Cultura

Los museos andaluces, en alerta tras los ataques a obras de arte en Londres y Berlín

El museo de Bellas Artes de Sevilla.

El museo de Bellas Artes de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Los museos andaluces han recibido instrucciones por parte de la Consejería de Cultura para que permanezcan en alerta tras los ataques de activistas ecologistas contra obras de patrimonio artístico en Londres y Berlín. La Junta ha instado a las pinacotecas públicas a que sus vigilantes vayan ojo avizor pero sin crear "excesiva alarma".

El famoso cuadro de Los Girasoles de Van Gogh ha sido la primera víctima de una serie de ataques contra obras de patrimonio artístico en pinacotecas de Europa. El 14 de octubre, dos activistas ecologistas lanzaron sopa contra la obra del pintor neerlandés, que se exhibe en la National Gallery de Londres como parte de una acción de concienciación sobre el hambre en el mundo. Pocos días después, le tocó el turno a un  cuadro de Monet en Alemania, al que lanzaron puré de patatas; y a la figura de cera del rey Caros III, que recibió dos tartazos en el rostro, también en Londres. Detrás de estos tres ataques está la misma organización: Just Stop Oil.

La Consejería de Turismo, Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía, liderada por Arturo Bernal, ha confirmado a este periódico que, en principio, los museos andaluces dependientes de esta consejería no van a modificar sus protocolos de seguridad, pero sí se les ha dado instrucciones para que, en su actividad diaria, aumenten la vigilancia en sala, se preste más atención a los accesos y se insista a los visitantes para que respeten la distancia de seguridad con las obras de arte y utilicen más las consignas. 

El Ministerio de Cultura, por su parte, también ha enviado una comunicación a los museos españoles "instándoles a extremar las medidas de seguridad y ser exhaustivos" en el cumplimiento de las normas habituales de acceso de los visitantes. El mensaje alude específicamente a "la prohibición de de introducir elementos y bebidas en las salas", así como mochilas y bultos grandes, paraguas u objetos punzantes.

Museo Carmen Thyssen Málaga: "Es difícil hacer un control exhaustivo"

Javier Ferrer, gerente del Museo Carmen Thyssen Málaga, reconoce que, hasta ahora, la principal preocupación era que algún visitante introdujera en la pinacoteca algún objeto punzante o se produjera alguna actividad inapropiada dentro del museo que pudiera dañar las obras de arte, "Tras los incidentes en Londres y Berlín, somos más celosos en el control de las mochilas. Todos los bolsos y las mochilas pasan por un escáner y son supervisadas más exhaustivamente. Antes, nuestra preocupación era encontrar algún objeto punzante, pero ahora, tampoco permitimos la entrada de líquidos o alimentos sospechosos", señala Ferrer. Asimismo, se insta a los visitantes a usar las consignas, algo que es obligatorio si se trata de un bolso de grandes dimensiones.

El gerente del museo malagueño asegura que se ha extremado la vigilancia en las salas tras los últimos incidentes en Europa pero sin olvidar que, a un museo, "se viene a contemplar el arte y a recrearse, algo que no puedes hacer tranquilamente si hay un vigilante encima tuya que no te quita el ojo. Es muy difícil hacer un control exhaustivo de los visitantes".

Ferrer apunta como anécdota que, en alguna ocasión, han encontrado entre las pertenencias de los visitantes algún cuchillo pero siempre se ha tratado de algún regalo o souvenir, "no una navaja o algo similar".

El gerente del Museo Carmen Thyssen cree que los ataques a los cuadros de Van Gogh y Monet son "hechos aislados" y "no tendrán un mayor alcance". "En España, no recuerdo que se haya producido con anterioridad ningún incidente de estas características. Además, creo que para la causa que reivindican estos activistas ecologistas, sus actos son negativos. Dañan obras de arte para reivindicar su causa. Es de locos", apunta Javier Ferrer, que asegura que desde el Ayuntamiento de Málaga han recibido recomendaciones para ser más cautelosos.

¿Estás los museos andaluces preparados ante un acto vandálico?

Cada museo de Andalucía cuenta con su propio protocolo de seguridad, según su tamaño, infraestructuras y el patrimonio artístico que custodia.

Desde el Museo Picasso Málaga indican que todas las obras expuestas "están adecuadamente protegidas y tuteladas por sus diversos departamentos". Mientras, desde la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros Equipamientos Museísticos y Culturales apuestan por "tomar medidas" para intentar evitar que ocurran ataques que afecten a las obras, según recoge Europa Press. Por ello, en el Centre Pompidou Málaga, en la Colección del Museo Ruso y el Museo Casa Natal Picasso, "se van a implantar más medidas de seguridad" y, además "se está dando formación a los equipos de los tres centros".

