El tiempo y las temperaturas suelen cambiar con la llegada del otoño. Normalmente el fresco da un alivio tras el caluroso verano, haciendo tener unas buenas temperaturas e incluso entrando con cierta prisa los primeros días en el que es necesario una sudadera y pantalón largo.

Pero esto es algo que cada vez sucede más tarde. En Granada, sobrepasando ya el ecuador del mes de octubre, se siguen sucediendo días en el que los termómetros marcan una temperatura que superan los 30 grados durante el día.

Por eso, algunos aspectos característicos de esta estación puede que no encajen como debería. Por Granada se puede encontrar puestos donde se asan castañas, que se instalan por las calles ofreciendo un cucurucho lleno de estos deliciosos frutos otoñales.

Estos puestos ofrecen estas castañas bien calientes, haciendo más llevadero el supuesto frío que va entrando en la ciudad. De esta forma, mientras uno pasea por las calles de Granada, se puede parar en uno de estos puestos callejeros y adquirir estas deliciosas castañas.

Pero la situación actual hace que, en cierta forma, en vez de comprar un cucurucho de castañas apetezca más adquirir un helado. El calor de estos días hace que no se necesite estas calientes castañas ya que las sudaderas y los pantalones largos están guardados todavía en el armario.

Eso no quita que aquellos fanáticos de este alimento lo adquieran para degustar su sabor. Es uno de los frutos naturales que mejor sienta a la salud, ya que aporta diversas vitaminas al organismo. Lo que sí es cierto que todavía resulte algo extraño adquirirlas aunque poco a poco las temperaturas van remitiendo y a más de uno le entrará ganas de acudir a la Carrera de la Virgen para comprar un cucurucho de castañas.