El río Genil se lava la cara en Loja

Hasta comienzos de esta década, el Genil pasaba por Loja a hurtadillas, casi sin mirar a la localidad como si tuviera vergüenza de lucir sus pocos encantos por lo descuidado que estaba el entorno cauce y sus alrededores. El río y los lojeños vivían de espaldas, algo así como lo que pasaba en Barcelona con el mar antes de los Juegos Olímpicos de 1992.

Si en la Ciudad Condal fue ese magno acontecimiento deportivo el que cambió el paisaje, en Loja, de forma mucho más modesta, es un proyecto arquitectónico titulado ‘Renaturalización del Paseo del río Genil a su paso por Loja’ el que va a hacer que la localidad granadina y su río vuelvan a mirarse las caras.

El un proyecto, muy ambicioso, se proponía cambiar el paisaje de una zona muy degradada. El primer paso, el más difícil de dar, es el que ha sido reconocido recientemente por la Junta de Andalucía en la sexta edición del Premio de Urbanismo. En la categoría de Actuaciones Ejecutadas ha habido una mención especial a la primera fase de la renaturalización del río Genil a su paso por Loja, trabajo realizado por el estudio ABBArquitectos liderado por María de la Barca Fernández-Reinoso y Alfonso Bermejo.

“Es la visualización del esfuerzo y del trabajo”, señala Fernández-Reinoso sobre la mención recibida por parte de la Junta de Andalucía, a la que, según añade, “le damos un valor inmenso y nos ha hecho mucha ilusión porque es un respaldo a los primeros pasos del proyecto”.

El reconocimiento recibido es ya a una labor realizada. La primera fase de la recuperación del entorno del río Genil a su paso por Loja es ya una realidad y sin duda ha cambiado la fisonomía del paisaje, radicalmente distinto al de hace no tantos años. Donde antes había un muro para evitar inundaciones, ahora hay una ligera pendiente sembrada de árboles, y donde antes había escombros ahora hay un parque y un paseo que está haciendo las delicias de los lojeños.

Arrancar no fue fácil. Como toda obra de importancia, lo primero fue buscar la financiación, que llegó a través del Plan de Fomento de Empleo Agrario (PFEA), con la participación del SEPE, Junta de Andalucía y Diputación de Granada, a la que se unió el Ayuntamiento de Loja. Así, se consiguió un millón de euros que posibilitaron que se pusieran en marcha las máquinas para una transformación que quedará en los anales de la capital del Poniente.

La arquitecta recuerda los primeros momentos: “No fue fácil afrontar un proyecto cuando tienes en el plan general una zona de espacios libres que no se pueden usar porque había unos muros de escollera que costó que desde la Confederación nos dejaran derribar porque estaban para evitar inundaciones. También hubo que conseguir que quitaran los escombros”.

El resto de las actuaciones contempladas en el proyecto de ABBArquitectos, que se llevarán a cabo en otras fases (la segunda está en marcha desde el pasado mes de marzo), fue la base para asegurar que se complete la obra al conseguir la concesión de una subvención de 3,8 millones de euros de la Fundación Biodiversidad financiado por los fondos NextGeneration de la Unión Europea.

Sobre el proyecto general, Fernández-Reinoso explica que “lo realizamos incluyendo un recorrido cultural, uniendo el paisaje y los manantiales de Loja; diseñamos todas las acciones a realizar para renaturalizar y controlar la inundabilidad y, tras un análisis del cauce con unos vuelos de dron, presentamos el proyecto de como realizar el control de la vegetación y recubrimiento de los márgenes del rio”.

Los trabajos avanzan y lo que hace unos años estaba en un papel va camino de ser realidad. El Genil y Loja volverán a mirarse sin que el río se avergüence y sin que ni la localidad del Poniente tenga nada que echar en cara. Éste es el mérito de todos los que han trabajado por una obra que quedará para siempre.