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La Normal de Granada: formación e historia

  • El edificio que ahora acoge la Delegación de la Junta en Granada cumple 87 años con una historia por contar

Hace ya casi nueve décadas que un singular edificio se erige, majestuoso, desde su privilegiada posición en el extremo norte de la Gran Vía de Granada. Se trata de la que en su momento fue la Escuela Normal de Magisterio de Granada, conocida popularmente como La Normal, y que hoy día es la sede en la provincia de la Delegación de Gobierno Andaluz y de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.

Escuela de Magisterio

Al promulgarse la Ley de Instrucción Primaria de 21 de julio de 1838 se creó la Escuela Normal Central, seguida de la creación de Escuelas Normales en diversas provincias, como la de Granada, que se crea el 30 de septiembre de 1846 como Escuela Normal-Seminario de Maestros de Instrucción Primaria de la Provincia de Granada, teniendo su sede inicial en la calle Cárcel Baja. A partir de este momento, su andadura estará caracterizada por un penoso peregrinar sin sede fija. A los pocos años de su creación, y con el objeto de profesionalizar y reglar el oficio de maestro, se convierte en Escuela Normal Superior de Maestros, por lo que se hace más necesario ubicarla en una sede fija. En 1849 el Hospital de la Encarnación, situado en el Campo del Príncipe se encargará de ubicar a la institución durante algunos años, hasta 1865, fecha desde la cual, pasaría de nuevo por numerosas sedes de manera provisional.

Año 1910. Obras del edificio del Instituto Padre Suárez al comienzo de la Gran Vía. Al fondo, aún no se ha construido el Americano, nombre popular por el que se conoce a este edificio y que debido al apodo de Juan Giménez Guerrero, que se había enriquecido en América y que compró el solar para la construcción de este inmueble Año 1910. Obras del edificio del Instituto Padre Suárez al comienzo de la Gran Vía. Al fondo, aún no se ha construido el Americano, nombre popular por el que se conoce a este edificio y que debido al apodo de Juan Giménez Guerrero, que se había enriquecido en América y que compró el solar para la construcción de este inmueble

Año 1910. Obras del edificio del Instituto Padre Suárez al comienzo de la Gran Vía. Al fondo, aún no se ha construido el Americano, nombre popular por el que se conoce a este edificio y que debido al apodo de Juan Giménez Guerrero, que se había enriquecido en América y que compró el solar para la construcción de este inmueble / C. M. M.

Pese a la urgencia, ninguno de los lugares considerados era el adecuado para albergar la Escuela, pero se optó por el antiguo Convento de Santo Domingo, donde compartía espacio con el Museo Provincial, Academia de Bellas Artes, Liceo, Comisión de Monumentos y Sociedad de Amigos del País. Ante esta situación, no tarda en trasladarse al edificio del Monte de Piedad, en la Carrera del Darro en 1878, aunque las malas condiciones del inmueble le llevaron a volver a buscar otro lugar, esta vez en la calle Ballesteros.

Varios planes de reformas educativas se sucedieron sin afectar positivamente la dificultosa situación por la que atravesaba la institución, hasta que el plan de 1914, en el que se unifica el título de magisterio, mejorando la calidad de sus estudios, la escuela Superior pasa a ser Escuela Normal de Maestros de Primera Enseñanza, con unas leyes y unos reglamentos mucho más claros y orientados a la profesionalización.

En aquella época se encontraba en construcción el edificio del Instituto de Segunda Enseñanza de la provincia de Granada, lo que hoy es el Instituto Padre Suárez. Esta ejecución se inició el 30 de abril de 1904, coincidiendo con la llegada a la ciudad de Alfonso XIII y donde se colocó la primera piedra. El Instituto fue finalmente ocupado, habilitándose una planta, el 10 de enero de 1918, aunque no se terminó hasta 1923. El 11 de enero de 1934 se decide ponerle el nombre de Padre Suárez.

