Naturaleza Salvaje: ranking de los Parques Nacionales más atractivos de Europa, según Jetcost
Los usuarios han valorado los mejores parques nacionales del continente y cuatro de ellos se encuentran en España
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Los parques nacionales son áreas naturales protegidas por cada país para preservar la vida silvestre y el medio ambiente natural. Existen más de 500 parques nacionales en Europa, de los que una decena están protegidos por la UNESCO y considerados Patrimonio de la Humanidad. En ellos es posible encontrar picos de granito, bosques interminables de hayas, manantiales subterráneos y cascadas espectaculares, animales salvajes en libertad y silencio abrumador. Son los lugares perfectos para un paseo tranquilo o un reto deportivo... y en los que tomar cientos de fotografías para dar envidia a los amigos.
Los usuarios del potente buscador de vuelos y hoteles www.jetcost.es, en esta ocasión, han valorado los mejores parques nacionales de Europa y cuatro de ellos se encuentran aquí en España, El Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en Galicia, el Parque Nacional de Doñana, en Andalucía, el Parque Nacional del Teide, en las Islas Canarias y el Parque Nacional de los Picos de Europa, en Asturias, Cantabria y Castilla y León.
Estos son los 15 Parques Nacionales más atractivos elegidos por los usuarios de Jetcost.es entre los de toda Europa:
Parque Nacional de Plitvice – Lika (Croacia)
Conocido como el Paraíso del agua, es un conjunto de 16 profundos lagos que cambian cada uno de ellos de color según la hora del día, de un intenso turquesa, a verde menta, gris o azul, comunicados entre sí por bellas cascadas y coquetos arroyos. Al discurrir a través de rocas dolomíticas y calcáreas, las aguas de este parque han creando a lo largo de milenios presas naturales que han dado lugar a la formación de toda una serie de lagos, cavernas y cascadas de gran belleza. Vale la pena visitarlo también en invierno: las cataratas están congeladas en movimiento y los lagos helados adquieren el tono del cielo. Desde 1979 es Patrimonio de la UNESCO.
Parque Nacional de las Islas Atlánticas – Galicia (España)
Compartido por las provincias gallegas de A Coruña y Pontevedra, en el extremo noroeste de España, se encuentra el Parque Nacional marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, en el corazón de las Rías Baixas. En este lugar donde agua dulce y agua salada confluyen se crea un ecosistema único, repleto de vida marina y terrestre. En el medio terrestre destacan los sistemas dunares, los acantilados y los matorrales de tojo y brezo. En el medio marino, con fondos rocosos, son importantes las comunidades de bosques de algas pardas que acogen una gran variedad de seres vivos. Este trío de islas, (Illa de Monteagudo, Illa do Faro y la sureña Illa do San Martiño) que combinan sus playas deslumbrantes y lagunas cristalinas con acantilados escarpados y miradores rocosos están libres de tráfico, lo que enfatiza la sensación de "fin del mundo". Juntas forman un rompeolas que protege la ciudad costera de Vigo de la furia del Atlántico.
Parque Nacional de los Abruzos – Lacio y Molise (Italia)
Resulta sorprendente que a apenas dos horas de Roma pueda encontrarse el oso pardo de Marsican, linces salvajes, lobos de los Apeninos y águilas reales que habitan entre picos de granito y bosques de hayas en valles y prados llenos de nomeolvides, una belleza natural salvaje solo interrumpida por una serie de pueblos dispersos en las cimas de las colinas. Así es el Parque Nacional de los Abruzos, visitado por dos millones de personas al año. Es el más antiguo de Italia y abarca 50.000 hectáreas en el corazón de los Apeninos. Los antiguos hayedos, con árboles de más de 500 años, son Patrimonio Mundial de la UNESCO. Dentro del parque se puede practicar senderismo, equitación, observación de aves, ciclismo de montaña, esquí alpino o de fondo. La red de rutas de senderismo incluye más de 150 senderos con un total de 750 kilómetros.
Parque Nacional de Doñana – Andalucía (España)
Situado en Huelva, Andalucía, el parque de Doñana ocupa la margen derecha del estuario del río Guadalquivir, cerca de su desembocadura en el Atlántico en Sanlúcar de Barrameda. Es notable por la gran variedad de sus biotopos: lagunas, marismas, matorrales, monte bajo mediterráneo y dunas móviles y fijas. Es el hábitat de cinco especies de aves en peligro de extinción, y de algunas especies tan emblemáticas como el lince ibérico y el águila imperial, también en peligro de extinción. La marisma es lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas, lo que la convierte en un ecosistema de altísimo valor ecológico. Entre los variados paisajes que también forman Doñana, destacan el sistema de dunas en movimiento que discurre entre Matalascañas y la desembocadura del Guadalquivir, más de 25 kilómetros de playa virgen y arenas blancas; la duna fósil del Asperillo, con más de 30 metros de altura; o, el acantilado del Asperillo, un espectacular cortado formado por areniscas entre naranja y ocre debido a las aguas ricas en óxido de hierro que manan por los llamados chorritos de la pared.
