Explosión mortal en Guadix

La fatalidad tras el accidente de “los coheteros” que estremeció a Guadix

  • El más joven de los fallecidos es Miguel Pérez, familiar de los dueños y que perdió a un tío en la explosión de 2004

  • Las otras dos víctimas son Eduardo Huete, un vecino de 52 años muy conocido en el municipio, y José Morales que, a sus 55 años, afrontaba su primer día de trabajo

Familiares de los fallecidos en la explosión de Guadix, desconsolados

Familiares de los fallecidos en la explosión de Guadix, desconsolados / Carlos Gil (Guadix)

Dolor es una de las palabras más repetidas en Guadix, una ciudad que asiste con una mezcla de desconsuelo y asombro al espectáculo mediático que se ha generado en torno al accidente mortal que tuvo lugar este lunes en la Pirotecnia María Angustias.

Una explosión que dejó el susto en el cuerpo de todos los habitantes de la comarca accitana y un reguero de desconsuelo entre las familias y allegados de los tres trabajadores que perdieron su vida a causa del shock politraumático que les provocó la deflagración.

Tres residentes en Guadix conocidos en el municipio que dejan tras de sí historias trágicas como la de Miguel Pérez Carmona, familiar de los dueños de la factoría y el más joven de los tres fallecidos a sus 30 años , cuya fatal coincidencia es que ya perdió a un tío en uno de los accidentes previos en la pirotecnia. Tampoco olvidarán en Guadix la pérdida de Eduardo Huete Gómez, de 52 años, una persona muy arraigada en la comunidad de la Ciudad Episcopal. El desenlace vital de José Morales Aparicio, el más veterano entre las víctimas a sus 55 años, también tiene muchas trazas de fatalismo. Resulta que era su primer día con contrato en esta fábrica situada en el Camino de Lugros en la que ya había realizado trabajos previos.

Trabajos policiales en la cueva donde se produjo el accidente Trabajos policiales en la cueva donde se produjo el accidente

Trabajos policiales en la cueva donde se produjo el accidente / Carlos Gil (Guadix)

Guadix sigue superando el duelo mientras encajan las piezas del puzzle para saber cuáles fueron las causas de la explosión que hundió la cueva-polvorín atrapando a los fallecidos mientras otras tres personas en el exterior resultaban heridas por inhalación de humo y que ya han sido dados de alta. La Guardia Civil mantiene la investigación abierta después de efectivos de equipo de Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) haya peinado el perímetro en presencia de la Policía Judicial.

Pero, mientras se esclarecen los hechos, no será fácil retomar la normalidad para una ciudad que este miércoles cumplirá su segunda jornada de luto oficial y que celebrará a partir de las 11:00 horas una misa funeral en la Catedral presidida por el administrador diocesano, José Francisco Serrano.

Las muestras de condolencia se sucedieron ayer por todo el país para Guadix que intenta recuperarse del dolor del tercer accidente mortal de una empresa con 113 años que lleva la bandera de Guadix por España y el extranjero con sus espectáculos pirotécnicos con montajes musicales que se han consolidado en la principal cita del sector como son Las Fallas de Valencia.

Y es que a la pena, lógica, se une el miedo que pasaron por la tremenda explosión los vecinos de toda la comarca, sobre todo los que habitan en el barrio de casas bajas conocido como Las Malvinas y que sintieron que se venía el mundo abajo cuando se produjo la deflagración en la pirotécnica a las 18:30 de este pasado lunes.

"Se movió toda la casa, ¿te acuerdas de la primera que hubo? Ya ha habido tres explosiones, tres veces que ha crujido... ¿Qué hacemos?" Así resumía el accidente un residente del barrio en un corro de vecinos de los tantos que se formaron ayer en las calles y en los bares. "Gracias a Dios que no pasó nada, qué susto que pillé", contestaba una vecina que no podía quitarse de la cabeza la explosión de 2004, en la que fallecieron dos trabajadores, y que estos días ha venido a la mente de todos los accitanos, pues en aquella ocasión el impacto fue tan fuerte que echó abajo buena parte de los cristales de las ventanales y hundió las persianas de las casas cercanas.

Al miedo y al dolor de los que conocían a los fallecidos o a compañeros de ellos, la otra cuestión que centra las conversaciones es la expectación mediática que vive una ciudad poco acostumbrada a semejante despliegue de televisiones, radios y periódicos de todo el país.

Los micrófonos buscaban testimonios directos en bares como el de la Peña Accitana El Reclamo, a escasos metros de la fábrica pirotecnia y lugar habitual de encuentro para los trabajadores de la empresa, que han vivido desde el exterior los trabajos policiales que se alargaron durante buena parte del día.

Allí, en la Peña El Reclamo, y en cualquier rincón de Guadix son inevitables los comentarios sobre el accidente en la factoría de "los coheteros", como los conocen principalmente en el pueblo, aunque para muchos directamente es la empresa de Luis y Paco, los hermanos Pérez que ahora llevan las riendas de una pirotecnia acostumbrada a los elogios y los reconocimientos, pero que por tercera vez en los últimos treinta años ha sido sujeto de la peor noticia posible para una empresa de este tipo. Una explosión que estremeció a Guadix cobrándose tres vidas, que suman a las otras tres muertes entre los accidentes de 1988 y 2004.

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