Los agricultores culpan a la comunidad de regantes de impedir que el agua llegue al campo

Los agricultores de Gualchos-Castell de Ferro, Lújar y Rubite continúan mirando al cielo y cruzando los dedos para que el sol no salga (ayer estuvo nublado) y suba las temperaturas de los invernaderos hasta que, sin agua que regar, se mueran las plantaciones. De ahí que se esté trabajando en los despachos para llegar a un acuerdo que permita que el agua llegue a esta zona de la Costa oriental.

En concreto, el jueves se produjo una reunión en Málaga de la Confederación Hidrográfica en la que se decidió enviar una carta a la comunidad de regantes Motril-Carchuna para que permita que el agua llegue hasta la zona de Castell, puesto que -según denuncian los agricultores- ha bajado la compuerta de manera que pasa un mínimo de líquido, insuficiente como para llegar al este del litoral. "Es como si pusieran un vaso de agua a un centenar de personas sedientas", explica el presidente de El Grupo, Fulgencio Torres, quien, sin embargo, no quiso polemizar entre los culpables de dicha situación que puede traer la ruina a un millar de familiar en la Costa.

El viernes también se produjo otro encuentro de los alcaldes de los municipios afectados, convocados por la Comunidad de Regantes La Unión, que, al parecer, se ha negado a las "extorsiones" a los que sus homólogos de Motril-Carchuna les tienen sometidos. El presidente de la asociación El Espinar, José Fernando García, relata que desde hace más de un año tienen una concesión de agua de 209 litros por segundo, por lo que ahora pagan a la Confederación, pero siguen abonando a la comunidad motrileña el mismo dinero que antes hacían por el agua que percibían en concepto de sobrante.