Las pinturas murales de la Sala de Teólogos y Filósofos ubicada en el Convento de San Francisco de Huéscar, tras cinco meses de trabajo del restaurador local Pedro Corbalán Navarrete, ya pueden ser visitadas por el público.

El acto de presentación de la conclusión de los trabajos se realizó en el propio convento, con representación de los colegios, institutos y resto de centro educativos de la ciudad, además del propio restaurador, la alcaldesa de Huéscar y parte de su equipo de gobierno.

Abrió el acto la concejal de Cultura, Alicia Rodríguez, que apuntó que “a partir de hoy verán la luz unas pinturas que muy pocos han visto y muchos menos han apreciado su valor y que durante muchos años han estado en grave peligro de extinción”. Como conservadora restauradora, que es su profesión, añadió que “este proyecto lo acogí con unas ganas especiales, y puedo asegurar del gran trabajo realizado en esta sala, el trabajo de Pedro Corbalán puede ser ejemplo de buenas prácticas en cualquier universidad, por el acierto en los criterios empleados y el respeto a la obra”.

La alcaldesa, Soledad Martínez, en su intervención destacó que “después de 418 años de la fundación del convento de San Francisco, hoy, celebramos la restauración y recuperación de una de las huellas y legado de Huéscar”.

De igual forma incidió en la importancia cultural de este Convento “por impartir a lo largo de más de dos centurias Cátedras de Filosofía y Gramática, no solo a la orden religiosa, sino también a seglares, destacando el carisma seráfico arraigó, no solo entre los miembros de la Orden, entre los que destacó Fran Luis de Beltrán, de origen navarro”. Por todo esto, y ante el pésimo estado de conservación de las pinturas “que hacían imposible su lectura, tanto desde el punto de vista artístico como iconográfico, y con el fin de salvaguardar este patrimonio para esta y las generaciones venideras, decidimos realizar este esfuerzo y afrontar su conservación, lo que consideramos un acierto”.

El restaurador, Pedro Corbalán, que cursó sus estudios en la Universidad de Granada, y es vecino de Huéscar, cuenta pese a su juventud con un largo historial en tareas de restauración en la Alhambra, entre otros monumentos. Corbalán destacó que este trabajo exigía una especial atención por su parte, principalmente por la dificultad técnica que entrañaba, y con el añadido de tratarse de ser una parte de la historia de su pueblo.

"Llegué a emocionarme en distintas fases de la restauración, conforme iba descubriendo que había debajo de unas paredes oscuras”. También relató las distintas fases de su actuación, comenzando por una primera de limpieza, a las que siguieron las de estucado y reintegración cromática.

En la Sala, que la alcaldesa de Huéscar, calificó “como nuestra pequeña Capilla Sixtina”, se encuentran las pinturas mural en grisella de cuatro doctores, del italiano San Buenaventura, el escocés Juan Duns Escoto, y los ingleses Alejandro de Hares y Guillermo Uckan, además de las representaciones de la Huida de Egipto, también del patrón de los aviadores San José Cupertino, una Alegoría de la Vanidad, el abrazo entre Santo Domingo y San Francisco, y otro con la Estigmación de San Francisco en presencia de Fray León.

Esta Sala de los Teólogos y Filósofos del Convento de San Francisco de Huéscar, puede ser visitada, de martes a domingo, en dos pases dirigidos, uno a las 12 y otro a las 17 horas.