Las procesiones infantiles hacen cantera cofrade
Cuaresma
Se consolidan estas iniciativas, con las que los centros educativos promueven la cultura de Semana Santa
Viernes de Dolores, último día lectivo del trimestre, y los colegios concertados aprovechan la jornada para celebrar sus respectivas procesiones infantiles. Una iniciativa que, cada vez más, cuenta con el respaldo de la comunidad educativa del centro y que, progresivamente, se consolida dentro de las actividades escolares antes de la Semana Santa. Tanto es así que el Colegio Cerillo de Maracena ha celebrado ya su décima procesión infantil.
Según cuenta uno de sus docentes, “este proyecto surgió en 2009 de una forma casi anecdótica e improvisada pero diez años después la procesión infantil es una parte más de nuestro calendario escolar. Es más, incluso los padres piden mayor implicación a la hora de organizar todo”.
En esta edición de la procesión del Cerrillo de Maracena han participado todos los miembros de la comunidad educativa: los 230 niños y niñas además de todo el claustro de profesores, según ha apuntado su director Antonio Fuentes.
El cortejo se despliega a lo largo de diferentes calles del barrio mientras los pasos –el Cristo y la Virgen del Cerrillo– se anteceden de sus respectivos tramos de nazarenos y mantillas. Policía local, el alcalde con sus concejales, los acólitos e incluso hasta el propio obispo. No falta nada. Por eso, desde el aula de música se esmeran también por acompañar adecuadamente a esta procesión infantil: los niños de los cursos de ciclo superior interpretan diferentes marchas adaptadas a flauta dulce.
Flor, cera e incienso completan esta recreación de lo que es una hermandad en la calle. Pero como uno de los propios docentes advierte: “más allá de lo estético está el hecho religioso, vamos rezando el vía crucis por la calle. Es una manera de hacerles ver a los niños que la Semana Santa no es sólo lo externo, también lo interior”.
Mientras tanto, desde las aceras, tanto padres como vecinos acompañan al discurrir de esta “pequeña cofradía”. Una iniciativa que entusiasma a todos y que, como advierten, “se trata de hacerlo lo mejor posible y con la mayor devoción, porque esto es una escuela cristiana y una cantera para los cofrades”, sostiene uno de los padres del centro.
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