Cuaresma en Granada 2023
  • El pregón del periodista Luis Javier López hilvana experiencias y sentimientos en un texto personal que levantó al patio de butacas

La evocación sublime de la Semana Santa

Luis Javier López, durante el pregón Luis Javier López, durante el pregón

Luis Javier López, durante el pregón / José Velasco / Photographerssports

Escrito por

D. García Trigueros

Del pregonero de la Semana Santa se pide que sea cofrade, que sea sincero y honesto en su palabra: proclamando aquello que ha vivido, aquello que siendo propio también es común al resto de los cofrades de la ciudad; que viva y que sienta a sus hermandades y a todo cuanto envuelve desde la Cuaresma a la Pascua. Y todo ello tomó forma en la palabra del periodista Luis Javier López, quien este domingo se subió al escenario del teatro Isabel la Católica para pronunciar la llegada de la Semana Santa de Granada.  

Un texto que mantuvo atento al respetable, que apenas osó a echar la vista al móvil; que rompió en ovaciones hasta en una decena de ocasiones y que vibró con las experiencias del pregonero, con los momentos evocados de Domingo de Ramos a Domingo de Pascua. Un pregón tan personal como emocionante, que fue capaz de despertar una visión cofrade tan profunda, en lo espiritual, como en lo estético y lo cultural. Momento grande para una Cuaresma sin restricciones sanitarias, que sueña con una nueva Semana Santa tan vibrante como la que anunció Luis Javier López.

Sonidos y memoria

El pregón estuvo preñado de experiencias y devociones, de sonidos y referencias que contextualizaron las vivencias de las treinta y dos cofradías en sus respectivas estaciones de penitencia. La radio, brújula del pregonero, latió constante en su palabra. Evocaciones de una sublime Semana Santa que se desgranó en una impredecible estructura, acompañado de un anónimo personaje - José, desvelado luego como el santo patriarca - y junto al cual peinó la semana santa más personal: la que se vive a pie de acera, la que se escucha en el Albaicín, a la salida de la Aurora; la que callada suena en la salida del Cristo de San Agustín; la que por tangos vibra en el Miércoles Santo camino del Sacromonte; o la que inmortal resuena, con la voz de los Morente, ante la Virgen de la Amargura.

Y como en un memorial de vivencias, el pregonero desnudó sus recuerdos y vivencias. La que se ligaron en sus inicios cofrades en la Hermandad de la Esperanza, en el colegio de los Maristas, o el que le filia por el bautismo, el propio y el de su descendencia, al barrio del Zaidín. Y la que se hilvana en ratos de casa de hermandad, en tertulias con amigos, o en los momentos que vivió el pregonero antes de llegar al teatro, junto al Señor de la Oración en el Huerto.

Pregón afectuoso y afectivo, que nació del pecho del locutor, quien buscó en todo momento la conexión con el público mediante un tono pausado y solemne, y la búsqueda cómplice de miradas en el vértice de los palcos. Guiño a sus compañeros de profesión y a aquellos que le precedieron en el uso de la palabra: Tico Medina, Jiménez-Muriel, Ramírez Domenech o Cayuela. Y una sutil petición para próximos pregones, el que se ç espera del "hijo de Juan, entusiasta de la cultura". 

La oración y la llamada

El pregonero aprovechó su encuentro con el teatro para elevar su oración a la Virgen de la Esperanza, devoción que reside en el corazón del periodista: "Mi fe es plena cuando tú, Señora, en Santa Ana me esperas". Una rezo poético que quedó acompañado, a lo largo de toda su alocución, de reflexiones y de invitaciones a descubrir la fe a través de las imágenes que protagonizan los escenarios de la pasión en Granada. Piropos y detalles para todos los titulares de una manera explícita o implícita. 

Y una llamada a la conversión y a la profundidad de los cofrades. La cultura nazarena del pregonero quedó clara en la llamada que hizo al compromiso de los hermanos con sus respectivas hermandades: "llena de alfiles entregados el damero frío de la catedral, llega hasta su Cordero Pascual"; "cultiva, hermano y hermana, la unidad; sáciate de formación, de cultura y caridad. Huye de la fe carbonera". La Semana Santa se vive en las aceras, sí; pero también desde dentro.

El compromiso social 

Y el lirismo de la prosa, y el mensaje evocador de la Semana Santa, no dejó al margen la denuncia social. En las palabras del pregonero estuvo presente la necesidad del compromiso humanitario de las hermandades. Trayendo a colación la soledad de Jesús Cautivo, maniatado, privado de libertad, aprovechó el pregonero para un dar un tirón de orejas, sutil y elegante: "La espalda de Granada no ha sido nunca la Sabikka, es Almanjáyar. Nos hemos resistido también los cofrades a mirar allí, donde el compromiso es más urgente porque necesitan qué quieren ser, atribulados - para colmo - en casas que encender".

El arte de Granada

El pregonero, enamorado de la ciudad, le cantó a Granada a través de sus cofradías y de los momentos que regala la orografía, el paisaje y el patrimonio. Un relato que se detuvo, vibrante, en recorrer algunas de las más destacadas imágenes de la Semana Santa, en las que se incardina - en voz de Luis Javier López - el "ADN de nuestra tierra". Palabras para el Cristo de San Agustín, "tronco de Jesé, raíz de la fe traída de Castilla"; para la Virgen de las Angustias de Santa María de la Alhambra, de conmovedoras "manos encadenadas y sutiles enamorándose por un vínculo divino"; al Señor de la Paciencia, "paradigma de la escultura sacra" o el Cristo del Silencio, "donde se parió la mejor historia de nuestro público místico". 

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