El rector de la Universidad de Granada hizo una petición para poder establecer en este edificio, entonces en construcción, la sede de la Escuela Normal de Magisterio, pero las pretensiones económicas del proyecto lo impidieron.

Pascual Nácher. Director General de Primera Enseñanza Pascual Nácher. Director General de Primera Enseñanza

Pascual Nácher. Director General de Primera Enseñanza / C. M. M.

Sede definitiva

Fue en el año 1923 cuando el entonces director de la Normal, Joaquín Cerrailo, aprovechó que el castellonense, granadino de adopción y muy vinculado a la ciudad, Pascual Nácher estaba al frente de la Dirección General de Primera Enseñanza para pedirle que se eligiera oficialmente, entre el Jefe de los Arquitectos del Ministerio de Instrucción Pública y el Ayuntamiento de Granada, un solar definitivo para albergar la sede de la Escuela Normal.

Se barajaron varias opciones para su ubicación del centro formativo en la ciudad y finalmente la propuesta seleccionada consistió en construir un nuevo edificio en uno de los solares ofrecidos por el Ayuntamiento para esta actuación y situado en el Triunfo, junto al que hoy es el Instituto Padre Suárez.

Emplazamiento histórico

Lo que hoy son los Jardines del Triunfo, en la época musulmana era un cementerio unido al Albaicín y situado junto a la Puerta de Elvira. Conquistada la ciudad por los Reyes Católicos, desaparece el cementerio y se inicia un periodo donde se construyeron varias edificaciones en esta zona, como el Convento de la Merced y la Iglesia de San Ildefonso.

Desde principios del siglo XIX y hasta 1840 este entorno, era un lugar para la realización de ejecuciones públicas, siendo la más famosa de ellas la de Mariana Pineda, ejecutada en 1831. En la actual Plaza de la Libertad, a espaldas del actual edificio de la Normal, hay un monolito en memoria de esta granadina.

A mediados del siglo XIX se transformó este espacio en un parque con jardines ordenados y fuentes. La apertura del nuevo eje viario de la ciudad que representaba la Gran Vía, a principios del siglo XX y la construcción del edificio de la Escuela Normal de Magisterio acabó con los antiguos jardines del Triunfo y se generaron otros espacios públicos como la Plaza del Triunfo (junto a la Puerta de Elvira) y Plaza de la Libertad, desplazando los Jardines del Triunfo a su ubicación actual.

Un ejemplo de ese traslado se visualiza en el monumento a la Inmaculada, situado originariamente en el actual emplazamiento de la Plaza de la Libertad, y que se trasladó al centro de los jardines actuales del Triunfo cuando se inauguraron en 1960.

Dibujo de la ciudad de Granada en 1853 realizado por el francés Alfred Guesdon, con la antigua plaza de toros de Granada y los entonces Jardines del Triunfo que se extendían a partir del arco del Elvira Dibujo de la ciudad de Granada en 1853 realizado por el francés Alfred Guesdon, con la antigua plaza de toros de Granada y los entonces Jardines del Triunfo que se extendían a partir del arco del Elvira

Dibujo de la ciudad de Granada en 1853 realizado por el francés Alfred Guesdon, con la antigua plaza de toros de Granada y los entonces Jardines del Triunfo que se extendían a partir del arco del Elvira / C. M. M.

El proyecto

El edificio fue proyectado por el arquitecto Antonio Flores Urdapilleta, que dirigía entonces la Oficina Técnica de Construcciones Escolares del Ministerio de Instrucción Pública. La construcción diseñada, de planta rectangular con 80 metros de longitud mayor, y 60 metros de altura se ubicaba en el centro de la parcela elegida y se organiza en torno a dos patios cuadrados, con torreones en cada esquina, situándose el acceso principal en el centro de las dos fachadas largas, coincidiendo con otra torre central que refuerza el sentido simétrico de todo el conjunto. El acceso se realiza en la fachada principal a través de una escalinata que salva la diferencia de altura entre la planta principal y la cota de la calle Gran Vía, accediéndose a nivel del terreno en la fachada opuesta.

