Montserrat Zamorano | Catedrática de la Universidad de Granada

"Emasagra se implica en lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible"

  • "La universidad es una fuente de conocimiento que debe dar respuesta a las demandas sociales"

Montserrat Zamorano.

Montserrat Zamorano.

Montserrat Zamorano es catedrática en la ETS de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Granada (UGR). Dirige la Cátedra Hidralia y fue Medalla de Andalucía. Reflexiona en esta entrevista sobre las alianzas entre universidades y empresas, la lucha contra el cambio climático o los retos de la sostenibilidad y la investigación.

-¿Qué papel juega la Universidad de Granada en su alianza con empresas como Emasagra, participada por Hidralia, que impulsa la Cátedra que usted dirige?

-Las universidades, al igual que toda la sociedad, se encuentran hoy día en un escenario de cambio. Se necesita construir una nueva universidad más acorde con el mundo actual, muy diferente a la de la tradición con las que estas instituciones fueron pensadas. La universidad es una fuente de conocimiento que debe dar respuesta a las demandas sociales. La UGR juega un papel fundamental en la sociedad y economía granadinas, pero también andaluzas y españolas. Es un actor decisivo en el impulso de alianzas que favorezcan escenarios que faciliten una interacción estrecha y continuada. Las alianzas Empresa-Universidad, como la Cátedra Hidralia o los numerosos contratos y proyectos de investigación impulsados por Emasagra, son sólo un pequeño ejemplo. Con ellas la universidad consigue tener un conocimiento de las necesidades reales de la sociedad, a través de las empresas, facilitando así la orientación de la formación y a dónde dirigir los esfuerzos investigadores. La empresa, como el resto de la sociedad, se ve beneficiada no sólo en colaboraciones que le permitirán una innovación tecnológica que las hará más competitivas, sino también porque dispondrá de titulados sensibles a las demandas sociales.

-Han celebrado jornadas sobre la lucha contra el cambio climático. ¿Es tan fundamental?

-Cada vez son más frecuentes los mensajes que nuestro planeta manda sobre las importantes y graves consecuencias que la actividad humana está provocando cambios sobre el sistema climático que se han traducido, hasta el momento, en un aumento de la temperatura global del planeta en un grado sobre el nivel preindustrial y señala que, al ritmo actual, el aumento de 1,5 grados se alcanzará entre 2030 y 2052. Esto está generando, y generará, un fuerte impacto sobre ecosistemas, sistemas hídricos, alimentarios y urbanos, la salud, la seguridad humana y los medios de subsistencia. Ante esta situación es necesario el desarrollo de estrategias para la mitigación y adaptación al cambio climático. Las primeras están encaminadas a combatir su causa y minimizar sus posibles impactos. En la medida en la que las estrategias de mitigación no alcancen los objetivos de contención de emisiones, se hace necesario buscar soluciones que permitan reducir las consecuencias negativas del cambio climático. Se puede por tanto concluir que el reto al que nos enfrentamos es lo suficientemente importante y complejo como para que se impulsen foros, como los organizados desde la Cátedra Hidralia +UGR, para tratarlos. Es fundamental que los estudiantes universitarios tengan conocimiento del marco en el que van a tener que desarrollarse profesionalmente, no sólo para poder abordar los problemas derivados del mismo, sino por las oportunidades profesionales que les ofrece.

“La temperatura global ha aumentado en un grado sobre el nivel preindustrial”

-¿Cómo puede implicarse en la sociedad, y este periodo de crisis, una empresa como Emasagra?

-Las empresas de gestión de agua, como Emasagra, tienen una clara implicación con la sociedad. No se puede olvidar que su objetivo es gestionar el recurso más básico e indispensable para el hombre. No se trata sólo de un recurso que cubre una necesidad biológica, además es indispensable para el desarrollo de actividades económicas como la agricultura. Tampoco se puede olvidar la importancia de su papel en mantener un nivel de la salud, no sólo desde el punto de vista de garantizar una calidad en el servicio de consumo, también en el tratamiento de agua una vez usada, que garantice una reducción de sus efectos ambientales. Su importancia se plasma en el Objetivo 6 de los 17 establecidos en la Agenda 2030: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, en el que deben trabajar para lograr cumplir con las metas establecidas en el mismo. En el marco de la Responsabilidad Social Corporativa, una herramienta que sirve para aminorar su impacto negativo sobre los derechos sociales, laborales y el medioambiente, empresas como Emasagra, que se implica en la consecución de metas incluidas en el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), pero también en otros ODS.

-¿Qué retos puede enumerar en materia de investigación y sostenibilidad para los próximos años?

-En las últimas décadas, el sector del agua se ha caracterizado por un importante desarrollo e innovación en materia de tratamiento y depuración del agua, impulsado por una normativa que cada vez es más exigente. Aunque existen importantes retos en este campo, es necesario abrir nuevas líneas de investigación basadas unos pilares que hoy día son claves desde el punto de vista económico, tecnológico, social y político, y que implicarán una total transformación del modelo de gestión del agua, como por ejemplo la Economía Circular y la Digitalización. La Estrategia de Economía Circular, impulsada por la Unión Europea, tiene una aplicación directa en los operadores de abastecimiento y saneamiento.

Como cualquier otro recurso, es necesario mantener el agua en la economía durante el mayor tiempo posible, además de reducir al mínimo su extracción del medio y la generación de residuos generados durante su potabilización y depuración. La aplicación de los principios de minimización debe ir acompañados de los de reutilización y reciclaje. Pero además la gestión del agua debe hacerse con la mayor eficiencia energética y utilizando fuentes de energía renovables; en este sentido es posible el uso de los propios residuos generados, por ejemplo los lodos, para producir energía que sea utilizada en el proceso que los han originado. La transición hacia una Economía Circular es una magnífica oportunidad para transformar nuestra economía y hacerla más sostenible, así como para contribuir a los objetivos climáticos y a la conservación de los recursos mundiales, crear puestos de trabajo a escala local y generar ventajas competitivas para nuestro país.