Pregón oficial de la Semana Santa de Granada 2024

Pepe Espinel toca el corazón de los cofrades con un pregón salido del alma

  • La intervención de Espinel se salda con un reconocimiento unánime del respetable, considerándolo como un pregón rico en forma y contenido

  • El pregonero, Pepe Espinel: "estoy desbordado de sentimientos"

Pepe Espinel toca el corazón de los cofrades con un pregón salido del alma

Pepe Espinel toca el corazón de los cofrades con un pregón salido del alma / José Velasco (Granada)

No había pronunciado todavía el pregonero la primera de sus palabras y el Teatro Isabel la Católica rompió en una atronadora y cálida ovación. Pepe Espinel recibía así, y de antemano, el cariño de una ciudad dispuesta a escuchar un canto de amor a la Semana Santa de Granada y sus cofradías

Un pregón clásico donde dedicó palabras a todas y cada una de las hermandades, dando muestra no solo de su conocimiento sobre las entrañas de la Semana Santa sino de la profundidad y espiritualidad con la que vive, junto a familia y amigos, de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección, los misterios de la Pasión y Muerte. Todo ello sin dejar atrás el constante piropo a Granada, haciendo valer su amor a la patria chica. 

Espinel no requirió de más argumentos que su sinceridad y naturalidad para cautivar al teatro, que vibró con el relato que ofreció al respetable. Un texto que, más allá de lo estético, no renunció al contenido y al mensaje, sutil y concreto. Una prosa ágil trufada de lirismo, de bellas metáforas e inteligible narrativa; y una apuesta por el verso con estructuras clásicas, como la cuarteta -tanto en rima asonante como consonante - o el soneto, pero también con apuestas más arriesgadas, y con guiño a su propio apellido, arrancándose con una espinela dedicada a la Virgen de la Amargura. Y en todo, la elegancia como sello de la casa.

El camino de mis amigos

Dejó claro el pregonero cómo la Semana Santa, al igual que la vida y en una estación de penitencia, el camino que se hace es siempre compartido. Trazado junto quienes te rodean. De ahí la importancia de que todo empiece y termine en casa, junto a aquella familia natural y sobrevenida con la que Espinel comparte cada Domingo de Ramos al revestirse de nazareno junto a los suyo. Compartiendo con los más pequeños, la alegría de vivir un nuevo Domingo de Ramos porque es el día en el que la cofradía sale a la calle. 

La Semana Santa de las ondas

El pregonero no quiso olvidarse de su etapa de juventud donde, a través de las ondas de Radio Granada, contó un puñado de semanas santas a los radioyentes de EAJ-16; y donde llevó, a través de Granada cofrade y Pasión por Granada la información y actualidad de las cofradías. La presencia de los medios en la Semana Santa fue uno de puntos que quiso abordar Espinel, especialmente aquellos que de forma anual trasladan al público contenido especializado, pidiendo, por favor, "que nunca se calle la voz de los que cuentan cosas".

Las alas de los versos

"La música procesional es un bendito milagro que te hace revivir durante todo el año la pasión de una semana". Así calificó Espinel a ese elemento, nunca accesorio, que acompaña al procesionar de las cofradías. Un género que, aun considerado por muchos como menor, el pregonero no dudó en reconocer como "lenguaje del cielo". Un respeto y consideración que le llevó a agradecer a todas y cada una de las formaciones musicales de la tierra la labor que hacen las bandas de la Semana Santa de Granada, pues a través de sus desvelos y sinsabores son capaces de escribir para ella la mejor partitura que quepa esperar.

Reflexiones en voz alta

La conciencia cristiana y cofrade del pregonero fue hilvanada en cada palabra, en cada verso, durante su alocución. Salido del alma, el pregón no quiso dejar al margen breves y pequeñas reflexiones en las que abordó de diferentes aspectos que, lejos de ser tangenciales, resultan inherentes al modo de vivir de la Semana Santa y a los retos que esta misma plantea en el contexto actual.

De ahí que Espinel aprovechara el atril del teatro para, rememorando experiencias personales en el mundo de las cofradías, aludir a la vida de hermandad, a la unión y la vivencia familiar. En este mismo sentido, animó también a los cofrades a vivir la espiritualidad de las cofradías a través de la vida de los sacramentos y la vida parroquial; uniéndose a los pastores de la Iglesia en la labor de evangelización y trabajando con ellos, codo con codo.

