La nueva vida de La Calahorra : "Están los bares llenos y hasta la panadería ha vendido ya todo el pan"

Vecinos, bares y hostales empiezan a notar el pulso turístico en el primer fin de semana de apertura del castillo

Visitas al Castillo de la Calahorra: fechas, horarios y entradas

Victoria Morales, Mercedes Sánchez Ortega, Isabel Sánchez y Alberto César, vecinos del pueblo.
Victoria Morales, Mercedes Sánchez Ortega, Isabel Sánchez y Alberto César, vecinos del pueblo. / A. R. R.

Mercedes Sánchez Ortega e Isabel Sánchez permanecen sentadas en un banquito de la iglesia de La Calahorra tras la misa. En el templo, el silencio solo se rompe con la charla de las dos mujeres a la que unos minutos después de suma otra vecina del pueblo, Victoria Morales.

Un rumor similar al que habita en las calles del pueblo, que permanecen desiertas a la hora del almuerzo, momento en el que la vida bulle en las terrazas de los bares y restaurantes donde los primeros visitantes del castillo de La Calahorra se han quedado a comer tras conocer un monumento que este fin de semana ha abierto al público general por primera vez en sus 500 años de historia.

Visitantes del castillo en el primer fin de semana de apertura.
Visitantes del castillo en el primer fin de semana de apertura.

"Están comprando todo: lo viejo y lo nuevo"

Si bien es cierto que el pueblo aún no respira en clave de turismo de masas, sus vecinos sí han notado cambios incluso en este primer fin de semana de apertura. Hay más gente por la calle y en los negocios, indican las vecinas en la iglesia, que también ven movimiento económico en ciernes.

El pueblo está decorado con motivos hechos de croché
El pueblo está decorado con motivos hechos de croché / A. R. R.

"Desde que el Castillo está abierto están comprando muchas casas, la gente de 'por ahí' está comprando todo: lo nuevo y lo viejo. Las están arreglando para alquilarlas a la gente que venga en verano o lo fines de semana", sostiene Mercedes, contenta de ver cómo su pueblo, de apenas 400 habitantes en la actualidad, pálido por la despoblación y el envejecimiento de sus vecinos, empieza a oxigenar la sangre desde la apertura del monumento.

Familias jóvenes en La Calahorra.

Además de las visitas esporádicas, explican, alguna familia joven también ha decidido mudarse a la Calahorra. Es el caso de una pareja que acaba de abrir una panadería, un pequeño negocio que también está notando el pulso de la novedad, según estas mujeres. "Están los bares llenos y hasta la panadería ha vendido ya todo el pan hoy", sentencia Isabel, consciente de que su pueblo ha ido perdiendo población década a década, sobre todo desde que la mina de Alquife cerró en 1996.

"Esto está dando vida al pueblo, falta hacía"

"Esto está dando vida al pueblo, falta hacía", coinciden las tres vecinas sobre el atractivo turístico del Castillo, aunque este envite solo durará 6 meses, momento en el que volverá a cerrarse para acometer los trabajos de rehabilitación, indica el guía del castillo durante la visita.

Sobre la compra y futura rehabilitación del castillo, explica Mercedes, ha sido una buena noticia para toda la zona y para el propio edificio, que "estaba ahí cerrado, hecho un asco" se lamenta.

Habitaciones y comedor lleno

David González, uno de los tres hermanos que regentan el restaurante y hostal Labella, cuenta que tiene todas las habitaciones reservadas desde hacía tiempo, incluso antes de que se supiera que el castillo iba a abrirse. Donde claramente ha notado el impulso "de gente que viene a ver el Castillo" es en la afluencia en el restaurante, que recibe familias enteras. David cree que, por otro lado, la tendencia se extenderá al resto del pueblo, "cuando no sea para desayunar, será para comer, tanto aquí como en los otros bares del pueblo, se va a notar".

Los propietarios del restaurante Labella, David González y sus hermanos
Los propietarios del restaurante Labella, David González y sus hermanos / A. R. R.

Las primeras visitas

"Da pena solo poder acceder a cuatro salas"

Isabel Torrente ha llegado desde Chirivel junto a otras dos parejas para conocer el castillo. "Me ha parecido impresionante, aunque da mucha pena que solo se pueda acceder a cuatro salas cuando tiene que tener tesoros escondidos que estamos deseando ver", indica la visitante que, pese a ver el castillo durante años desde la autovía camino a Granada, es la primera vez que lo visita ya que hasta ahora no ha sabido que podía visitarse.

Sí es el caso de otra de las visitantes, Elisa Romero, procedente de Granada, quien hace pocos años pudo realizar la visita privada antes de que el monumento fuera adquirido por la Diputación de Granada. "La guía era nieta de los antiguos guardeses del castillo y se lo conocía todo, muchas de historias de la vida en el palacio y del Marqués", cuenta. "Pudimos ver incluso la antigua cárcel de mujeres y todas las habitaciones, la verdad es que esa visita y la explicación me gustó mucho más que la de hoy, era más completa", finaliza.

"El castillo sigue exactamente igual, no hay ninguna diferencia"

La familia Altazubiaga llegada desde Granada ha sido una de las primeras en visitar el Castillo. Lo visitaron hace años ya que, a través de un conocido, un vecino del pueblo les abrió el castillo y pudieron verlo al completo.

Familia Altazubiaga, José y Sandra, junto a sus hijos Ángela y Miguel.
Familia Altazubiaga, José y Sandra, junto a sus hijos Ángela y Miguel.

"El castillo sigue exactamente igual", indica Sandra, "no hay ninguna diferencia", salvo por la explicación del guía que "lo hace más ameno", completa José. Esta familia espera que tras la rehabilitación la visita se complete ya que "es un lugar precioso".

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