Tras un Domingo de Ramos espléndido, los cofrades están llamados a vivir igualmente una jornada inolvidable. En primer lugar por lo meteorológico, donde los cielos y las altas temperaturas pondrán el acento en estos primeros compases de la Semana Santa de Granada de 2023.

Y lo hará, además, con la ilusión de volver a ver en las calles a las cinco cofradías que tienen previsto realizar su estación de penitencia: la Hermandad del Huerto, la Hermandad del Trabajo, la Hermandad de los Dolores, la Hermandad del Rescate y la Hermandad del Santo Crucifijo de San Agustín.

Aniversario en las Comendadoras

No será la primera cofradía en poner su cruz de guía en esta jornada del Lunes Santo. Sin embargo, sí será la primera de las corporaciones que llegue hasta la carrera oficial para pedir venia ante la Real Federación e iniciar su itinerario hasta la Catedral para realizar su estación de penitencia. 

La Hermandad del Huerto, una de las corporaciones nazarenas de mayor entidad de nuestra Semana Santa, cumple en este 2023 el octogésimo aniversario de su fundación. Una oportunidad para recrearse en el importante patrimonio que han ido atesorando y que rodea a las imágenes titulares: el Señor de la Oración en el Huerto, que un año más contará con el acompañamiento musical de la Banda de Jesús Despojado, y María Santísima de la Amargura, que hará lo propio junto a los músicos de San Isidro de Armilla. 

Trabajo para un barrio

El Zaidín es uno de los barrios obreros por antonomasia de la ciudad de Granada. Un vecindario popular y populoso que no se resigna y busca salir adelante con el trabajo de sus manos. Esto es, precisamente, lo que cada Lunes Santo piden ante el Señor caído de la parroquia del Corpus: trabajo para los suyos. 

El misterio del Señor del Trabajo surcará las miles de cabezas que cada año, a la hora de la salida, atestan la confluencia de Navarra con Polinario. Una escena que emociona y en el que sentimiento se desborda. Lo mismo que, al salir el paso de palio de Nuestra Señora de la Luz, brota el fervor popular entre vítores, aplausos y pétalos. La Semana Santa en los barrios. 

El dolor se viste de salmón

Ninguna otra dolorosa en Andalucía cuenta con un color de palio tan personal e identificativo como el que envuelve a Nuestra Señora de los Dolores. Una inconfundible seña de identidad que ensalza y realza el drama escénico que, contenido en las mejillas y el rostro de la imagen, se nos presenta cada Lunes Santo en la Carrera del Darro.

La hermandad afronta su estación de penitencia con el compromiso y rigor que le caracteriza. Con un nutrido cortejo de nazarenos blancos, con la cruz borgoñona al pecho, y el característico andar que imprime el martillo y voz de Antonio Rodríguez. Lo clásico sobre lo clásico.

Rescatado en la Magdalena

Como este año no hay calima, el Señor del Rescate no vestirá de blanco. Lo hará con su túnica de rocalla. Se recupera en la Semana Santa de 2023 una estampa icónica, la de ver al eccehomo de Diego de Mora con esa estampa granadina, de ver al Hijo del Hombre con su túnica bordada y el topacio de los Pérez de Herrasti fijando el cordón del pecho.

La corporación de la parroquia de la Magdalena atraviesa un momento dulce, y prueba de ello es el respaldo con el que cuenta cada año. Y ya no solo en las calles, sino también en las filas: con un creciente cortejo que inunda las calles de su barrio con túnicas carmesí. Una elegancia que imprime carácter.

El Sagrado Protector

A duelo suenan las campanas del Santo Ángel cuando empieza a salir en procesión la Hermandad del Santo Cristo de San Agustín. Con las últimas luces del día, la corporación nazarena sale a la calla imponiendo un inusual silencio en una de las arterias comerciales de la ciudad. Respeto y mutismo ante la presencia del Sagrado Protector de la ciudad.

El Lunes Santo cuenta con la suerte de tener una cofradía como esta, que marca el contrapunto a las cornetas y tambores, a la agrupación musical y a las bandas de música. Todo ello, alfombrado por la luz de los cirios tiniebla que nutren los tramos. Una oportunidad única para reencontrarse con la majestuosidad y el deslumbrante recogimiento.