La fiebre por la comida 'made by monjas' invade Granada: "Ahora estamos pintando anguilas de mazapán para un encargo"
El convento de San José de las Carmelitas Calzadas y el de las Comendadoras de Santiago ostentan dos flamantes Soletes Repsol por su manejo del gran libro de la gastronomía monacal
Dos conventos históricos, bares de toda la vida y nuevas barras: los 11 nuevos Soletes Repsol de Granada
Las monjas no solo tienen 'mano con Dios', también con los fogones y enarbolando un recetario centenario, el monacal, que está causando furor últimamente entre los 'foodies'. Y aunque en Granada ya se han vivido otras calenturas gastronómicas similares, recordemos el éxito de las Carmelitas de Granada con su famoso 'sushi de clausura', este año, con la mención especial que han recibido las cocinas de dos monasterios de la ciudad por la Guía Repsol, la moda gastronómica conventual está servida.
Dos puntos clave en Granada
El convento de San José de las Carmelitas Calzadas y el de las Comendadoras de Santiago ostentan dos flamantes Soletes Repsol por su manejo del gran libro de la gastronomía monacal que sobre todo, encuentra su cénit de pericia en los dulces y la repostería. Estos dos son parte del club recién estrenado por la entidad gastronómica que este año premia por primera vez a 27 monasterios de toda España.
Sobre el del Realejo, conocidísimo entre todos los granadinos, cuenta la Guía que allí, una veintena de comendadoras dirigidas por la madre María Auxiliadora "trabajan en el obrador mientras sacan adelante una hospedería con más de cuarenta camas". Se hacen eco, además, de las palabras de su superiora: “Ahora estamos pintando anguilas de mazapán para un encargo, pero hacemos treinta dulces distintos”.
También 'salado'
Las religiosas de este convento, además, también cocinan 'salado'. En las Comendadoras también se pueden encargar menús especiales para grupos y comer en el mismo edificio de la Calle Santiago 20 de Granada.
El sushi de clausura
En el otro monasterio premiado con un Solete Repsol, el Convento de San José de las Carmelitas Calzadas, "la madre María Dolores y el resto de hermanas, de origen filipino, compaginan las pastas de almendra, los mantecados y los polvorones con una gran variedad de platos de cocina asiática para llevar", recuerda, precisamente, la entidad gastronómica.
Los conventos andaluces
Primer mito desmontado: no solo de mantecados y polvorones a través del torno viven estos obradores. Por ejemplo, las mínimas del Monasterio de Jesús María del Socorro, en Archidona (Málaga), son muy conocidas por sus borrachuelos y sus quesitos de almendra, que también venden por internet. Las Carmelitas Calzadas de Antequera no dan ese servicio, pero quien se acerca a comprar, por ejemplo, una cajita de sus alfajores, puede visitar también su prolijo museo conventual.
Dulces estrella
La tradición repostera es muy importante entre las monjas andaluzas y, según los expertos en gastronomía de Guía Repsol, cada una tiene dulces estrella. En el Monasterio de Santa Paula de Sevilla, las jerónimas dirigidas por la priora Sor Tiyama Irimpan son especialistas en elaboraciones frutales, como la cremas, las mermeladas, o las gelatinas y en el de Santa Clara de la Columna, en Belalcázar (Córdoba), cocadas, empiñonadas y nevaditos.
En muchos casos, son las religiosas inmigrantes quienes sostienen la tradición: “Cuando llegamos al convento, estos dulces no son familiares para nosotras, no los conocemos, pero enseguida aprendemos. Las hermanas con más edad y experiencia nos enseñan”, explicaban a Guía Repsol desde el Monasterio de San Cristóbal y Santa Rita, en Medina-Sidonia (Cádiz), donde una mayoría de monjas africanas elaboran dulces medievales.
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