Las Tinajas, sabor y tradición que no falla

Cuando se elige el nombre para un sitio hay que hilar muy fino. Eso que ahora llaman el naming los modernos. La persona que le puso Las Tinajas al mítico restaurante de la calle Martínez Campos estuvo atinada. Un nombre bonito y que sugiere tanto que la comida acaba constatando la sensación que tiene cualquiera al entrar por la puerta de que terminará satisfecho y con el paladar y el estómago saciados.

No podía ser de otra forma en una cocina que rezuma tradición en uno de esos sitios que está por derecho propio en el imaginario colectivo granadino. Porque ni las paredes repletas de premios y de fotos de personajes famosos de todos los ámbitos habidos y por haber que han pasado por allí constituyen el gran trofeo de Las Tinajas.

El auténtico reconocimiento es seguir celebrando sus jornadas gastronómicas –las más antiguas de la ciudad– congregando a buena parte de las figuras de la vida sociopolítica granadina mientras que el resto del año continúa siendo uno de los sitios referentes de la restauración en Granada. Porque lo es. Por su trato de cercanía y por su convicción de que la cocina es un arte en el que tan relevante es el sabor –lo que más sin duda– como el intentar aportar un trato diferencial y demostrar que el cuchillo y tenedor puede transportarte a todos lados.

En fin, toda esta retahíla para decir lo que importa de verdad, que otro año más, y ya van 28 ediciones, Las Tinajas ha puesto el foco sobre la importancia de ensalzar la cocina local inaugurando la época de jornadas gastronómicas con su crossover entre las cocinas andaluza y castellana de la mano del tradicional cochinillo, con los platos cortando las delicias lechales antes de acabar hechos añicos por los suelos del restaurante.

Un refugio acogedor para un día lluvioso entre arroz a banda, berenjena con setas y Jabugo gratinado al queso, atún de calidad y pastel de cabracho –el mar acompañando a la montaña– que sirvieron de complemento al tradicional cochinillo, que este año llega de Segovia de la mano del Restaurante Duque, y antes de un excepcional postre de chocolate al jengibre con helado de arroz con leche y salsa de curry marca de la casa.

"Haciendo ciudad" decía ayer Pepe Álvarez, el histórico maitre y copropietario de Las Tinajas parafraseando al alcalde Díaz Berbel sobre la importancia de apostar por lo autóctono. Álvarez rememoró los casi 50 años de reconocimiento y bagaje en el sector haciendo de la cocina un "arte con mayúsculas" a la par que hizo alusión a las casi tres décadas de vanguardia con unas jornadas que ponen en valor la calidad y la profesionalidad.

Por su parte, el otro 50% de Las Tinajas, el también copropietario Carlos Nestares agradeció la presencia a la que no faltaron el alcalde Luis Salvador y concejales como César Díaz, Manuel Olivares u Onofre Miralles y representantes de la hostelería y de otros ámbitos de la ciudad así como proveedores de un evento que este año cuenta con la colaboración del Restaurante Duque de Segovia, el restaurante gaditano El Copo que viene de Los Barrios con su propuesta de atún con manteca Mama Curra y el Restaurante Batiste de Santa Pola (Alicante) y su versión del arroz a banda. Todos acompañando al chef Santiago López, en sus primeras jornadas gastronómicas al frente del Restaurante Las Tinajas.

Las jornadas se desarrollarán, en almuerzos y cenas, los días 7,8,14, 15, 21 y 22 de noviembre.