Palabras y mensaje también para los jóvenes, tanto en la Iglesia como en el seno de las hermandades, recordando el mensaje del papa san Juan Pablo II. Pidiendo a los cofrades que "acompañemos y dejemos actuar a nuestros jóvenes", animándoles a escribir el libro de su vida a través de la hermandad donde crearán su primer grupo de inquebrantables amistades, primeras rencillas y perdones y donde es posible que lleguen a encontrar, incluso, "el amor que surge como la primavera".

El pregonero de la Semana Santa de Granada, Pepe Espinel, durante su intervención El pregonero de la Semana Santa de Granada, Pepe Espinel, durante su intervención

El pregonero de la Semana Santa de Granada, Pepe Espinel, durante su intervención / José Velasco (Granada)

Reivindicación y reconocimiento de Pepe Espinel al colectivo de diversidad funcional y al trabajo realizado por la Hermandad de los Salesianos y su vocalía de inclusión, representada en la figura de Estefan Rosillo, premio Nazareno del Año 2024. A él y a todos, los consideró "benditos [porque] que con su infinita capacidad nos dan luz a los demás. Su mirada y su sonrisa nos demuestran cada día que ellos son verdaderamente los elegidos de Cristo".

Y aunque no llegó a constituir una denuncia social, no quiso dejar pasar la ocasión el pregonero para visibilizar a quienes, como la Virgen de la Soledad, se hallan solas: ante la violencia de género, el bullying escolar, la falta de trabajo o la enfermedad, como aquella que padecen quienes "pintan canas y olvidan recuerdos".

El corazón, al desnudo

Emotiva, emocionada y prolongada ovación fue la que acompañó al pregón en el momento en el que Espinel se detuvo a desnudar su corazón y compartir, a pecho descubierto, sus experiencias más íntimas, familiares y personales. Como aquellas que acompañaron a la gestación y nacimiento de su hija, Loreto, que antes de haber llegado a este mundo procesionó, en forma de ecografía, prendida a la cinturilla de la Virgen de la Esperanza. Nudo en la garganta y párpados llorosos en las tablas y en las butacas a la voz del pregonero.

El fin del sueño

Con la platea en pie terminaba el pregón mientras el pregonero brindaba al cielo. Y en voz del propio Espinel, con "el final siempre comienza el principio de algo". Así, las últimas palabras del pregón constituyeron un verdadero canto a vivir todos aquellos momentos que nunca faltan en la vida de un cofrade al llegar la Cuaresma. Aquellos que se desgajan en las casas de hermandad, las vivencias que se acumulan en tertulias y bares, o los montajes hasta altas horas de la madrugada. Quinarios, besamanos o conciertos. Ensayos o reparto de papeletas de sitio. Al apagarse las luces del teatro, quedaba el mensaje del pregonero, Pepe Espinel, a todos los cofrades: "Nos vamos a la calle, [...] se abran las puertas y avance la cruz de guía".

Los pentagramas de Pepe Espinel

Melómano cofrade, el pregonero hizo empleo de la música no como introducción y coda de la declamación. Al contrario, acompañó incidentalmente con el piano de Elías Santiago quien se encargó de interpretar los compases de Nuestro Señor (Ignacio García, 2018), así como un popurrí de marchas sabor GranadaEl cielo ganó una estrella (Ignacio García, 2013) Cristo de los toreros (José Faus, 1954) Coronación de tu misericordia (Moisés Gandolfo, 2007) Semana Santa en Granada (Miguel Sánchez, 1987), Madonna (Elías Santiago, 2019) y La Niña de Santa Ana (Rocío Bracero, 2005).

Igualmente, y como es habitual, la Banda Municipal de Música cedió cortésmente al pregonero elegir las marchas que sonaron durante el acto. Conocedor del repertorio granadino, y procurando poner en valor la música de la tierra a través de algunos de los grandes autores, sonaron en el Isabel la Católica, las marchas Cristo de los toreros del maestro Faus así como Virgen de las Angustias (Luis Megías, 1939) y Passio Granatensis (Ángel López, 2009).

El altar efímero

Como es costumbre en el diseño escenográfico del pregón, el pregonero contó con la colaboración de las hermandades para levantar un pequeño altar que, en esta ocasión, estuvo presidido por la Virgen del II Dolor, obra de Ángel Asenjo; que se encontró flanqueada por los faroles del paso de Jesús del Rescate, las alegorías cartujanas del paso de Jesús Despojado y el sobrecanasto de María Auxiliadora. Además, de otros detalles, como la cinturilla de la Virgen de la Esperanza, que habla de la historia más íntima y familiar de los Espinel Raya. 

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