En el momento de la redacción del proyecto, en el solar elegido se habían comenzado a construir unas escuelas. Se hizo el traspaso de la propiedad en 1923 y en 1924 comenzaron las obras del nuevo edificio sobre los cimientos de las iniciadas escuelas y con una partida presupuestaria inicial de 700.000 pesetas.

Jardines del Triunfo en 1962 Jardines del Triunfo en 1962

Jardines del Triunfo en 1962 / C. M. M.

Edificio singular

La dirección de las obras las llevó a cabo el gran arquitecto granadino Leopoldo Torres Balbás, que dejó su huella en algunos de los elementos, como las referencias mudéjares, muy presentes en la arquitectura de Balbás y que, por aquel entonces, era el encargado de las obras de reconstrucción de la Alhambra. El resultado, un edificio enmarcado en la arquitectura historicista propia de principios del siglo XX, aunque con referencias a la tradición local granadina, con elementos mudéjares, convirtiéndose así en un edificio autónomo de los existentes en el resto de la Gran Vía. Es un interesante y valioso ejemplo que mezcla elementos clásicos con la tradición mudéjar granadina y con reminiscencias renacentistas, todo ello bajo el filtro racionalista que imperaba en la arquitectura de esa época.

Destaca en sus fachadas el gran número de huecos, unos adintelados, otros con arco de medio punto, evidenciando así las nuevas técnicas constructivas que permitían dotar a las fachadas de una mayor ligereza, a la vez que iluminaba generosamente los espacios interiores del edificio, destinados muchos de ellos a aulas. La portada de acceso, que estructura toda la fachada principal, coincide con la torre central que se eleva una planta más que el resto de la fachada. En su planta baja se ubican las escaleras de acceso, a ambos lados del eje central de la torre.

Alzado y fachada principal de La Normal, marzo de 1923 Alzado y fachada principal de La Normal, marzo de 1923

Alzado y fachada principal de La Normal, marzo de 1923 / C. M. M.

El mobiliario se diseñó exclusivamente para esta Escuela de Magisterio por el artista granadino Hermenegildo Lanz, que además era profesor de dibujo de la institución. En su labor de diseño, consultó a todos los integrantes del equipo docente acerca de las necesidades a las que debía responder el mobiliario, montando en el mismo edificio el taller de construcción y montaje de las piezas. El mobiliario diseñado, de estilo racionalista, reducía a la simple y austera estructura de los elementos su propia decoración, consiguiendo una perfecta adecuación al edificio y a sus necesidades.

Hermenegildo Lanz diseñó el mobiliario en unos cuarenta metros de papel. Dicho mobiliario fue realizado por los obreros granadinos del Sindicato de Madera a los que orientó personalmente durante sus trabajos acometidos en el taller acondicionado en el edificio.

Inauguración el 1 de octubre de 1933. Inauguración el 1 de octubre de 1933.

Inauguración el 1 de octubre de 1933. / C. M. M.

La inauguración

En 1933 el edificio estaba ya concluido a falta tan sólo del acondicionamiento de los espacios exteriores. El 1 de octubre de 1933, impulsada por su inclusión en el nuevo plan de educación de 1931, y después de casi 10 años y más de dos millones y medio de pesetas empleados en la construcción, se inaugura el centro, contando con la presencia del presidente de la primera República, Niceto Alcalá Zamora, el Ministro de Instrucción Pública Fernando de los Ríos y una amplia representación de las autoridades granadinas.

Como curiosidad, en esta fecha aún no se había realizado la conexión de las instalaciones del centro a la red de agua, razón por la cual no pudo iniciarse de manera inmediata la actividad docente para lo que había sido dedicado. Durante el curso de 1933-34 el edificio comenzó a funcionar.

En el edificio se instala la Escuela Normal de Magisterio de Granada, nombre demasiado largo para ser usado por los granadinos, tan dados al ahorro fonético, y que hacen de ‘La Normal’ la denominación popular que aún se conserva a pesar de no tener ya actividad docente.

