La responsable federal de ecología de Izquierda Unida, Eva García Sempere, ha denunciado este miércoles el impacto negativo de la nueva PAC en el olivar tradicional y ha subrayado la necesidad de protegerlo, no solo por su valor económico, sino también por su riqueza cultural y medioambiental.

García Sempere, de visita en Granada, se ha referido a zonas como la comarca del Poniente de esta provincia, reconocida desde 2003 con la Denominación de Origen Protegida (DOP) debido a las características singulares que su entorno geográfico, tradición e historia aportan al aceite de oliva virgen extra producido en Andalucía.

Esta comarca, integrada por 16 municipios, abarca más de 70.000 hectáreas dedicadas al cultivo del olivar, que es el principal sector generador de empleo y riqueza en la mayoría de los municipios.

La orografía quebrada de la región impide la implantación de cultivos alternativos, lo que convierte al olivar en el único cultivo económicamente viable desde hace mucho tiempo.

Según IU, hasta ahora estos olivares han contado con derechos de pago básico superiores a la media regional de Granada, pero la reforma de la PAC que entró en vigor en 2023 ha supuesto un "drástico recorte" en estos derechos.

Este cambio ha causado un fuerte impacto en municipios con una gran dependencia del sector olivarero, como Montefrío, Íllora, Algarinejo, Zagra y Salar, que han sufrido reducciones de más de un millón de euros por municipio y año, una pérdida de rentabilidad que según IU compromete seriamente la viabilidad económica de las explotaciones y la sostenibilidad del olivar tradicional de montaña.

Por ello, la formación solicita a las administraciones competentes que reconsideren la distribución de regiones establecida en la reforma de la PAC 2023, e insta a la creación de un modelo alternativo que no suponga una carga añadida a las dificultades que ya enfrentan las explotaciones tradicionales de olivar de montaña.

García Sempere, que ha estado acompañada por la coordinadora provincial de IU, María del Carmen Pérez, ha considerado fundamental que las políticas agrarias reconozcan y apoyen las singularidades de las explotaciones tradicionales.