De la Granada vaciada a la Granada viva: La Calahorra confía en que el impulso turístico de su castillo sirva de revulsivo a su crisis demográfica
Con menos de 700 habitantes, toda la localidad confía en una reconversión liderada por el primer castillo renacentista de la Península Ibérica
Granada recupera el Castillo de La Calahorra, que se podrá visitar a partir de "septiembre u octubre"
El pasado miércoles 30 de julio, durante el acto de compra del Castillo de La Calahorra de manos privadas a la Diputación de Granada, dos conceptos eran los más repetidos por todos los asistentes: "día histórico" y "oportunidad". Dos conceptos que unidos son el fiel reflejo de lo que la sociedad de este municipio del Marquesado espera de esta nueva etapa de la fortaleza: que sea un revulsivo económico para cambiar la situación demográfica de pérdida de población que vive la localidad en las últimas décadas. La futura apertura turística, que según la institución provincial se comenzará "en septiembre u octubre" al menos un día a la semana, se irá ampliando conforme se vaya adecuando el palacio, sus servicios y sus accesos, y servirá para poner en el mapa la primera construcción de estilo renacentista en construirse en la Península Ibérica allá por 1513.
De esta manera, La Calahorra podría pasar de ser parte de esa 'Granada vaciada', que cada vez se extiende más por el territorio de la provincia, a ser referente en turismo, generando vida y oportunidades. Desde ese miércoles, los calahorreños confían en que, a partir de ahora, la apertura al público del castillo y su restauración sea el revulsivo definitivo para que mejore su economía, y por tanto su evolución demográfica, fijando población.
La localidad ha experimentado una disminución en el número de sus habitantes a lo largo del tiempo, especialmente a partir de la década de 1960, debido a la emigración. En 2024, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, contaba con 681 habitantes censados, con una densidad de 16,83 habitantes por kilómetro cuadrado. La población menor de 20 años representa en la actualidad el 12,65%, mientras que la población mayor de 60 años alcanza el 37,5%, siendo la comprendida entre 40 y 60 años el 31,48% según los datos que maneja el propio Ayuntamiento.
El presidente de la Diputación, Francis Rodríguez, comentó en su discurso el pasado miércoles que la intención de la institución con esta compra, por un montante total de 6,5 millones de euros, "es que todos los calahorreños puedan trabajar en su pueblo y que no tengan que irse fuera, y una compra como esta le da valor a la localidad y oportunidades de prosperar, aumentando el sentimiento de pertenencia y favoreciendo la llegada de visitantes tanto de Granada como de fuera de ella".
Un castillo simbólico que sólo se abría los miércoles
Situado en un cerro escarpado y de difícil acceso, la fortaleza de más de 500 años domina las alturas de este pequeño municipio como si la estuviera vigilándolo, casi omnipresente. Mirar hacia el oeste desde las calles da siempre una visión imponente de la fortaleza, que se puede divisar desde kilómetros, incluso desde la A-92. Sin embargo, su presencia no era sentida como propia por el factor privado de su pertenencia y por la escasa apertura al público de sus puertas. El alcalde de La Calahorra, Alejandro Ramírez, pronunció una frase durante su discurso el pasado miércoles que fue un perfecto resumen del sentimiento de la localidad hacia su castillo hasta el momento. "Era nuestro, pero lo veíamos distante".
Los más mayores del lugar recordaban como se habían criado en los años previos a 1950 subiendo al castillo y compartiendo tardes de juegos por él con la familia que vivía en la fortaleza. Cuatro generaciones de los Trivaldos nacieron y se criaron entre muros históricos en aquellos años iniciales del siglo XX, asegurando su cuidado a los dueños y convirtiéndose en los amos de llaves, los señores del castillo casi de facto. Sin embargo, con la llegada de los avances tecnológicos y de los servicios, estos cuidadores optaron por marcharse, cerrando sus puertas.
Conocedores del interés que generaba la fortaleza, incrementado por las películas y series que se fueron grabando en ella en los últimos 50 años -como El Viento y el León, de Sean Connery; Tirante el Blanco, dirigida por Vicente Aranda; o las series Inés del Alma Mía y La Casa del Dragón de Juego de Tronos- la familia dueña decidió fijar los miércoles como día de apertura turística del castillo de La Calahorra y que los descendientes de los Trivaldos siguieran gestionándolo. Un día muy poco propicio para que los visitantes accedieran al castillo, pero que aun así atraía a muchas personas.
Así lo aseguró a este periódico Hilario Rueda, nacido y criado en la localidad y trabajador de la Hospedería del Zenete. "Llevo toda la vida en la hostelería, tanto con negocio propio como camarero, y cada semana esperamos a que llegue el miércoles, ya que al ser el único día de apertura oficial tenemos que prepararnos para el aumento de visitantes al municipio. Imagínate como cambiará el asunto cuando, en el futuro, se pueda visitar todos los días mañana y tarde", confiaba.
Tras la compra de la Diputación, la institución ha confirmado que lo mantendrá abierto todo el tiempo que pueda, esperando abrirlo a partir de "septiembre u octubre" al menos un día a la semana. Aunque fuentes de la institución confirman a este periódico que no será los miércoles, sino un día más propicio para atraer a los turistas. También se esperan acoger actos culturales y exposiciones, y la institución sacará de su fondo todos los muebles, tapices y decoración de época que tenga disponible para "vestirlo" por dentro.
