Los juglares van a la escuela

Dos músicos recuperan en unos talleres infantiles sones e instrumentos tradicionales

Talleres. Los músicos Xuan Sastre y Gustavo Reyes, vestidos de juglares. Se emplean instrumentos tradicionales. / FOTOS CEDIDAS POR MARI CARMEN VALVERDE
A. Asensio

Granada, 30 de enero 2017 - 02:41

Los juglares también van a extraescolares. Dos músicos, Gustavo Reyes y Xuan Sastre, tocados con sus galas de trovadores, son los pilotos de un extraordinario viaje en el tiempo que, cada semana, tiene como pasajeros a una quincena de alumnos del colegio público Abencerrajes de la capital granadina y a sus familias. Su intención es mantener con vida canciones y sones históricos e instrumentos tradicionales, y lo hacen, tambor y gaita en ristre, con vocación e intención de enseñar y divertir.

"La idea surgió para llenar un vacío. Teníamos la necesidad de fomentar en los más pequeños la música, pero también queríamos una actividad en la que participaran las familias", explica Mercedes Alonso, madre y miembro de la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) Nazaríes. Gustavo Reyes, en su doble faceta de padre y músico, contaba desde hace tres años con un proyecto para llevar a cabo una actividad didáctica en la que la música tradicional sirviera como vehículo para transmitir cultura en estos tiempos de whatsapp y tablets. Aquel proyecto fue reformulado para dar a luz a unos talleres bautizados como El ritmo como pulso vital educativo. Música en Familia y que desde el primer día colgaron el 'no hay billetes'.

"En 24 horas teníamos el cupo lleno", explica Mercedes. El interés de las familias fue tal que desdoblaron el grupo para atender el mayor número de solicitudes posible. Para poner en marcha la iniciativa, el proyecto contó con financiación de la Diputación de Granada y de la propia Asociación de Familias del CEIP Abencerrajes. Entre noviembre y diciembre se desarrolló la primera fase, con los alumnos más pequeños, y a mediados de febrero finaliza la segunda, en la que han participado los más mayorcitos (de 5 años para arriba) y las familias que han asistido con hermanos.

Las sesiones, de una hora semanal, son un pequeño ejercicio de viaje al pasado, en el que se interpretan unas siete melodías y, entre tonada y tonada, se explica a los chavales aspectos de la vida en la época. "Es curioso cómo las clases terminan siendo multidisciplinares. Sacan una época y entre todos aportamos" aspectos que ayudan a los escolares a conocer aquel tiempo. Reyes explica que incluso se han incorporado elementos de la música romana, como el uso de las tibias o aulos. "Lo que intentamos es que sea divertido", explica el músico, que junto con Sastre, adapta el contenido de las clases a "chaveíllas" de cuatro años y a los papás y a las mamás... "Y no queremos que nadie venga sin ganas".

La dinámica de las clases implica la ejecución de piezas recuperadas, en la línea de arqueología musical en la que trabajan Reyes y Sastre. Los chicos, al mismo tiempo, bailan, hacen pasacalles y siguen el ritmo. Se les explica qué suena, qué instrumento se emplea y cómo, además de músicos, los juglares eran (y son) artistas, capaces de inventar, crear, componer, dibujar...

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