medidas de carácter populista que podrían ser muy perjudiciales para nuestra economía, la integración europea y la política exterior. Así las cosas, según este sondeo, el único Gobierno posible moderado sería el formado por un pacto entre PSOE y Cs. De hecho, según la encuesta, sería la elección preferida por la mayoría de los ciudadanos, que también apostarían por una coalición de PSOE, PP, Cs, algo que, siendo realistas, es prácticamente imposible en la España actual.

Con estas expectativas, queda más claro que nunca que el candidato a presidente de Cs, Albert Rivera, se ha equivocado al comprometerse solemnemente a no pactar con el PSOE para formar Gobierno, un veto absurdo que ata las manos del líder naranja a la hora de aportar soluciones en un escenario poselectoral tan complicado como el que se espera. Los ciudadanos españoles quieren moderación y diálogo entre las principales fuerzas constitucionalistas. Rivera debe madurar más su postura. Los cordones sanitarios pueden hacerle mucho daño al país.