Las obras para arreglar el deslizamiento que motivó el corte de un carril en cada uno de los sentidos de la circulación de la A-7, a la altura del municipio de Gualchos-Castell de Ferro, ya han comenzado. Las máquinas se encuentran en la zona trabajando en la parte superior de la montaña para después acometer la parte de la calzada. Según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno a este periódico, se ha procedido "desde la semana pasada" a la "mejora de los carriles que van hacia Almería y para los que se desviarán en principio el tráfico, para trabajar en los que se dirigen a Cádiz".

La alcaldesa de la localidad costera, Antonia Antequera, confirmó a Granada Hoy que "las máquinas se han estado preparando para acometer la intervención, con trabajos previos". En concreto, se trata del acondicionamiento para el carril en sentido Albuñol. Sin embargo, la regidora mostró su preocupación ante un eventual corte en la circulación. "Yo creo que al final eso no ocurrirá, sino que primero darán paso en un carril y luego en otro", comentó la edil.

Efectivamente, fuentes del Ejecutivo central explicaron que el corte total de la A-7 no se va a producir, sino que primero se cortará en sentido Málaga y luego Almería, recayendo en el otro todo el peso de la circulación, aunque seguirá habiendo un carril en cada sentido, como hasta ahora. A pesar de que uno de los dos carriles en ambos sentidos lleva cortado desde hace 8 meses, la situación hasta ahora "no ha afectado" al municipio, que incluso este año ha recibido un buen número de visitantes, sobre todo, este verano.

"No se han producido caravanas ni retenciones", afirmó la alcaldesa. Asimismo, Antequera creía que las obras ya en la parte de calzada se producirían cuando terminara la temporada estival, para no entorpecer los desplazamientos de los turistas, que van a más en este municipio desde la apertura de la autovía. Sin embargo, desde el Gobierno han preferido no esperar más para esta actuación, que ya se lleva retrasando durante demasiados meses, aunque desde Fomento no han avanzado información acerca de los nuevos plazos.

Y es que en marzo de este año se preveía que hubieran empezado las obras, pero el retraso de los trámites burocráticos entorpecieron el cumplimiento de los planes. De una parte, el Ejecutivo central culpó a la Junta de Andalucía de no haber concedido los permisos pertinentes para realizar las voladuras que precisa esta intervención, que moverá 300.000 metros cuadrados de arena y materiales. Por otro, la administración autonómica culpó al Ministerio de Medio Ambiente de la falta de permisos. Finalmente, toda la documentación quedó zanjada en junio y en julio se presentaron las máquinas en el terreno. El importe total de esta obra, declarada por el Gobierno como "urgente" asciende a 2,4 millones de euros.