Actualmente, en el Museo Picasso de Málaga, por motivos de seguridad, se deben depositar en el guardarropa los paraguas y otros objetos potencialmente peligrosos, y solamente se admiten maletas y mochilas con un máximo 55 x 35 x 20 centímetros, según se puede leer en su web. Sin embargo, la información no es clara en lo que respecta a las bebidas y alimentos. Según en la información general de su web, estos "deben permanecer en el interior del bolso o mochila durante la visita". Pero, en otro documento menos accesible, se indica que "no se permite entrar con comida ni bebida". 

En el Museo de Bellas Artes de Sevilla, por otro lado, no está permitido el acceso con mochilas o equipaje. Los únicos objetos permitidos en sala no pueden sobrepasar las medidas de 20 x 30 x 10 centímetros. No está permitido tocar las obras ni acercarse a ellas demasiado, debiendo guardar una distancia de seguridad de, al menos, 50 centímetros. Tampoco está permitido comer, beber, correr o fumar en el edificio. Y los únicos materiales permitidos para escribir o pintar en las salas son los lápices de punta seca. La pinacoteca sevillana no especifica en sus normas, si, aunque no está permitido comer dentro, se puede introducir algún alimento en los bolsos de mano.

Protocolos de seguridad en los principales museos españoles

El jefe del Departamento de Conservación-Restauración del Museo Reina Sofía, Jorge García Gómez-Tejedor,  reconoce que en la pinacoteca están "más pendientes" de este tipo de ataques porque tienen "obras emblemáticas que pueden ser mas susceptibles de una acción de vandalismo". No obstante, éste ha asegurado que, por el momento, no han aumentado la seguridad, aunque sí se "observa más al público". Asimismo, ha avisado de que valorarán "otras medidas según la evolución" de estas acciones y ha incidido en que se centran en tener preparadas "respuestas rápidas" ante estos u otros tipos de incidentes.

Las obras del Reina Sofía están ya protegidas según su vulnerabilidad de conservación. Las más delicadas están protegidas por algún tipo de cristal o vitrinas climáticas, mientras otras con menor vulnerabilidad tienen marcada una distancia de seguridad.

Las obras de formatos más grandes y no tan delicadas "no tienen protección de ningún tipo para que se puedan contemplar bien", si bien cuando se consideran de "cierta vulnerabilidad", también tienen marcada una distancia de seguridad.

La vigilancia también forma parte del protocolo de seguridad de las obras, por lo que cuando una pieza es "muy sensible" se aumenta el número de vigilantes. Además, al interior de la pinacoteca no se permite la entrada de "líquidos o materiales dañinos".

"Lo que no hacemos es blindar todas las obras por un posible vandalismo. Hay que tener en cuenta que el público entra a disfrutar de la exhibición", aclara Gómez. En caso de cualquier tipo de incidente, el Reina Sofía tiene un protocolo de tres fases para responder "lo antes posible".

Por su parte, el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, ya admitió la semana pasada, tras el ataque con sopa de tomate de dos activistas al cuadro Los Girasoles, que la pinacoteca está "ojo avizor" y ha "intensificado" la vigilancia.

"No es la primera acción de este tipo que se ha cometido en las últimas semanas y no sé si vale la pena mucho hablar de esto, porque en el fondo es lo que pretenden, esta publicidad", lamentó, para agregar que "hay formas bastante más inteligentes para defender nobles causas y haciendo las cosas de esta manera se consigue justo lo contrario".

Y desde el Museo de Cera de Madrid señalan que esperan que estos "actos vandálicos" no se produzcan en los espacios de la capital, y han indicado que si ven "actitudes fuera de tono" tendrán que "tomar mayores medidas de seguridad". Por el momento, no lo ven necesario.

"Apelamos al sentido común y la responsabilidad", aclaman desde el museo, que tiene personal de vigilancia y de mantenimiento, para actuar en caso de que cualquier figura se dañe, y prohíbe la entrada de líquidos y alimentos. Sin embargo, no tiene otras medidas de seguridad como distancia, cristales o vitrinas, ya que estas paliarían la "cercanía" del público con la exposición. "Queremos proteger nuestro producto pero que el público se sienta cerca y aprecie el trabajo".

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