Entrevista

El Tiempo Perdido: la librería contemplativa que puedes encontrar en Granada

Entrada a la librería El Tiempo Perdido

Entrada a la librería El Tiempo Perdido / Cristian Castro (Granada)

Dar un paseo por Granada es descubrir calles y lugares donde tradición y cultura envuelve cada rincón. Ya sea por sus monumentos, sus edificios e incluso los comercios de la zona. Y que mejor lugar para aprender, educar y socializar como puede ser una librería. Y si encima cuenta con una buena selección de libros y un entorno acogedor y tranquilo, el lector vivirá una experiencia única e irrepetible.

Entre las muchas librerías que existen en Granada, hay una que, sin llevar largo tiempo afincados en el centro, han conseguido ser una de las opciones más recurridas a la hora de adquirir un libro. Se trata de la librería El Tiempo Perdido. Un local que está situado en la comercial calle de Puentezuelas, varios metros antes de llegar a la Facultad de Traducción e Interpretación.

Esta librería abrió en 2016, en un lugar diferente al que está emplazado hoy día. Fue en 2020 cuando decidieron mudarse buscando un lugar más amplio y mejor situado en la ciudad con el objetivo de dar más visibilidad al propio negocio y acercarse a todos aquellos apasionados de la literatura.

En cuanto accedes al interior se puede sentir una energía que invita al visitante a perderse entre sus miles de lomos y portadas perfectamente ordenados en las numerosas estanterías distribuidas por las dos plantas de la que consta el local. Pero si con eso no es suficiente cuenta con elementos decorativos que, sin ser excesivos ni recargados, hace que observar el propio entorno sea algo casi catártico.

En la segunda planta, en dos coloridos sillones alrededor de una pequeña mesa llena de varios libros, el librero y fundador Daniel Aguilar cuenta a Granada Hoy cómo es aventurarse a montar una librería en tiempos de Amazon.

“La idea de abrir una librería siempre ha estado ahí. Una de las cosas que siempre he querido es tener mi propio negocio y ser mi propio jefe” comenta Daniel. “A la hora de abrir estuve pensando cuál es el campo que mejor controlo. Una librería era lo lógico para mí”.

El espacio y la decoración es uno de los elementos característicos de esta librería El espacio y la decoración es uno de los elementos característicos de esta librería

El espacio y la decoración es uno de los elementos característicos de esta librería / Cristian Castro (Granada)

Asegura que a la hora de montar una librería, aunque pueda parecer una locura, no es una idea descabellada. “Estuve estudiando el mercado de las librerías y descubrí que nada de los problemas que se dicen sobre este negocio son reales. Eso de que Amazon es el culpable de que las librerías no prosperen no es cierto. Amazon vende de todo, ¿por qué no pasa lo mismo con otras tiendas?” pregunta con cierta ironía.“Las librerías son muy fuertes, aunque eso no quita que se pueda tener algunas dificultades.” 

El propietario hace hincapié en, dentro de las reflexiones que surgieron durante la entrevista, la importancia de un librero: “yo estoy muy tranquilo con los algoritmos que rigen nuestros gustos. Yo mismo soy una persona normal con gustos convencionales pero muy pocas veces el algoritmo me ha recomendado algo que me interese. Si por ejemplo te gusta la novela negra escandinava sí hay más posibilidades de que te recomiende algún libro que entra dentro del espectro. Pero si por otro lado lo que te gusta es el estilo es imposible que te sugiera un autor que tiene ciertos parecidos a otros. Nosotros como profesionales tenemos que ir por delante del propio cliente en muchos aspectos literarios. Nosotros tenemos que reconocer en la mayoría de las ocasiones qué busca el cliente.”

Daniel tenía un concepto muy claro de cómo quería que fuese su librería. “Yo quería una librería agradable, en la que no me pusiese nervioso. Cuando alguien entra a una librería está expuesto a una gran cantidad de estímulos. Quiero decir que, por ejemplo, tiene El Guion de Robert Mckee ahí, y un poco más allá, la biografía de Mishima. Hay un sinfín de libros y todos puestos de canto. Esto hace que el individuo empiece a pensar y asociar una gran cantidad de ideas que finalmente se acaban convirtiendo en ruido blanco. Por eso ponemos los libros de frente, pues te dan una idea más sosegada y te da una mayor tranquilidad a la hora de comprar. Son pequeñas diferencias que al final hacen mucho, sobre todo por el cliente”.

"No estamos en contra de situar más a la vista ese Best Seller del momento"

Una de las cuestiones más recurrentes en una librería es qué libros son más adecuados para llenar las estanterías. Si es cierto que se cuenta con la facilidad de que el propio librero lo puede pedir al almacén con el que trabaje y en pocos días se puede ir a recoger al propio local. Pero es importante tener en cuenta aquellos títulos que pueden ver los clientes que entran en busca de paliar sus ansias lectoras. Ante esto El Tiempo Perdido ofrece una selección que tiene sus peculiaridades. Llamativo es la sección, al poco pasar el marco de la puerta, que tienen enfocado a la literatura japonesa.

“No estamos en contra de situar más a la vista ese Best Seller del momento. Si fuera solo por vender hubiera puesto una tienda de móviles. Pero es sorprendente como libros que han tenido cero marketing aquí acaban vendiéndose mucho más que lo último de Pérez Reverte. Creo que la gente, cuando entra, tiene un concepto distinto de esta librería. Creo que la propia influencia de los títulos de los que disponemos y el asesoramiento al final es lo que hace que el lector salga contento y se convierta en su librería de referencia”.

A la vez este espacio se ofrece para realizar presentaciones, charlas e incluso podcasts. “Es una forma de que nos conozcan un poco más y a la vez dar la oportunidad de que la gente pueda venir y aprender sobre lo que están leyendo, ya que muchas de estas charlas están realizadas por grandes expertos en la materia que se esté tratando. Esto no quiere decir que aceptemos cualquier propuesta, seleccionamos las que pensamos que son más interesantes”.

Así Granada, y gracias a la visión de Daniel y al gran trabajo de su equipo, cuenta con un lugar de referencia para aquellos que realmente aman la lectura o simplemente quieren comenzar en el mundo literario y se sienten completamente o parcialmente perdidos.

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