Entrevista | Pedro Castón, sacerdote y sociólogo

“Había y sigue habiendo un interés por la vida de las hermandades y las cofradías”

  • El padre Castón explica cómo, de manos del obispo de Málaga, se pretendió dar respuesta a una inquietud del alto clero de Andalucía por integrar a las cofradías en la vida de la Iglesia

35 años de la carta pastoral que integró a las hermandades en el corazón de la Iglesia

35 años de la carta pastoral que integró a las hermandades en el corazón de la Iglesia / Francisco Neyra | PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Sacerdote jesuita, profesor universitario y hermano mayor del Cristo de San Agustín. Esto son algunos apuntes que coronan la biografía de Pedro Castón Boyer (Córdoba, 1943). Un hombre bueno y sencillo que ha trabajado en la sombra por impulsar la vida cofrade dentro de la Iglesia católica, muy especialmente a través de un pequeño libro - Las hermandades y cofradías. Carta pastoral de los Obispos del Sur -que, aunque firmada colegiadamente por todos los prelados andaluces- salió de su puño y letra.

En este 2023 se cumplen treinta y cinco años de su publicación. Una fecha importante ya que, desde entonces, se ha avanzado mucho en la integración parroquial y diocesana de la piedad popular. Castón recuerda el impacto que supuso aquella carta pastoral, que venía a mostrar la sensibilidad de los obispos por atender a una realidad eclesiástica cada vez más pujante y que aun hoy supone el ejemplo asociativo más importante de cuantos tiene la Iglesia en Andalucía.

Como profesor de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, Castón entiende que la Semana Santa es un fenómeno histórico y poliédrico, "donde reside una tradición que se ha mantenido a través de los siglos con un comportamiento religioso de mucho peso, y que además sigue vivo con una participación de jóvenes muy importante, y que cuenta con peso propio dentro de la Iglesia". De ahí que la carta pastoral que él alumbró, en compañía del obispo de Málaga Ramón Buxarrais, "pretendiera marcar caminos para la evangelización en Andalucía a través de las hermandades, especialmente porque en aquella sociedad pero también en la de hoy, disminuyen los practicantes y cada vez se reciben menos los sacramentos. Esa fue la función de esta carta: integrar a las cofradías en la vida de las parroquias y de las diócesis, como agentes pastorales que contribuyeran a la misión del evangelio".

El sacerdote Pedro Castón El sacerdote Pedro Castón

El sacerdote Pedro Castón / Francisco Neyra | PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

-En el momento de la publicación de este mensaje pastoral, ¿había preocupación de que la Semana Santa perdiera su naturaleza religiosa y quedara únicamente en lo cultural?

- Los obispos estaban preocupados pastoralmente, por eso hubo que redactar esta carta, aunque ya existió otro mensaje anterior y luego, posteriormente, se volvió a publicar un tercero con revisiones. Incluso, los obispos de Guadix y de Almería me pidieron que escribiera algunas reflexiones sobre este tema para sus boletines diocesanos. Había y sigue habiendo un interés por la vida de las hermandades y cofradías.

- ¿Cómo se gesta esta carta y por qué, de entre todos los sacerdotes de Andalucía, se elige a un jesuita afincado en Granada?

- Yo nunca he querido decir que aquel trabajo fuera mío, pero en sus memorias el obispo Buxarrais reconoce mi labor y por eso ahora lo cuento. Y la carta sale a la luz por mi relación con el episcopado andaluz a través de monseñor Buxarrais: yo le presentaba los documentos, los obispos los veían y añadían sus correcciones. Luego se les envió una copia a todas las hermandades para que aportaran también su visión y recuerdo que, precisamente, participaron más las hermandades de Andalucía Occidental que las de Andalucía Oriental. Después me reunió con el responsable de hermandades y cofradías de Sevilla y corregimos el texto definitivo. Aunque también participó el obispo Montero, que era un buen escritor, para terminar de darle forma. En total, dos años de trabajo.

-De los objetivos marcados en aquel mensaje pastoral, y después de tres décadas, ¿qué se ha conseguido y qué sigue pendiente?

- Ahora todas las diócesis tienen una normativa que regula la vida de las hermandades y cofradías. A raíz de esta carta empezaron a fraguarse los estatutos marcos, se crearon consejos diocesanos y parroquiales sobre esta cuestión e incluso en el sínodo que hubo en Granada se menciona expresamente la realidad social y religiosa de las hermandades. Creo, personalmente, que se han dado muchos pasos aunque a nivel de formación seguimos teniendo una tarea pendiente. Al igual que otros movimientos apostólicos tienen un método muy efectivo, y en cuatro o cinco años se consigue una formación teológica suficiente para evangelizar, en las hermandades y cofradías eso no se ha conseguido todavía. Es necesario profundizar en la catequesis, integrarse más en la vida de las parroquias. Eso todavía es una tarea pendiente. 

Este y otros trabajos hicieron de Pedro Castón un sacerdote activo en la formación cofrade de los años ochenta y noventa. Tanto es así que acabó ingresando en la nómina del Cristo de San Agustín.

Me invitaron a realizar algunas reflexiones y acabé haciéndome hermano, y aquí sigo".

De su implicación habla su final designación como hermano mayor de la corporación nazarena del Lunes Santo, algo tan insólito como inaudito en el ambiente clerical de aquella Granada que también sorprendió al propio mundo de las cofradías.

Recuerdo que las reacciones fueron de extrañeza, entre los compañeros sacerdotes pero también entre los seglares. Consulté primeramente a un amigo, profesor de Derecho Canónico, y me dijo que no había incompatibilidad en que un sacerdote asumiera cargos de responsabilidad en una hermandad. Así que acepté. Pero que un jesuita, profesor, fuera hermano mayor causó sorpresa. Algunos medios se hicieron eco y algunos sacerdotes aquello les pilló de imprevisto.

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