Clase de Dibujo con el mobiliario diseñado por Hermenegildo Lanz Clase de Dibujo con el mobiliario diseñado por Hermenegildo Lanz

Clase de Dibujo con el mobiliario diseñado por Hermenegildo Lanz / C. M. M.

El centro docente

Durante la construcción se aprueba la reforma de los estudios de Magisterio llevada a cabo en 1931, que, entre otras cosas, establecía la unión de las escuelas de magisterio masculina y femenina. Una vez finalizado el nuevo edificio, la nueva institución, ya unificada y bajo el nombre de Escuela Normal del Magisterio de Granada, comienza su andadura en el curso 1933-34.

La planta principal estaba destinada a los cuarenta estudiantes que, según el Reglamento, deberían asistir a las clases de la carrera de Magisterio, así como a los profesores que las impartían. Esta planta se dotó de modernas dependencias para la época: aulas adaptadas específicamente a la materia a impartir, biblioteca, sala de lectura, sala de profesores, despacho de dirección, secretaría y archivo. El moderno edificio contaba también con un magnífico Salón de Actos, de estilo neoclásico inspirado en el Palacio de Carlos V con capacidad para 280 espectadores y en el que se pretendía instalar un teatrillo infantil, una pantalla cinematográfica e, incluso, una estación de radio.

En la planta baja se instalaron las dependencias de las escuelas infantiles graduadas, con 12 grados educativos, y donde se matricularían cada año más de trescientos niños y donde se disponía de amplias clases, material pedagógico adecuado, comedor, patios de recreo, lavabos, duchas y cuarto de roperos.

En el semisótano se encontraban los registros del agua y las calderas de la calefacción, que se distribuía a todas las dependencias, así como las viviendas y habitaciones complementarias para el personal subalterno. En 1970, se inaugura la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de EGB y en el año 1990 finaliza la actividad docente en el centro, ya muy deteriorado después de las casi seis décadas.

Biblioteca de La Normal Biblioteca de La Normal

Biblioteca de La Normal / C. M. M.

Conservación y modificaciones

Cabe destacar algunas dependencias de gran valor arquitectónico y espacial que se han mantenido prácticamente intactas hasta nuestros días, como el Salón de Actos, la Sala de Profesores, el Despacho de Dirección, el Laboratorio o la Biblioteca, valiosos ejemplos de arquitectura interior.

Fundamentalmente, el espacio original del edificio de la Escuela Normal de Magisterio se ha mantenido invariable desde su construcción. Lo que ha ido cambiando con el tiempo y según las necesidades ha sido la distribución interior de algunas dependencias, al principio para dividir las zonas por sexos, puesto que albergaba las sedes de la Escuela masculina y la femenina, y posteriormente por razones de demanda de espacio debido al creciente número de alumnos que cursaban sus estudios.

En 1989 la Junta de Andalucía y la Universidad firmaron un convenio para ceder el edificio al gobierno andaluz y en 1992 comenzaron las obras para instalar allí su sede. La historia se repitió y de nuevo hubo que esperar una década para volver a ver el edificio ocupado, esta vez en noviembre de 2003. Su rehabilitación costó unos 18 millones de euros.

El edificio de La Normal, un elemento arquitectónico muy singular, gestado hace ya casi un siglo, y por el que durante décadas muchos cientos de granadinos y granadinas pasaron bajo sus cubiertas, grabando para siempre en su memoria las imágenes y las vivencias allí ocurridas, ya fuesen como docentes o por pertenecer a su alumnado. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo y el conocimiento de los acontecimientos que rodearon a este enclave granadino tan especial, me doy cuenta de la suerte que he tenido al pertenecer a tan selecto grupo y de haber formado parte de su historia.

Clase de Tercero de EGB en el CP La Normal de 1980 Clase de Tercero de EGB en el CP La Normal de 1980

Clase de Tercero de EGB en el CP La Normal de 1980 / C. M. M.

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