algarinejo un rincón paradisfrutar
la granada del siglo XXI
El municipio cuenta con otro núcleo, Fuentes de Cesna, en el que se encuentran varios puntos de interés
Un entorno natural, que podría definirse como una joya, es uno de los componentes que describen un municipio a caballo entre Granada y Córdoba, asentado en la falda del cerro del Calvario. Algarinejo, situado en el Poniente granadino, tiene una economía eminentemente agrícola, pero ha encontrado en el fomento del turismo rural una alternativa a tener en cuenta para afrontar el futuro con más optimismo y ofrecer una nueva vía de empleo.
Con poco más de 4.000 habitantes, el cultivo del olivar es la principal fuente de trabajo de la localidad, apenas hay empresas y el final de la temporada de recogida de aceituna supone para muchos vecinos el final también de la temporada laboral. No obstante intentan buscar otras vías de negocio y disfrutan además de un estilo de vida tranquilo y de la confianza de sus vecinos. María Campillo ha pasado toda su vida en Algarinejo, destaca de su pueblo a sus gentes y su entorno natural. "Se vive bien y hay muchas rutas para andar que atraen a gente al pueblo, además algunos extranjeros han elegido el pueblo para establecerse en los últimos años". Sin embargo lamenta que la falta de trabajo haga que muchos jóvenes tengan que marcharse.
El auge del turismo rural está presente en todos los rincones, las señalizaciones de distintas rutas, tanto urbanas, como es el caso del barrio nazarí, como naturales aparecen en cualquier esquina e invitan al viajero a recorrer a pie todo el pueblo y descubrir todo lo que en él se encuentra.
Fuentes de Cesna es el otro núcleo del municipio. Allí se encuentra el parque cultural de Cesna, uno de los lugares más interesantes del municipio para los que decidan acercarse a él. En este paraje, el principal atractivo es la antigua aldea de Fuentes de Cesna, que se encuentra enclavada bajo las faldas de un largo tajo y asomada al embalse de Iznájar. En la zona se conservan también incluso restos de algunas casas ya abandonadas.
Además, dentro del parque natural hay otros elementos de interés como las playas de Cesna o el castillo del mismo nombre, así como la formación caliza del Tajo de la Villa Vieja.
Ya en el mismo núcleo urbano de Algarinejo el paseo resulta también muy agradable para el viajero. Tradiciones y fiestas resultan muy importantes para los habitantes de la localidad. En este sentido, María Jiménez y María Redondo, dos algarinenses de nacimiento, destacan las fiestas "que se viven casi en familia". Además apuntan que en el pueblo "se come muy bien" y destacan las carnes y chacinas de la zona, que son muy conocidos en toda la provincia, así como dulces como las rosquetas de huevo.
El municipio de Algarinejo se presenta así como un espacio por descubrir, en el que la unión de la amabilidad de sus gentes, su entorno y su gastronomía lo convierten en un lugar ideal para disfrutar del tiempo libre.
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