Granada posee un gran legado cultural. Esto hace que se puedan crear distintos centros en los que se exponen aquellos restos y objetos que se han ido encontrando en las distintas expediciones. Por este motivo, en la capital, se puede visitar el museo arqueológico de Granada.

Situado en la Carrera del Darro, por la parte baja del Albaicín, este museo se ubica dentro de la Casa de Castril, que se adquirió en 1917. El museo fue uno de los primeros de España en materia arqueológica, solamente por detrás de Madrid y Barcelona.

En el momento de la creación del Museo Arqueológico, en 1879, los fondos de museo se formaron por los primeros restos que se hallaron en Atarfe pertenecientes a la antigua ciudad emiral-califal de Medina Elvira y otros de distintas épocas, como los hallados en distintas sepulturas tardorromanas de Ventas de Zafarraya, que fueron donados a la Comisión de Monumentos de Granada, que los cedió oficialmente el 3 de Enero de 1880.

Vaso antiguo de la esposición

El visitante puede comprender en la Sala I el lento proceso de la evolución humana y su expansión por nuestra tierra en el Paleolítico, desde el Homo Erectus de Orce al Homo Sapiens Neanderthal de la Cueva de la Carigüela de Piñar, la fauna que convivía con ellos y la industria lítica tallada por estos hombres depredadores que subsistían de la caza, la pesca y la recolección.

En la Sala II se puede ver como el hombre, por medio de la agricultura, conseguida en la "Revolución Neolítica”, pasó de la vida depredadora a la vida productora. Surge en estos momentos la cerámica decorada como las de la Cueva de la Carigüela de Piñar y la Cueva de la Mujer de Alhama y la de los yacimientos al aire libre de La Molaina de Pinos Puente o la Peña de los Gitanos de Montefrío. La industria lítica se transforma en pulimentada aunque convive con la piedra tallada y los instrumentos de hueso.

Grabado en piedra perteneciente a la colección

La etapa del Bronce, que está en la sala III, se caracteriza por la influencia de la cultura del Argar, procedente de la cuenca del Almanzora, en el Bronce Inicial y Pleno, y de la cultura de Cogotas I en el Bronce Final. En la Sala IV se halla la huella de los colonizadores orientales que introdujeron a los pueblos íberos en la cultura mediterránea, aportando el cultivo de la vid y el olivo, la moneda o la escritura. En la Sala V todos esos aspectos están representados, perviviendo hasta el siglo quinto después de Cristo, por el magnífico bronce del Togado del Cortijo de Periate de Piñar.

La Sala VI es una pequeña muestra de la Antigüedad Tardía, en la que se compaginan el desarrollo del cristianismo y el declive del Imperio Romano y se muestra también el nacimiento del reino Visigodo. La rica etapa hispanomusulmana está representada en la Sala VII. En la galería baja del patio se puede hacer un recorrido por la epigrafía romana de la provincia y en la galería alta se exponen una selección de capiteles romanos, visigodos e hispanomusulmanes.