La Guardia Civil ha investigado a un individuo de 69 años como presunto autor de un delito contra la flora y la fauna, después de que una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza de Guadix descubriera que había colocado una red invisible o “japonesa” en su huerto con la que había capturado veintidós jilgueros.

Esta actuación tuvo lugar el pasado día 30 de agosto. Una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil recorría el paraje Camino de Alcudia del término municipal de Guadix, cuando escucharon tras la valla de un cortijo el canto característico de una gran cantidad de jilgueros. Los agentes detuvieron sus motocicletas y observaron detrás de la valla dos jaulones con un número importante de estas aves fringílidas y les extrañó ver entre los girasoles que había en el huerto cuatro postes de unos cuatro metros de altura. Al observarlos más detenidamente con unos prismáticos descubrieron que sujetaban una red “japonesa” o invisible.

Los agentes de Seprona se entrevistaron con el propietario del cortijo y le solicitaron poder inspeccionar las aves que había en las jaulas. Así comprobaron que en los dos jaulones había veintidós jilgueros (Carduelis carduelis) que carecían de identificación mediante anillado individual. También comprobaron que el propietario carecía de autorización para la captura excepcional de fringílidos.

Por otra parte, la Guardia Civil confirmó la existencia de la red invisible o “japonesa” sobre los postes que habían visto desde el exterior. La red medía 8 metros de largo por 3 metros de alto. La red fue desinstalada e intervenida por los agentes del Seprona para su posterior puesta a disposición Judicial. La Ley 8/2003 de la Flora y la Fauna Andaluza recoge que “las redes comúnmente conocidas como invisibles o japonesas, se encuentran dentro de los medios de captura prohibidos, por ser medios masivos, no selectivos”.

La Guardia Civil también liberó los veintidós pajarillos capturados e informaron a este individuo de que iba a ser investigado porque había cometido un delito contra la flora y la fauna silvestre por capturar aves protegidas utilizando medios prohibidos no selectivos.

Una directiva de la Unión Europea relativa a la protección de las aves ha obligado a España a establecer medidas para conservar las especies que viven en estado salvaje, por lo que las diferentes comunidades autónomas han tenido que dejar de autorizar la caza y captura de aves canoras en sus territorios. En Andalucía ya no se autoriza la captura de fringílidos desde el año 2018.