investigación en Granada

Un nuevo estudio indica que el yacimiento granadino de Venta Micena es el mayor cubil de hienas de todo el Cuaternario

  • La investigación, publicada en la revista Scientific Reports, aclara que la hiena gigante caricorta del Pleistoceno inferior fue la única responsable de generar las ingentes acumulaciones de restos óseos

Trabajos en Venta Micena.

Trabajos en Venta Micena. / J. Mestres

Un estudio publicado en la revista Scientific Reports, del prestigioso grupo editorial Nature, aclara que la hiena gigante caricorta del Pleistoceno inferior, fue la única responsable de generar las importantes acumulaciones de restos óseos conservadas en el yacimiento de Venta Micena de Orce. El artículo lo lideran paleontólogos y estratígrafos de la Universidad de Málaga y en él participan también un investigador ICREA del Instituto Catalán de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona y otro de la Universidad Complutense de Madrid.

El yacimiento paleontológico orcense de Venta Micena, situado en la cuenca de Baza- Huéscar, que fue el primero en excavar en este territorio y que dio la fama mundial a Orce, tiene una antigüedad próxima a 1,6 millones de años y atesora un registro fósil excepcional de las comunidades del Cuaternario europeo.

De los escasamente 400 m2 excavados, ya que el yacimiento ocupa más de un millón,  hasta el momento se han recuperado varias decenas de miles de restos fósiles, conservados de manera excepcional, que comprenden anfibios, reptiles, aves y micromamíferos, pero sobre todo grandes mamíferos como elefantes, hipopótamos, rinocerontes, caballos, búfalos, bueyes almizcleros, caprinos varios, ciervos grandes, medianos y pequeños, conjuntamente con una amplia diversidad de carnívoros, que abarcan osos, lobos pintados, una especie similar al chacal, llamada Canis orcensis, un zorro, dos especies de tigres con dientes de sable, una pantera, un lince, un tejón y otros carnívoros más pequeños. "Esto nos da una idea sobre las dimensiones del patrimonio paleontológico que aguarda a ser excavado, seguramente varias decenas de millones de fósiles", indican los investigadores.

Hasta la fecha se han excavado sistemáticamente 10 localidades a lo largo del estrato fosilífero. De ellas, la que responde a las siglas VM3 es el más estudiada y se ha interpretado como un cubil de cría de la hiena gigante Pachycrocuta brevirostris, cuyo tamaño igualaba al de una leona,  con más de 120 kg. Allí, las hienas transportaron los cadáveres de las presas arrebatadas a los cazadores dominantes del ecosistema que eran los, tigres con dientes de sable y lobos pintados, procediendo una vez en su cubil a fracturar los huesos para acceder al tuétano de su interior, lo que generó un ingente basurero de restos esqueléticos en su entorno.

Desde el año 2005 se viene excavando también intermitentemente otro corte, VM4, cuyo registro fósil muestra una conservación algo mejor que la de VM3. Por ello, investigadores granadinos sugirieron el año pasado que dicha acumulación podría haber sido generada por otro carnívoro distinto y con menor capacidad de fracturar huesos que las hienas, como una de las dos especies de félidos con dientes de sable identificadas en Venta Micena,  o el lobo pintado Canis.

 Esta propuesta resultó sorprendente, pues la dentición extremadamente especializada de los dientes de sable no les permitía romper huesos, abocándoles a una dieta exclusivamente hipercarnívora, limitada a las vísceras y paquetes musculares de sus presas; por otro lado, los lobos no transportan regiones esqueléticas, sino que ingieren grandes cantidades de carne que luego regurgitan para alimentar a sus crías. Pese a ello, dichos investigadores no presentaron ninguna evidencia concluyente en apoyo de tal interpretación.

La comparación de VM4 y VM3 muestra que VM4 se generó también en el entorno de un cubil de hienas, aunque esta acumulación presenta una mayor frecuencia de elementos en conexión anatómica (entre ellos, extremidades de rinocerontes y perros salvajes conservadas completas y articuladas), así como una menor meteorización de la superficie de los restos óseos y menos marcas de corte por carnívoros. En comparación con VM3, esto indica que los huesos de VM4 estuvieron menos tiempo expuestos a las inclemencias atmosféricas y al mordisqueo por las hienas antes de su enterramiento en el sedimento. Además, el nuevo estudio aclara un hecho desconcertante, el de cómo se pudieron acumular millones de fósiles a lo largo de una extensión kilométrica.

Ningún cubil de cría de hienas puede tener una extensión tan grande. Se trata, por tanto, de cubiles diferentes, separados en el espacio y en el tiempo. El estrato Venta Micena, con un espesor aproximado de un metro, muestra diversos niveles de emersión, que corresponden a la estación seca de varios años consecutivos. En dichos momentos, cuando el nivel de las aguas del lago pleistoceno de Baza descendía, las hienas establecían sus cubiles en la llanura alrededor del lago. Al llegar las lluvias, el nivel de las aguas subía, cubriendo y conservando con fango calizo los cubiles y el basurero de huesos acumulados en ellos por las hienas. Dado que las hienas seleccionaban cada año al azar el emplazamiento de sus cubiles, transcurrido el suficiente número de años la totalidad de la llanura se cubriría de restos óseos.

El año en el que tuvo lugar la acumulación de VM3 las lluvias invernales se retrasaron y las aguas del lago tardaron más en subir, lo que dio tiempo a las hienas (y a la meteorización) de actuar más a fondo sobre los huesos. En cambio, el año en el que se generó VM4 las lluvias se adelantaron, por lo que tanto las hienas como las inclemencias atmosféricas modificaron menos los restos esqueléticos acumulados en el cubil.

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