Parque Nacional Dartmoor – Devon – (Inglaterra)
Páramos salvajes y abiertos y profundos valles fluviales, con una rica historia y una fauna poco común, Dartmoor es un lugar único. Está reconocido como uno de los paisajes más bellos del Reino Unido. El granito es una característica unificadora importante en Dartmoor, ya que forma los tors distintivos de los páramos altos. Entre sus numerosos monumentos prehistóricos se incluyen el Beardown Man de 3,5 metros de altura cerca de Devil's Tor y 5.000 cabañas de piedra. Los senderos para caminar se encuentran entre los mejores de Gran Bretaña.
Parque Nacional da Peneda-Gerês – Norte (Portugal)
En el extremo noroeste de Portugal, entre el Alto Miño y Trás-os-Montes, la Sierra de Peneda, junto con la sierra de Gerês, constituyen la única área protegida portuguesa declarada Parque Nacional. Cuenta con deslumbrantes paisajes entre montañas y presas en las que se crían especies únicas como el caballo salvaje garrano que corre libremente por los montes. Su vegetación es exuberante con distintos tonos de verdes cubre las sierras, destacando un bosque de acebos, único a nivel nacional, y especies endémicas como el lirio de Gerês, que alegra los campos con sus tonos azul-violáceos. Los terrenos, muy montañosos, son cruzados por ríos y riberas que corren rápidamente y se precipitan en cascadas.
Parque Nacional del Valle de Lauterbrunnen - Brena (Suiza)
El valle de Lauterbrunnen en la región de Berna, entre Interlaken y el macizo del Jungfrau, es de una belleza espectacular. Lauterbrunnen combina prácticamente todo lo que hace especial a Suiza. Ahí hay que maravillarse ante los espectáculos naturales que ofrece con los Alpes de fondo, pasear por pueblos de postal, conquistar las rutas de senderismo y de deportes de invierno más bonitas de Suiza, y admirar de cerca el Jungfrau, Patrimonio de la UNESCO. Los riscos tallados por los glaciares se elevan sobre campos verdes llenos de pinos y cabañas de madera. Unas 72 cascadas descienden por estas paredes escarpadas, siendo la más impresionante la cascada de Staubbach. Es tal su belleza, que Goethe y Lord Byron escribieron poemas al ver sus aguas en cascada. Los usuarios de Jetcost.es recomiendan no perderse la cascada de Trummelbach, una masa en espiral de 10 cascadas glaciares que se precipitan a través de la montaña y la única en Europa a la que se puede acceder desde el interior de una montaña.
Parque Nacional de la Selva Negra (Alemania)
Escondido en el suroeste de Alemania, el Parque Nacional de la Selva Negra parece perfecto para un cuento de hadas de los hermanos Grimm. El paisaje natural de la Selva Negra es único, lleno de valles azotados por glaciares, páramos salpicados de brezos, lagos cristalinos y bosques de abetos profundos y oscuros. La diversidad del paisaje se refleja en la variedad de flora y fauna. Los bosques de abetos y hayas dominan el telón de fondo. Una característica especial del parque nacional son las zonas de pasto, llamadas Grinden, en las zonas altas. Se puede caminar o montar en bicicleta y a menudo se oyen y observan pájaros carpinteros y cucos (la región es, de hecho, la cuna del reloj de cuco).
Parque Nacional del Vatnajökull (Islandia)
Este sitio natural de 1.400.000 hectáreas de superficie abarca una región volcánica emblemática de Islandia y es el más grande de Europa. El territorio del parque nacional es espectacular, moldeado por la interacción del fuego y el hielo. El parque del Vatnajökull cuenta con diez volcanes importantes, de los cuales ocho son subglaciares, y entre estos últimos hay dos que figuran entre los más activos de toda Islandia. Gran parte del parque nacional se encuentra por debajo del casquete de hielo del glaciar Vatnajökull, aún así sus paisajes son muy variados y se puede encontrar manantiales geotermales, cañones, montañas cubiertas de nieve, lagunas, volcanes enterrados o cavernas de hielo.
Parque Nacional del Cilento y Vallo di Diano – Campania (Italia)
La región del Cilento alberga un paisaje cultural de excepcional calidad. Desde 1997 es Reserva de la Biosfera y en 2010 fue el primer parque nacional italiano en convertirse en geoparque. Se han registrado alrededor de 1.800 especies de plantas y 25 hábitats. En el parque conviven abedules, abeto blanco y boj. Además, hay 254 de las 319 especies de orquídeas silvestres registradas en toda Europa. El vasto territorio del parque ofrece a las especies animales una gran pluralidad de ambientes por lo que es posible encontrarse con zorros, liebres, ciervos, corzos, jabalíes, martas y diversas variedades de aves.
