El pregón de la Semana Santa de Granada 2022, una experiencia de fe

Cuaresma en Granada 2022

La locutora Emilia Cayuela pone voz al sentimiento y a la fe de los granadinos en el Teatro Isabel Católica

Emilia Cayuela, durante la lectura del pregón de la Semana Santa de Granada 2022
Emilia Cayuela, durante la lectura del pregón de la Semana Santa de Granada 2022 / José Velasco
D. García Trigueros

Granada, 06 de marzo 2022 - 14:43

El corazón de la Semana Santa de Granada ha empezado a latir con el vibrante pulso de la normalidad. Dos años de pandemia no han hecho mella en el ánimo de los cofrades de la ciudad que, fieles a la tradición, acudieron de gala al tempranero pregón de la semana mayor. El Teatro Isabel la Católica acogió, nuevamente y tras las restricciones, uno de los actos más solemnes del mundo cofrade granadino que contó, en esta ocasión, con la voz de la locutora Emilia Cayuela para cantar las excelencias de la Semana Santa y sus cofradías.

Como había anunciado la propia Cayuela, el pregón no recurrió al tradicional acento cofrade de anécdotas y vivencias de casa de hermandad. Sin embargo la palabra de la pregonera actuó como la voz de la conciencia del mundo cofrade, recorriendo las estampas de la Semana Santa granadina a través dela fe y los cinco sentados, haciendo patria en todo momento: "Lo nuestro, lo primero".

La intervención de Cayuela, marcada por la perfecta dicción y la voz modulada de una profesional de la radio, empezó acordándose de quienes, durante la pandemia, se quedaron en el camino. Y asimismo, una especial de dedicatoria para todos aquellos "cofrades de corazón que trabajan sin descanso y son el orgullo de la ciudad": los que conforman la vida de las hermandades pero también a quienes, desde fuera, trabajan y hacen posible cada Semana Santa: quienes rezan desde los balcones, atienden desde los hospitales o dejan limpias las aceras tras cada estación de penitencia.

Fiel a su espíritu, el corazón de la pregonera brotó en cada palabra. A través de su testimonio personal de fe y compromiso cristiano, Cayuela acompañó al respetable en una recreación de imágenes y escenas únicas e inigualables de la Semana Santa, las que "no dejan a nada ni a nadie indiferente". Así, la vista permitía fotografiar cómo era la Semana Santa de Granada. De San Andrés al bajo Albaicín para pasar por San Matías y el Realejo, la pregonera se detuvo la llamada hacia la paz por medio de la titular mariana de La Borriquilla para terminar pidiendo favor y misericordia desde el Campo del Príncipe.

Y llegó el tacto. Y la pregonera asió entre sus manos aquello que da forma al sentimiento. El patrimonio de las cofradías, el tacto y el mimo que dan los conventos, tan importantes en la vida de la Semana Santa de Granada, y la fe en las yemas de los dedos al tocar el respiradero de los pasos. "¡Qué importante es sentirnos tocados por Dios", dijo Cayuela.

"Granada huele a gloria y no es una cosa prestá ni con mala follá". Y así se evocó una fragancia de la Semana Santa de Granada que vino a la mente de los cofrades. Y no por medio del olor sino del sabor: el de las tradiciones, el de las particularidades de la tierra. Y también el de la gastronomía, la que degustó Cayuela en los estudios de EAJ-16 cada Semana Santa.

¿Y a qué huele la Semana Santa? "A mí me huele a vida. Me huele a bosque alhambreño, me huele a ilusión". Con el corazón abierto, la pregonera hizo brotar el aplauso del respetable en la lírica de su intervención y en el momento en el que Cayuela recordó a su propia madre. Los olores de la Semana Santa vinieron al recuerdo en la evocación de la cera, del incienso, las flores y en tantas fragancias que inundan cada una de las estaciones de penitencia que cobran vida de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección.

La Semana Santa de Granada está hecha de sonidos y el pregón dio cuenta de ello: desde las señales horarias que recordaba el pasado profesional radiofónico de Cayuela a las marchas que sonaron al principio y final del acto. Pero durante la intervención de la pregonera, se oyó el silencio en el teatro recordando a la hora nona del Viernes Santo en el Campo del Príncipe. Y hubo toque de corneta desde un palco que trajo a la platea el recogimiento de la oración ante el Cristo de las Favores y la Soledad de Nuestra Señora. E irrumpió la voz de Iván Centenillo: la saeta como otro de los particulares sonidos que atraviesan las tardes y noches de la semana de pasión en Granada. "Sonidos de nuestra semana santa que nos harán rezar, llorar y sonreír con una plegaria", recordó la pregonera.

Concluyó su intervención Emilia Cayuela bajo una extensa ovación extrayendo ella misma el alma de sus propias palabras: "un pregón humano y cristiano, vivencias que un día aprendí de vuestra mano".

Música y detalles del pregón

El pregón, fiel a lo que comentó Cayuela, tuvo espacios para todos los sentidos y muy especialmente para el oído. Volvió al teatro la marcha Semana Santa en Granada, himno oficioso de la semana mayor granadina, interpretada por la Banda Municipal de Música. El maestro Atienza fue el encargado de dirigir también Por la Caridad, de Víctor Ferrer, primera de las marchas escogidas por la pregonera como un guiño a su bario del Zaidín. A modo de epílogo, y previo a los himnos oficiales, tomó cuerpo la partitura de Mayor Dolor, de Ángel López Carreño, una pieza que entró por el vínculo especial de la pregonera con la dolorosa de Los Escolapios.

Sobre el escenario quedó dispuesto el tradicional altarico con el que se ambienta la escena. Para la ocasión, la Hermandad de la Borriquilla de Padul cedió la imagen del niño Zaqueo que penderá del nuevo misterio de la cofradía, salido de la gubia del veleño Israel Cornejo.

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