GUADIX

El Cascamorras llega a Guadix

  • Más de 10.000 espectadores jaleron a los 6.000 corredores que persiguieron a José Manuel Plaza, 'El Maíllo', durante dos horas

El Cascamorras sigue su andadura por la provincia. No había conseguido la misión de traerse la Virgen de la Piedad en Baza y era un día especial para José Manuel Plaza. 15 años después, 'El Maíllo' volvía a encarnar la popular figura por segunda vez.

Es el cuarto año en el que la festividad llega a Guadix con el membrete de fiesta de Interés Turístico Internacional y va camino de convertirse en Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, distinción que podría llegar muy pronto. Y eso se dejó notar con cientos de visitantes que llegaron hasta tierras accitanas desde primeras horas de la mañana, procedentes de todos los lugares del mundo.

El día fue bastante soleado y el Cascamorras pudo completar su carrera en unas dos horas, que fueron vividas con intensidad por más de 6.000 corredores y por unos 10.000 espectadores. La presencia acreditada de múltiples medios de comunicación llegados de todo el mundo evidenció, un año más, que la festividad atrae cada vez a más y más turistas.

En su última edición ha contado con dos principales novedades: la salida se realizó a las seis de la tarde y el recorrido pasó de nuevo por la calle de la Concepción, repitiendo como escenario de fondo el Palacio de Peñaflor. Al final del recorrido, junto a la iglesia de San Miguel, el Ayuntamiento instaló un módulo con cinco duchas perfectamente equipadas para quien quisiese hacer uso de ellas.

'Maíllo' dio mucho juego encarnando la figura de Juan Pedernal e hizo una carrera muy participativa en la que se salió en más de una ocasión del itinerario habitual, dando algún que otro susto a los que no querían mancharse. Entre los corredores, no podía faltar el Cascamorras de Honor, Jesús Samaniego y el presidente de la Hermandad de la Virgen de la Piedad, Juan López, sin el que la fiesta no tendría sentido y al que se le dedicaron varios elogios.

Los gritos de "¡Viva la Virgen de la Piedad¡, ¡Viva el Cascamorras!, ¡Bastetano el que no bote¡ o ¡Esto sí que es un Cascamorras!" fueron una constante a lo largo de todo el recorrido. La tradicional fiesta comenzó con el disparo de cohetes y el redoble de tambores para marcar el inicio de la carrera, que atravesó el centro de Guadix hasta el barrio de San Miguel.

En esta ocasión, 'El Maíllo' fue recibido por los accitanos con pintura, especialmente azul y roja, como 'reproche' por volver un año más sin la patrona de Baza. Desde el Consistorio se cubrieron con plásticos aquellos edificios patrimoniales por los que discurría la carrera a fin de evitar que fueran manchados con pintura.

El Cascamorras hunde sus raíces en una tradición originaria de la Edad Media que se ha ido transmitiendo oralmente de generación en generación a través de los siglos. Según ésta, fue un obrero morisco, Juan Pedernal, vecino de Guadix, el que descubrió que la imagen de la Virgen de la Piedad se encontraba enterrada y había quedado en poder de los bastetanos, custodiada en el Convento de la Merced, por lo que decidió acudir en su rescate bajo ese nombre ficticio.

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