Antonio González: “Mi misión es abrir las puertas a los granadinos para que estén al lado de su Patrona”

Móvil en mano, llamada tras llamada. Sin tregua. El hermano mayor de la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias de Granada, Antonio González, probablemente sea el granadino más ocupado cada mes de septiembre. Desde el más ínfimo adorno del altar hasta la colosal organización de una procesión de más de dos kilómetros y medio. Mil y un detalles que requieren de su supervisión, aprobación y de cinco sentidos dedicados, en cuerpo y alma, a la que es la ‘casa de todos los granadinos’.

En sus manos custodia un racimo de llaves que abren cada puerta de la Basílica Patronal. Una visita al despacho parroquial, el salón de plenos o el ‘Tesoro de la Virgen’. Colma cada rincón de cientos de anécdotas que evidencian una vinculación cultivada desde la más tierna infancia. Pero en el Camarín, silencio. Su mirada encierra plegarias, y agradecimientos. Ante la Virgen de las Angustias se postra un hermano mayor, pero también un joven que, hace más de cuatro décadas, regaló a Granada su Ofrenda Floral.

El último domingo de septiembre, Antonio González abre las puertas de la Basílica Patronal. Es su deseo y misión “acercar la Patrona a quien más la necesita".

Pregunta. ¿Qué supone el último domingo de septiembre para los granadinos y la Hermandad Patronal?

Respuesta. Es el colofón de todo un mes de amor a la Madre. Siempre se debate en la ciudad cuándo es verdaderamente el día de la Virgen, y los granadinos responden que es el último domingo. En realidad es el día 15, pero en Granada se vive así. Es una jornada de puertas abiertas, no sólo del templo, sino de la propia ciudad. Se abre a todo el cinturón, incluso a otras provincias de Andalucía. Todos vienen a ver esa explosión de amor que hay hacia la Virgen de las Angustias.

P. Una explosión que se evidencia en las múltiples peregrinaciones de cada año.

R. Durante toda la madrugada hay gente esperando en el entorno de la Basílica, incluso antes de que se abran las puertas a las seis de la mañana. El sábado anterior a la salida suelen venir grupos de más de 200 personas desde la Alpujarra. El mes de María es mayo, pero en Granada, por excelencia, el mes de la Virgen es septiembre.

P. El mayor estreno de este año es la inauguración del ‘Tesoro de la Virgen’.

R. Sin duda. El día ocho de mayo se abrió el Tesoro o, como dijo el arzobispo José María Gil Tamayo, “el pequeño cofre de la abuela que está lleno de joyas”. Así vienen los granadinos, con gran curiosidad, a descubrir lo que hay en él. En su interior se muestran quinientos años de historia, amor y devoción a la Virgen. Entre joyas y cuadros, todo confluye en un mismo sentimiento: agradecer a la Virgen de las Angustias todos los favores que reciben.

P. ¿Está recibiendo muchos visitantes?

R. Sí, ha tenido muy buena acogida.

P. Incluso han puesto en marcha una nueva iniciativa, las ‘Noches de la Virgen’.

R. Es una forma de concebir la espiritualidad de la Imagen. En muchos aspectos se pierde la religiosidad popular pero, íntimamente, la gente sigue siendo sumamente religiosa.

P. Un patrimonio de cinco siglos que la corporación debe custodiar y conservar.

R. Esa es una de las grandes misiones de la Hermandad Patronal. Todo lo que la Virgen atesora hay que mantenerlo, lo que conlleva a una restauración y cuidado permanente.

P. La propia Imagen se restauró hace unos años.

R. En 2023, fue restaurada en un plazo de cuatro meses. Limpieza, mantenimiento y la reintegración de algunos aspectos que podrían estar dañados desde la última, en 1989. En este caso fue Dionisio Olgoso, con una labor excepcional en trabajo y delicadeza. Se ha creado un vínculo entre el restaurador y la Hermandad Patronal, así como la propia Virgen. Cada vez que la Imagen baja del altar, acude a la Basílica para seguir con la supervisión de su mantenimiento. Le suelo decir que es el ‘médico de cabecera de la Virgen’.

P. En las últimas ofrendas florales, se han situado en la cruz unos pequeños centros florales que recordaban a fotografías antiguas. ¿La Hermandad Patronal aboga por rescatar parte de la iconografía perdida de la Virgen?

R. Realmente la fotografía de los terminales de la cruz es obra de una camarera de mediados del siglo XX, llamada Carmen. Colocó los remates sobre la cruz de plata, sin existir la Ofrenda Floral. Como un ‘deja vu’, se adelantó en el tiempo.

Estamos intentando rescatar parte de la impronta de nuestras abuelas, de aquellos cuadros que hemos visto en nuestras casas y que han marcado en nosotros la imagen ‘idílica’ de una Madre.

P. La iconografía de la Patrona va variando con el tiempo, pero ustedes defienden también el valor del origen.

R. Apostamos por ello y trabajamos en colaboración con nuestro prefecto de ceremonias y archivero, Manuel Amador Moya. Especialmente en su labor como archivero es esencial, volviendo a acoger aquellas tradiciones y lo que nos han ido dejando los demás a nosotros. Ahora tenemos la obligación de mostrárselo a todos los granadinos.

P. ¿En qué aspectos trabaja la Hermandad Patronal?

R. En todas las hermandades hay dos funciones que deben estar claras: la Piedad y la Caridad. Adorar al Santísimo, como es nuestro caso al ser una Hermandad Sacramental, y posteriormente a la Virgen de las Angustias. Pero no acaba ahí, sigue en la parte de la Caridad.

