Un córner en el que pararse cada mañana a tomar un café único, en el que degustar la mejor street food con platos tex-mex, thai o japoneses o en el que saborear cervezas de importación y las artesanales más selectas. Desde la esquina de Bella Kurva, entre las calles San Jerónimo y Postigo de Zárate, el mundo se ve de otra manera sin necesidad de wifi, mirando a la cara a los demás, compartiendo cuchillo y tenedor en un bar con mucha personalidad, buen producto fresco –todo lo que entra en la cocina es del Mercado de San Agustín– y que ofrece una visión diferente respecto a la cara tradicional de la hostelería granadina, aunque respetando la esencia autóctona y apostando por las tapas cuidadas como acicate para querer probar más especialidades de la carta.

El actual Bella Kurva, el que sacan adelante Remedios Lobato y Antonio Rodríguez, lleva seis años fidelizando clientela local e internacional a base de trabajo y de no quedarse quietos. Ambos con experiencia fuera de España regresaron a casa para plasmar su sello.

Heredaron el nombre del bar y el concepto de local innovador, pero su secreto ha estado en renovarse constantemente y aportar ideas llamativas para su público, el fiel, y el que van conquistando gracias a sus cocinas del mundo, el trato cercano y otros atractivos del bar como el propio diseño o sus vínculos culturales. De eso se trata, del boca a boca y de seguir tejiendo redes: "Las redes sociales están bien, pero nos quedamos más con que la gente que viene y repite semanalmente, nos mira cara a cara y acaba rebañando el plato", apunta Antonio Rodríguez, que se muestra orgulloso de que a su bar venga gente de todas las edades y la comida le encante a los niños.

Exterior de Bella Kurva, ubicado en la calle San Jerónimo.

Ahora cuentan en los fogones con un cocinero venezolano que domina a la perfección la comida oriental y elaboraciones con el sushi o la gyoza, la tapa que va camino de convertirse en la estrella por encima de los fideos, el clásico que no falla. Uno de los platos nuevos que está gozando de gran aceptación es el pad thai, de tallarines o arroz, mientras que las quesadillas llevan triunfando varias temporadas como complemento a tapas como el pollo tikka massala, el couscous o los tortellonis.

Cada curso han introducido novedades y esta temporada han realizado su gran revolución. Han pasado de ser un bar enfocado a a la noche a abrir todo el día (desayunos, comidas, meriendas y cena). El motivo de estar abiertos todo el día no es otro que dar otro paso más y, de paso, intentar poner en práctica la conciliación y entre los dos poder sacar más su hijo, León, y al hermano que viene en camino.

El café es otro de sus reclamos.

Ahora se presenta como una opción en pleno centro para hacer el breakfast o el brunch con una amplísima carta en la que destaca uno de los mejores cafés de Granada que les proporciona La Finca y que cada mes procede de un país. Para ello se han formado como barista y ya hay mucho "friki del café" que ha encontrado su sitio en la agitada calle San Jerónimo. 

El objetivo final del proceso es acabar teniendo un café Bella Kurva único en el mundo para auténticos catadores. Además, según detalla Antonio Rodríguez, entre la generosa oferta de tostadas –clásicas y modernas– va ganando la de aguacate con reminiscencias a la Costa, quizás "porque está de moda". Entre el público internacional también llaman la atención los huevos revueltos al wok acompañados de tostadas y productos como champiñón, salmón o beicon. Vamos, lo que se llama empezar el día fuerte, algo que también se puede hacer con un bol de yogur o de fruta de temporada o de ambas cosas a la vez. Sin olvidar los zumos y smoothies naturales.

Es por ello que Bella Kurva ha renovado su plantilla. "Hemos aumentado siempre buscando gente joven y dinámica para intentar salirnos del canon tradicional", apunta el jefe, quien además llama sobre la atención sobre la importancia de un "buen equipo".

La comida japonesa, tahi y tex-mex son las especialidades de este céntrico bar.

Este año han realizado también una reforma en el local que, cómo no, ha ido acompañada de una vuelta al diseño. Madamme Letters ha rotulado a mano las ventanas en sintonía con la carta dibujada por la artista local Carmela Maracas. No es de extrañar que sean uno de los bares de referencia para diseñadores, dibujantes, gente del cómic y tatuadores.

También son un bar muy musical. Este año volverán a hacer los conciertos de Noodle & Box, que comenzarán el sábado 30 de noviembre con Los Deltonos y que un sábado al mes traen a un grupo a Planta Baja que sirve de postre tras una caja de fideos chinos. "Nos gusta ofrecer algo más y tener un vínculo con el ambiente cultural de Granada", afirma Antonio Rodríguez.