Muestras de ADN para pillar a quien no recoge las cacas de sus perros: así es la iniciativa de este municipio de Granada para multar este comportamiento
Gójar incluirá en su ordenanza municipal el registro genético de las mascotas del municipio, y podrá sancionar a quienes no mantengan las calles limpias
Gójar esteriliza a más de 200 gatos de sus colonias felinas
Los excrementos de perros domésticos dejados en las calles de las ciudades traen de cabeza a muchos ayuntamientos. Con el incremento de los animales de compañía en las familias, los Consistorios tratan de luchar contra aquellos que pasean a sus canes para que hagan sus necesidades y después dejan en "regalito" en la calle, generando problemas de insalubridad y molestias al resto de sus vecinos.
Para tratar de frenar estos actos, el Ayuntamiento de Gójar, en el Área Metropolitana de Granada, quiere desarrollar una medida pionera de control que permitirá identificar a los dueños de los perros que no recojan los excrementos y sancionarlos, combinando multas económicas con concienciación ciudadana. Para ello, pretende realizar un censo canino de ADN para así saber de quien son las heces dejadas en la calle, asegurando con precisión de qué animal se trata y actuando contra los propietarios que incumplan la normativa de la recogida.
El Ayuntamiento está ultimando la redacción de una nueva ordenanza municipal de protección de los derechos y el bienestar de los animales, que recoge las obligaciones específicas con respecto a los animales de compañía, y que incluirá esta recolección de ADN de los excrementos en la calle para cotejarlos con las mascotas, y así actuar contra los infractores.
El alcalde de Gójar, Joaquín Prieto, ha explicado que el objetivo no es "sancionar por sancionar", sino dar respuesta a una demanda vecinal. “Son muchos los vecinos y vecinas que se quejan de la presencia de excrementos en calles, parques y zonas comunes. Es un problema que tenemos que atajar, y esta ordenanza nos permitirá hacerlo de forma eficaz”, ha señalado.
De esta forma, se exigirá a todo aquel que tenga perro que acuda al veterinario para tomarle una muestra de sangre o saliva y registrar así su ADN. Este censo permitirá en el futuro localizar a los dueños de los perros que se pierdan, sean robados o abandonados, además de para multar a quienes no recogen la caca de sus mascotas.
La futura norma no se limitará a establecer un régimen sancionador, sino que también incluirá medidas de concienciación y educación ciudadana. “Queremos que los propietarios de mascotas sean responsables y que entiendan la importancia de mantener limpias nuestras calles. Apostamos por la información y la educación, pero también por herramientas que permitan actuar cuando se incumplen las normas”, ha añadido Prieto.
Con esta ordenanza, Gójar se situará a la vanguardia de los municipios españoles en materia de control de ADN canino, sumándose a las ciudades que ya aplican sistemas similares para fomentar la convivencia ciudadana, preservar la higiene y garantizar el bienestar de todos los vecinos. Esta medida no es exclusiva en la provincia, ya que la localidad de Maracena, también en el Área Metropolitana, está también en proceso de implantar el ADN canino, y existen un centenar de municipios en toda España que ya trabajan con él o están en proceso de hacerlo.
¿Cómo funciona el ADN canino?
Los ayuntamientos modifican las ordenanzas e introducen el deber de registrar el ADN de los perros que vivan en el municipio, dando un plazo a los vecinos (generalmente, un año) para acudir al veterinario, que toma una muestra. Los veterinarios certifican el origen de la muestra y esta se vincula al chip del animal, también obligatorio. La muestra se envía a un laboratorio y el genotipo queda registrado en el censo municipal. Por lo general, hacer el análisis a las mascotas cuesta en torno a 40 euros, y algunos ayuntamientos han optado por subvencionar el coste durante un tiempo para ayudar a los vecinos a que cumplan con esta obligación.
Una vez hecha la prueba, el veterinario entrega una chapa al dueño del perro que demuestra que está censado. En caso de que el perro no tenga su chapa personalizada, puede ser multado por la Policía. El perfil genético de cada perro es único, por lo que un vecino no podrá ser multado por los excrementos de otro. Si la muestra de heces recogida en la calle y analizada contiene más de un ADN, la muestra se rechaza en el laboratorio. Según varios estudios, entre un 5% y un 20% de las muestras recogidas que se analizan están contaminadas y no pueden ser usadas para multar.
En las ciudades en las que ya se realiza esta recogida de ADN -por ejemplo Málaga, Benalmádena, Rincón de la Victoria, Aracena o Valdepeñas de Jaén-, para que el proceso de recogida de heces tenga garantías, un funcionario municipal acompaña a la persona encargada y acredita que la muestra se recoge a determinada hora en determinado lugar. La muestra se envía al laboratorio precintada para garantizar la custodia.
Aunque Gójar aún no ha especificado a cuanto ascenderán las multas por no recoger las heces de los perros, la mayor parte de las ordenanzas de las capitales de provincia contemplan sanciones que oscilan entre los 60 y los 600 euros, aunque pueden llegar hasta los 1.500 euros.
Gójar, la localidad de las mascotas de Granada
El municipio granadino de Gójar es uno de los referentes en Andalucía en el control ético y responsable de sus mascotas. De hecho, es uno de los municipios con una colonia de gatos comunitarios más extensa, estando la gran mayoría de ellos esterilizados y cuidados y atendidos veterinariamente. Actualmente, cuenta con 49 colonias felinas registradas, de las cuales 40 están activamente intervenidas, mientras se está trabajando en la captura y esterilización y cuidados veterinarios de todos sus miembros. Además, 18 colonias ya están consideradas cerradas, al haber sido completamente esterilizados todos sus gatos.
"Esta labor no sería posible sin la coordinación a través de una asociación del municipio, Sinergias, y sin el compromiso del equipo de voluntariado local, que desempeña una labor clave en el proceso", han destacado desde el Ayuntamiento. Estas personas, fácilmente identificables por su chaleco naranja con el logo del proyecto, se encargan de censar colonias, alimentar a los animales, mantener limpias las zonas, identificar gatos enfermos, capturarlos para su esterilización y curas, administrar tratamientos antiparasitarios y acoger temporalmente a aquellos que son adoptables o están enfermos. De suma importancia es la designación de una veterinaria asociada al proyecto con la que se coordinan todas las acciones.
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