P. ¿Qué lugar ocupa la caridad en el día a día de la Hermandad?

R. Nuestra labor más importante. La Virgen de las Angustias tiene delante a su hijo en una ‘mesa de altar’, como decía el Papa Francisco, pero realmente tiene unas manos abiertas. Sus manos son la obra social, es el mascarón de proa de esta Hermandad y debe de serlo siempre. Debemos estar para quien lo necesite.

P. ¿De qué forma se desarrolla esta labor?

R. Intentamos que esa labor social no sea una ayuda caritativa, sino que sea de hermano. Confraternización con aquellos que no tienen. Lo primero que debemos hacer los seres humanos es ayudar a otro en su problema, ser empáticos. Entrevistas, por mediación de trabajadores sociales. Ver realmente lo que le hace falta a la persona.

P. ¿Y la financiación?

R. Todo lo que ponemos en valor es para que repercuta en la gran función de la Hermandad Patronal, la obra social. Hace unos meses se ha convertido en la Fundación Social ‘Amparo de la Ciudad’. Actualmente atendemos a 500 familias, no solamente de la ciudad. Desde estudios, ayudas de becas o un empujón a pequeñas empresas para salir adelante. Es el legajo de aquel antiguo hospital que la Virgen de las Angustias regía a partir de 1650. Es el verdadero tesoro de la Hermandad Patronal, poder ayudar a los demás. En palabras del Papa Francisco, “los santos de la puerta de al lado”.

P. ¿De qué forma se involucran los hermanos?

R. Existe un grupo bastante grande de voluntarios que están dispuestos las 24 horas. El centro de la fundación está abierto los cinco días de la semana pero, como algo más representativo, durante la pandemia estuvo abierta los 365 días. Fue uno de los recursos que el Estado, y la propia autonomía, tuvo para aquellos que lo necesitaban. Estuvimos trabajando porque teníamos autorización para desempeñar nuestro papel, más importante que nunca.

P. ¿Cuál es su misión?

R. ¿Siendo hermano mayor?. Mi misión queda establecida en las propias actas fundacionales. El hermano mayor debía estar para ser el ‘lazo de unión’ de todos los hermanos y ver sus necesidades, y creo que ese es mi objetivo.

P. Una vez que asume el cargo como hermano mayor, ¿se ve de manera diferente la devoción a la Virgen de las Angustias?

R. No sabría decirle. Hace 43 años, en 1982, organicé junto al actual vicehermano mayor y muchas personas que desgraciadamente ya no están la Ofrenda Floral. He visto la devoción desde que era pequeño, mi padre ya pertenecía a la Hermandad. Desde aquella primera Ofrenda, ha sido un desbordamiento. No sé si la gente es cada vez más o menos religiosa, pero la Virgen de las Angustias siempre aumenta esa devoción.

P. Un 'desbordamiento' que se vive día tras día.

R. Estar en la Virgen de las Angustias cada día es ver necesidades, una tras otra. Cuando eres hermano mayor, esa situación de necesidad se puede valorar de otra manera. Conozco situaciones límite y las intento solucionar.

P. ¿Y sobre el fervor a la Virgen?

R. Qué podemos decir. Enfermedades, calamidades, dar gracias. Nacimientos de hijos y nietos. El otro día me contaba una chica que le pidió a la Virgen quedarse embarazada porque no podía, y al final lo logró. Ella lo achaca a esa petición a la Virgen, y seguro que es verdad.

P. Dificultades que algunos granadinos reconocen como auténticos ‘milagros’.

R. Todas las enfermedades que vamos pasando son ‘pequeños milagros’ que se van haciendo y agradeciendo. Hay una frase que me gusta mucho: “La Virgen respira”. Si uno mira a la Imagen, al final parece que respira.

P. ¿La Hermandad Patronal atesora estas historias?

R. En la propia historia de la Hermandad quedan reflejados algunos ‘milagros’ que se asocian a la intercesión de la Patrona. Hace unos ochenta años, una chica queda ciega por una pedrada en el ojo. El doctor Carrera, un oftalmólogo muy conocido en aquella Granada, les asegura que no hay solución y la madre le coloca un pañuelo de la Virgen sobre los ojos. Cuando vuelven a revisión se determinó que verdaderamente había sido una curación milagrosa. Como esa, muchas.

Me gusta leer los archivos de la Hermandad, especialmente los documentos de entradas y salidas de enfermos del antiguo hospital. En esos escritos médicos se referencia cada uno de los pacientes y su historia personal. Haciendo una visión clara de aquel momento, los casos de curación eran impresionantes. Tenían sobre un 10% de fallecimientos, para aquel tiempo era una auténtica hazaña.

P. ¿Qué se le pide a la Virgen de las Angustias?

R. Pocas veces se pide, los granadinos vienen casi siempre a dar gracias.

P. ¿De qué forma se pueden acercar los granadinos a la Virgen?

R. Además del recorrido del propio ‘Tesoro de la Virgen’, se organizan algunas visitas de devotos que desean estar cerca de la Virgen. En esta bendita ciudad, los hijos siempre se han pasado por el manto de la Virgen de las Angustias.

P. No sé si recuerda algún momento en especial que englobe toda esa historia devocional.

R. El decano de Horquilleros recordaba hace unos días un momento de la primera Ofrenda Floral. Me impresionó que una señora mayor vino con un ramo de geranios. Decía que era de las macetas que tenía en sus balcones. Es decir, la gente le da a la Virgen lo más preciado que tiene. Aquella mujer, que tanto había cuidado de sus macetas, quita sus flores para entregárselas.

P. ¿Algún mensaje a los granadinos como hermano mayor?

R. Desde que empecé, mi única misión ha sido abrir las puertas de la Basílica y la Hermandad Patronal, para que todo granadino pueda estar al lado de la Virgen de las Angustias. Una frase que escuché hace poco resume mi labor: “Yo soy el último de la primera”.