Intervención necesaria para su apertura al público
Pero antes de todo esto habrá que solucionar ciertas cuestiones que no son menores. La primera y principal, llevar a lo alto del cerro saneamientos y agua potable. Instalar al menos un baño y una toma de agua es obligatorio antes de poder abrirlo al público y dar así servicio a los visitantes. La Diputación ya confirmó que se encuentra redactando los pliegos del contrato para llevar a cabo esta intervención "cuanto antes". También será necesario mejorar la iluminación e instalar enchufes, aunque esto es más sencillo ya que la corriente eléctrica sí que llega hasta él.
La accesibilidad y la seguridad en los accesos también es obligatoria, por lo que se tendrán que adaptar algunas partes de la fortaleza para que pueda ser visitada y que quienes trabajen allí lo hagan con un mínimo de seguridad. La institución confirmó que también está trabajando desde ya en ello. También habrá que solucionar los problemas de cobertura y conectividad a Internet.
Además, hay que diseñar la forma de llegar hasta lo alto del cerro. Por un lado existe un camino para los vehículos de tierra, lleno de curvas, baches y sin seguridad vial. A esto se le suma que no hay aparcamiento habilitado junto al castillo. Por otro lado hay un camino "peatonal" que conserva restos empedrados de lo que fue el acceso para caballos y carruajes, y por el que los habitantes suben caminando. La Diputación confirmó el miércoles que también se ha hecho con la propiedad del cerro sobre el que se asienta la fortaleza, por lo que puede empezar a trabajar ya en solventar esta particularidad, para facilitar la llegada de los visitantes ya sea en vehículo o a pie.
"No nos hemos gastado 6,5 millones de euros para cerrarlo durante cinco años para restaurarlo. Se irá actuando y se irá remodelando por fases, para que así la gente pueda subir a verlo. Habrá precios simbólicos para los granadinos y esperamos organizar aquí actos culturales y exposiciones de primer nivel, a la altura de las que se acogen en el Palacio de Carlos V de la Alhambra", anunció el presidente de la Diputación.
Esperanza en un futuro mejor
La esperanza por la oportunidad que supondrá el abrir al público el Castillo de La Calahorra se palpaba sólo con pasear por la localidad y escuchar a los vecinos, sabedores de la importancia de lo vivido el miércoles. Por eso todo el que pudo subió a la fortaleza para vivir y grabar con sus móviles un día histórico.
Entre imágenes y felicitaciones, el alcalde aseguraba a Granada Hoy que confía en que sus habitantes empiecen a ver pronto ese movimiento de visitantes y de evento, y que estos generen una ola que arrastre tras de sí el empuje a la localidad. "El conocimiento del Castillo ya estaba ahí, y es verdad que en estos tiempos de redes sociales y del rodaje de series tan mediaticas como La Casa del Dragon influyeron bastante en empezar a aportar revulsivo. Por eso era el momento de actuar y buscar la manera de cambiar la situación del castillo y abrirlo al público", consideró Ramírez.
Sorprendidos por la escena, una familia de ingleses y sus hijos celebraban este día histórico mientras los representantes políticos se sacaban fotografías. Anthony y Fran aseguraban a este periódico que esta adquisición será una oportunidad increible para La Calahorra. Aunque tiene trampa, porque "Antonio" es de padres españoles que emigraron a Gran Bretaña y tienen una vivienda en la localidad desde hace 40 años, a la que acuden todos los veranos. Por ello, empatizaban perfectamente con sus "vecinos".
"Este castillo era como un secreto para todos, algo que solo los locales conocían. Algunos incluso tenían la confianza de la familia e iban al antiguo Bar Fermín para coger las llaves y subir a visitarlo. Ahora esperamos que se abra muchos días al público y que muchos turistas vengan a descubrir esta maravilla" valoraban en un perfecto spanglish.
Mientras, en el bar del hostal-restaurante Labella, en el corazon del municipio, no se hablaba de otra cosa. Detrás de la barra, dominada por una foto antigua de la fortaleza con una ligera capa de nieve, el camarero Miguel González recordaba a este periódico como de niño jugaba allí, pasándo las tardes y convirtiéndolo en su particular patio de recreo. "Viene mucho turismo, pero muchos se lo encuentran cerrado y nos transmiten su pena por no poder verlo por dentro. Alguna vez se han organizado visitas de grupos grandes, pero poca cosa. Ahora lo primero es restaurarlo y poder disfrutar de él. Y que lo abran mucho para que la gente venga", opinaba.
Delante de la barra, un cliente, Ángel Alcalá, asentía mientras escuchaba la conversación y leía en su teléfono móvil la noticia de la compra del palacio. "Parece mentira que por fin sea público. Todos los alcaldes prometían en las elecciones que lo iban a comprar y lo iban a abrir, pero nunca se conseguía. Es una alegría este nuevo comienzo, y seguro que algo bueno va a traer a La Calahorra. Turísticamente es lo que atre a los visitantes aquí, y que sólo se pudiera entrar los miércoles no era entendible", relataba.
Todavía habrá que esperar un poco para el siguiente paso, la apertura del Castillo de La Calahorra ya de forma pública y sin intermediarios privados. Pero el camino ya se ha comenzado, una senda por la que los calahorreños y todo el norte de la provincia esperan que lleguen hasta ellos la bonanza económica y demográfica en forma de turistas y amantes del patrimonio.
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