Patrimonio cofrade

¿Qué fue y qué es de la escultura granadina?

  • Los historiadores del arte Juan Jesús López-Guadalupe, José Antonio Díaz y Venancio Galán reflexionan sobre la escultura y los escultores granadinos con motivo del Día Internacional del Escultor

¿Qué fue y qué es de la escultura granadina?

¿Qué fue y qué es de la escultura granadina? / D. García Trigueros (Granada)

El pasado 6 de marzo fue el Día Internacional del Escultor. Una efeméride que pasa desapercibida dentro del calendario de efemérides y que pretendió dar memoria al nacimiento del gran Miguel Ángel, uno de los más brillantes autores de todos los siglos y cuya memoria año a año sirve también para recordar el nombre y la labor de todos aquellos que, gracias a su talento y creatividad, consiguen dar vida y forma a la materia. Algunos de ellos forman parte de la historia de la ciudad y también de la Historia del Arte en mayúsculas.

Desde el siglo XVI y hasta nuestros días, han sido muchos los nombres de quienes han conseguido hacer de la escultura un campo sobresaliente de las artes. Nombres como Diego de Siloé, Pablo de Rojas, los Mena, los Mora, José Risueño o Torcuato Ruiz del Peral son ampliamente conocidos por el gran público pero muchos otros han ayudado a configurar parte del patrimonio que puebla y nutre los templos y museos de Granada y Andalucía. Nombres propios que han caído en el olvido y cuyo anonimato no hace justicia a su labor.

El profesor de la Universidad de Sevilla José Antonio Díaz es uno de lo máximos expertos en la figura de José de Mora y además un amplio conocedor del patrimonio cultural granadino. En su opinión, "es difícil que conozcamos el nombre de muchos de esos autores llamados de segunda fila porque los grandes nombres supieron aprovechar el tirón y acaparar los grandes encargos". Así, asegura Díaz, José de Mora, tras ser nombrado escultor del rey y haber trabajado en la corte, no quiso contar con ningún discípulo ni nadie dentro de su taller: "Mora llegó a adoptar el papel intelectual del artista italiano más allá del concepto del artesano gremial de Castilla. Él sabía que era lo suficientemente importante como para poder trabajar en solitario". Aún así, Díaz reconoce el importante papel que jugaron esos otros escultores a la hora de atender las necesidades de instituciones y particulares aunque no se sepa aún mucho de ellos: "ha quedado muy poca documentación de ellos, especialmente de los autores del siglo XVIII, pero hay que trabajar por hacerles hueco en los libros".

"Hay mucho más allá de Pablo de Rojas y de José de Mora y la gente no se atreve a conocerlo"

Venancio Galán es historiador del arte y actualmente dirige el Museo de las Madres Carmelitas. Él se encarga de abrir las puertas del convento y dar a conocer algunas de las grandes joyas que custodia esta clausura femenina. Con pesar reconoce la sorpresa de muchos visitantes cuando ven ese gran patrimonio y cuyos autores son totalmente ajenos para el gran público. "Cuando explico el Santo Cristo de Alonso de Mena me preguntan que quién es ese autor. Ahí tenemos un indicativo de que a los historiadores nos queda mucho aún para hacer valer la escultura granadina". Para Galán, el problema está en la falta de pedagogía que durante décadas se ha hecho del patrimonio: "Hay mucho más allá de Pablo de Rojas y de José de Mora y la gente no se atreve a conocerlo. Siempre hemos tendido, incluso los propios historiadores del arte, a quedarnos sólo los grandes autores. Es como los turistas con la Alhambra, se van de la ciudad sin saber de verdad que más allá de eso hay todo un mundo".

Jesús de la Sentencia (1685), obra de José de Mora, una de las imágenes más valiosas de la Semana Santa de Granada / Alberto Ortega Jesús de la Sentencia (1685), obra de José de Mora, una de las imágenes más valiosas de la Semana Santa de Granada / Alberto Ortega

Jesús de la Sentencia (1685), obra de José de Mora, una de las imágenes más valiosas de la Semana Santa de Granada / Alberto Ortega

López-Guadalupe: "Cano, Mena y Mora están a la altura de los mejores escultores a nivel mundial"

Juan Jesús López-Guadalupe es profesor del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada y cuenta con un amplio número de libros y publicaciones sobre escultura religiosa, una de sus grandes pasiones. Al hilo del Día Internacional del Escultor, preguntamos sobre su opinión sobre el estado de la escultura, su aprecio y consideración, así como cuáles son las perspectivas de la producción plástica actual.

