Granada Vaciada

El Turro da una lección de integración para combatir la despoblación

Una de las peculiares clases que se imparten en El Turro.

Una de las peculiares clases que se imparten en El Turro. / Miguel Ángel Molina / Efe

El Turro, un núcleo de Cacín con unos 250 vecinos, combate la despoblación que afecta a más de un tercio de esta provincia con una apuesta por la integración, esa que ha convertido a su alcalde, Juan Miguel Garrido (IU), en el teacher de los vecinos ingleses que ahora chapurrean en andaluz.

Su tinte rural, la autovía pegadita a la frontera y una capital a 40 kilómetros mal contados convierten a El Turro, la última Entidad Local Autónoma (ELA) aprobada en el país hace ya más de una década, en el ejemplo de esa España vaciada contra la que luchan sus vecinos.

Aunque el refrán asegura que a buen entendedor pocas palabras bastan, este núcleo del Poniente granadino se afana por integrar -también en lo lingüístico- a los ingleses que empezaron a llegar hace más de una década y que se han convertido en un oasis frente a la despoblación.

"En estos casos la principal barrera es el idioma y aquí estamos para integrar a todos los vecinos, y ellos son unos más. Así que decidimos invitarlos a los paseos culturales que organizamos para conocer la Alhambra o algunos museos", ha explicado a Efe.

Y de un paseo se pasó a compartir unas cervezas y de esas charlas a una especie de intercambio de idiomas, clases que han convertido al alcalde en el teacher de una docena de vecinos de habla inglesa que, dos días a la semana, se sientan a charlar con acento local.

Alcalde y profesor

"Nos juntamos en una habitación grande a hablar en español, con frases, refranes, un habla popular. Y vamos abordando temas como las partes del cuerpo o alimentos para que se desenvuelvan bien en el médico o cuando van a hacer la compra", ha añadido Garrido.

El alcalde reconoce que su nivel de inglés da para salir del paso pero ha convertido el único edificio municipal de El Turro en una especie de escuela de idiomas en la que los ingleses aprenden palabras y tradiciones y algunos españoles perfeccionan o se introducen en la lengua de Shakespeare.

Sin examen, los vecinos -ingleses y oriundos- han tenido su prueba de fuego este pasado fin de semana con la celebración de la Candelaria, una oportunidad de lujo para compartir charla y tradiciones y chapurrear con otros acentos para avanzar en una integración total.

Buscar futuro

El Turro, que ya vio hace unos años cerrar su única escuela por falta de niños, pelea para seguir siendo pueblo y busca opciones para plantar futuro.

"Estos vecinos, que llegan con la jubilación, no traen niños pero sí oportunidades de trabajo vinculadas a su edad. Algunos ya reciben ayuda a domicilio y otros lo harán en el futuro, y eso también es trabajo y oportunidades para los vecinos", ha añadido Garrido.

El alcalde de la ELA trabaja ahora por mejorar el transporte y que el convenio de autobuses "a demanda" que se le queda corto se amplíe para que los vecinos que necesitan irse, vuelvan.

Este núcleo confía además en los programas contra la despoblación de la Diputación y de la Junta para adecentar un local y abrir una tienda de comestibles para ofrecer lo básico y enseñar así a sus nuevos vecinos palabras como ultramarinos.

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