El Centro Geominero volverá a abrir sus puertas en mayo
El edificio, cerrado desde julio de 2011, fue visitado por miles de personas y mostraba la importancia del pasado minero en la zona
El Centro Geominero del Cerro del Toro volverá a abrir sus puertas en un mes y medio, que es el tiempo que estima el Ayuntamiento que tardará en finalizar los trabajos que tienen como objetivo mejorar la seguridad del museo y, sobre todo, afirmar la boca de la mina. Así lo anunció el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Motril, Nicolás Navarro, quien explicó que las labores las está ejecutando una empresa de ingeniería especializada en proyectos de este tipo, por un importe de 50.000 euros. En concreto, la firma está actuando para estabilizar el acceso a las instalaciones, ya que la entrada, al resultar pequeña, se modificó y ocasionó que "quedaran sueltas algunas rocas", que ahora se están consolidando y también se está reafirmando el embovedado inicial con el desmonte en el interior de la bóveda principal, entre otras actuaciones.
El Centro Geominero se inauguró en noviembre de 2009, después de siete años de que se proyectara y de que el actual equipo de Gobierno tuviese que subsanar "importantes deficiencias", según relató Navarro. "En el proyecto inicial había equipos electrónicos en zonas con un 80% de humedad sin proteger y faltaba un espacio para la recepción de visitantes", los cuales tenían que hacer la cola habitual en el exterior.
Después de su apertura, que suscitó gran expectación entre los motrileños, que acudieron de manera masiva a disfrutar de este nuevo espacio cultural (se registraron 500 visitas sólo en el primer fin de semana y 6.000 en apenas mes y medio), se tuvo que cerrar para acometer las obras que subsanasen las mencionadas deficiencias. El edil justificó dicha decisión en que "el museo no ofrecía las condiciones de seguridad necesarias para los visitantes, por lo que no quedó otra salida que cerrarlo al público". Eso ocurrió en julio de 2011.
En la construcción de este centro se invirtieron un total de 967.890 euros, de los cuales el 60% procedían de los fondos Feder europeos y el 40% correspondía a inversión municipal.
La visita por la zona habilitada de la cueva de las Palomas, que volverán a poder repetir vecinos y visitantes antes del verano, era muy rica en estímulos sensoriales. Los recursos audiovisuales mantenían interesado al público a lo largo de todo el recorrido, aparte de las explicaciones del guía. La idea era transportar a los visitantes a través del tiempo de la mano de testigos y restos materiales, mediante unos fascinantes recursos envolventes y, a su vez, didácticos.
Además, la juventud motrileña de los 80 y 90, acostumbraba a entrar de manera secreta para vivir aventuras entre murciélagos y utensilios abandonados de mineros, por lo que su reapertura, por su valor nostálgico, es también muy esperada.
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