- ¿Los escultores granadinos han gozado de un reconocimiento proporcional a la calidad de su obra?

- Ciertamente, sí. Historiográficamente, Granada siempre ha aparecido entre las grandes escuelas de escultura nacional, junto con Burgos, Valladolid, Sevilla y más tardíamente Murcia. Cosa distinta es el aprecio que se tenga de la escultura religiosa dentro del mercado global del arte, que es prácticamente residual frente a la tendencia general del arte contemporáneo, aunque desde hace una década se está empezando a valorar muy positivamente. Aún así, los museos más serios e importantes se precian de tener escultura barroca granadina con el objeto de completar sus colecciones y sus discursos expositivos.

- ¿Qué tienen de singular los escultores granadinos frente a autores de otras latitudes?

- En el contexto del Barroco granadino, se les ha valorado mucho su independencia y su originalidad frente al contexto nacional. Todas las escuelas tienen sus singularidades pero Granada mantuvo perfiles muy definidos gracias a esa triada de talentos que suponen Alonso Cano, Pedro de Mena y José de Mora. Quienes estudian desde fuera nuestra escultura y a nuestros escultores reconocen la increíble capacidad técnica que tenían estos artistas. Hasta ahora se había señalado la genialidad de Gregorio Fernández o de Martínez Montañés, pero Cano, Mena o Mora están a la altura de los mejores a nivel mundial y con piezas que forman parte del mejor patrimonio de la Historia del Arte.

"La media de antigüedad y calidad en Granada es soberbia"

- La Semana Santa de Granada cuenta con un catálogo de esculturas de primera magnitud. ¿Eso está suficientemente reconocido?

- La calidad de la escultura es algo que se reconoce desde el conocimiento y la experiencia en la materia. No es algo que esté al alcance de todos pero el público en general, intuitivamente, reconoce la belleza y la proporción porque son constantes estéticas universales. El verdadero conocer sí es capaz de encontrar esos hechos diferenciales de calidad entre los escultores granadinos y los demás. El mérito de la Semana Santa de Granada del siglo XXI es conservar un corpus de escultura antigua de calidad excelente, algo que no ocurre en otras semanas santas donde, sí, puede que haya una media superior a esculturas antiguas pero la media de antigüedad y calidad en Granada es soberbia. Al público no entendido le es difícil valorar la calidad pero no la antigüedad. En Granada, gracias a la mejor formación de los cofrades de las últimas generaciones, más versados en Humanidades, es posible apreciar mejor estos criterios y nos permite tener una valoración más ponderada de los testimonios del pasado.

- Históricamente Granada ha jugado un papel destacado en el ámbito de la escultura religiosa. ¿Hemos perdido en la actualidad esa posición privilegiada en la pole de salida?

- En Granada se ha producido un fenómeno que tiene difícil explicación: un centro de producción que se mantuvo desde el siglo XVII hasta los años setenta del siglo XX y que ahora ha perdido gran importancia cuantitativa con respecto a Andalucía y España. Sevilla, Málaga, Córdoba o Cádiz han ganado el pulso a Granada por el número de talleres abiertos que trabajan la escultura religiosa en técnica de madera policromada. Aunque hay algo que no debemos hacer, leer la producción de escultura actual con los ojos del pasado, donde había una fijación territorial y un vínculo a los maestros como punto de partida. Ahora tenemos a artistas que viven en un medio globalizado, que su experiencia estética es mucho más plural y su repercusión estética no depende ni de su adscripción territorial ni de un maestro. Granada produce menos pero realmente no podemos hablar en términos de escuela.

- Eso no parece impedir que haya cada vez más artistas que tengan como referencia a los maestros de lo que, tradicionalmente, se ha venido a conocer como escuela granadina de escultura.

- El panorama de la escultura religiosa contemporánea es complejo. De lo contrario, ¿cómo explicamos que resista una práctica que parecía agotada? Reinventándose. Como decía, los artistas actuales se están formando en un ambiente plural y globalizado pero que proceden del posmodernismo multiforme: del neobarroco, del neorrealismo, del hiperrealismo donde ha triunfado la exaltación a la belleza física y el alarde anatómico. En la búsqueda de esa novedad, la escuela granadina se ofrece más conceptual, más evocadora, más espiritual; fruto de una reflexión sobre lo religioso, y que ha hecho que, efectivamente, la mirada se vuelva frente a lo realista.

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