La hermandad del Cristo de San Agustín se adentra de lleno en la conmemoración del quinto centenario a este crucificado, el más antiguo que procesiona en la Semana Santa de Granada. Entre los actos de esta Cuaresma, destaca la celebración de la novena que ha arrancado este viernes y que se prolongará hasta el próximo 14 de marzo. Unos cultos extraordinarios con los que la hermandad desea recuperar los nueve días de celebración que tanto la hermandad como la ciudad consagraban al crucificado durante los siglos XVIII y XIX.

En esta primera jornada de novena, el encargado de presidir la celebración de la misa ha sido el fraile agustino Ángel García Cuadrado. Se trata de uno de los nueve sacerdotes que, a lo largo de estos nueve días, se subirán al ambón conventual del Santo Ángel. Y es que en los próximos días acudirán a estos cultos distintas personalidades de la curia granadina y accitana, entre ellos el delegado episcopal de Juventud, Javier Ortega; el delegado episcopal de Catequesis de Guadix, Pedro Aranda; el vicario de hermandades, Antonio Valverde; el vicario territorial Juan Bautista Amat; o el vicario general, Francisco Espigares. Como epílogo a la novena, la función principal de instituto, presidida por el vicario territorial y director espiritual de la hermandad, Francisco Tejerizo, donde tendrá lugar la protestación de fe y la renovación del juramento de reglas de todos los hermanos. 

El altar de la novena

Para la ocasión, la hermandad ha erigido un imponente y sobrio altar donde la imagen del Cristo de San Agustín destaca por encima de todo lo demás. Una bosque de cirios tiniebla encumbran la figura del crucificado el cual se enmarca en medio de un manto real, de color negro, timbrado por una corona regia. Seis jarras de flor en el frontal en tonos morados suponen el principal exorno para este altar efímero.

La priostía, para la ocasión y como es habitual en los últimos años, ha querido introducir elementos alegóricos que ayuden a componer de significado el altar. Así, a los pies de la imagen se encuentra situada la custodia en forma de pelícano que cada Lunes Santo se sitúa en el frontal del paso del Cristo de San Agustín, como representación del carácter sacrificial y salvador de Jesús en la cruz; que al igual que el pelícano extrae sus propias entrañas para dárselas de comer a sus crías.

Además, sobre dos columnas doradas, dos alegorías que evocan dos hechos históricos en la historia de la imagen y de la hermandad: el Voto de la Ciudad que el Ayuntamiento de Granada consagró al Cristo de san Agustín en 1679 y por el que se le reconoce como Sagrado Protector de la ciudad; y título regio de la hermandad, concedido por la reina Isabel II tras su visita en 1863, donde se declaró como hermana mayor perpetua de la corporación. En el centro del altar, además, se sitúan las bulas pontificias y episcopales del siglo XIX con las que cuenta la hermandad, de Pío IX, Blas Joaquín Álvarez de Palma y Salvador Reyes García de Lara.