Descubre en Granada el hotel rural con Llave Michelin: asequible, con encanto y el alma de una casa señorial andaluza

Todo lo que esté cerca de un reconocimiento Michelin suele ser sinónimo de varios ceros en la factura final. Ya sea en su catálogo de restaurantes con Estrella o su equivalente en lo que concierne a hoteles, la Llave Michelin. En ambos casos, no obstante, existen algunos nombres propios que destacan por ser asequibles pese a contar con los mayores méritos internacionales y, uno de ellos es un hotel ubicado en Albolote, Granada, cuyo precio por noche está lejos de llegar a los más de mil euros que acostumbran sus homólogos. Este es el hotel de la provincia con Llave Michelin en el que se puede saborear la exclusividad por un precio razonable, pasar una noche en él "suele costar unos 160 euros", indica la Guía Michelin.

Detacada relación 'calidad-precio'

Se trata del Cortijo del Marqués, un precioso enclave interior con vistas a Sierra Nevada y la vega granadina a pocos minutos de la capital que ha demostrado "excelencia en cinco aspectos fundamentales: arquitectura y diseño interior, calidad y consistencia del servicio, personalidad y carácter general, una contribución significativa al entorno o vecindario, y una destacada relación calidad-precio", indica la Guía Michelin al explicar el criterio de entrega de una Llave Michelin.

De los secretos mejor guardados del Sur de España

No en vano, la Guía lo reseña como "uno de los secretos mejor guardados del sur de España y la ocasión de disfrutar de una discreta y exclusiva escapada".

Sobre el hotel de Albolote, reseñan que "la idea de abrir un hotel en una residencia de campo quizá no esté tan arraigada en España como en Reino Unido o en Francia, pero el Cortijo del Marqués es la mejor prueba de que nada impide hacerlo y hacerlo además al más alto nivel".

Un hermoso cortijo andaluz de piedra

Un hermoso cortijo andaluz de piedra, "con todo el encanto de lo antiguo" aunque restaurado con "gran acierto", sostienen cuando explican que, por otro lado, ese espíritu clásico se acentúa con el tamaño del inmueble: "el cortijo cuenta con tan sólo quince estancias, todas ellas diferentes entre sí y acondicionadas, unas veces en la casa principal, otras en el granero, la cuadra o el silo. Las instalaciones, acordes con la pequeña escala del lugar, se limitan a una piscina exterior rodeada de tumbonas y un restaurante en el que degustar una cena de tres platos elaborada con ingredientes frescos de la región".