Parque Nacional del Teide – Islas Canarias (España)
En el corazón de la isla canaria de Tenerife está uno de los Parques Nacionales más visitados de toda Europa. Aquí el auténtico protagonista es el volcán Teide, el “techo” de España, con 3.718 metros de altitud. Esta estructura volcánica se alza a 7.500 metros por encima del fondo del océano, y se estima que es la tercera del mundo por su altura. La nieve casi permanente del pico junto a las coladas de lava que se derraman por sus laderas forma una combinación única. En primavera puede admirarse el maravilloso tajinaste rojo, que puede llegar a medir tres metros de altura y que presenta miles de minúsculas flores de un rojo intenso. Otro tesoro único en el mundo es la violeta del Teide, emblema y orgullo del Parque, que solo se encuentra por encima de los 2.500 m de altitud. En las noches despejadas y sin luna, el parque nacional ofrece, sin duda, uno de los mejores lugares para observar las estrellas en el hemisferio norte.
Parque Nacional de los Dolomitas Bellunesi – Véneto (Italia)
El Parque está situado en el límite sur de la zona de los Dolomitas y representa un sector de los Alpes del Sudeste de considerable y reconocido interés medioambiental, incluye una gran variedad de ambientes: desde las zonas ribereñas del fondo del valle hasta las paredes rocosas de gran altura, pasando por bosques latifoliados, bosques de coníferas, matorrales de gran altitud, pastizales y pedregales. Como toda la cadena de los Dolomitas, el parque es uno de los tesoros mundiales protegidos por la UNESCO. Desde los entornos ribereños del fondo del valle, hasta las paredes rocosas de las alturas, diversas especies vegetales y animales encuentran aquí el hábitat perfecto para su existencia: rebecos, ciervos y corzos, pero también zorros y marmotas, tejones y ardillas, armiños y martas. Los grandes carnívoros son los osos, los linces y los lobos.
Parque Nacional de Écrins (Francia)
Los Alpes franceses se muestran en su máximo esplendor en el segundo parque nacional más grande de Francia, el Parc National des Écrins, un paraíso para caminantes y alpinistas y el punto de enlace entre los Alpes del Sur y los del Norte. Situado entre Gap, Grenoble y Briançon, el macizo debe su renombre a sus 150 cumbres de más de 3.000 metros de altitud. La mejor forma de descubrir los Écrins, un destino de alta montaña soleado durante todo el año, es a pie. Más de 700 km. de senderos señalizados permiten recorrer las cumbres escarpadas, glaciares, vastas praderas alpinas, lagos de montaña y torrentes. Una oportunidad para descubrir magníficos paisajes y una biodiversidad excepcional, con más de 4.000 especies animales y vegetales registradas.
Parque Nacional de los Picos de Europa - Asturias, Cantabria y Castilla y León (España)
Compartido por las provincias de Asturias, Cantabria y León, el Parque Nacional de los Picos de Europa es el ejemplo perfecto del ecosistema atlántico y es uno de los dos primeros parques nacionales de España. Repleto de robledales y hayedos, el Parque toma su nombre de las impresionantes formaciones rocosas que aquí existen. Decenas de senderos para caminatas bien señalizados unen prados, lagos cristalinos, gargantas fluviales y espectaculares picos de piedra caliza que ofrecen un refugio seguro para la vida silvestre como los gatos monteses, osos pardos y lobos ibéricos. Distribuido entre 11 pueblos, Picos de Europa es el único Parque Natural de España habitado, ofreciendo al viajero una experiencia diferenciadora. No hay que perderse el impresionante Picu Urriellu, de 2.519 metros de altitud, también conocido como El Naranjo de Bulnes, un imán para escaladores experimentados que trepan por sus paredes o hacen una caminata hasta su base para disfrutar de las vistas.
Parque Nacional de Durmitor (Montenegro)
Configurado por la acción de los glaciares y surcado por ríos y aguas subterráneas, el Parque Nacional de Durmitor es de una belleza asombrosa. A lo largo del curso del río Tara, que posee las gargantas más profundas de Europa, se extienden tupidos bosques de coníferas con una importante flora endémica y lagos de aguas límpidas. Uno de los puntos destacados es el llamado lago Crno Jezero, el Lago Negro, una laguna de origen glaciar situada a más de 1.400 metros de altura, aunque de negro no tiene nada, ya que, en realidad se trata de dos lagos de aguas transparentes y llamativos tonos esmeralda y turquesa, completamente rodeados de altas montañas y bosques frondosos. Un verdadero paraíso de la naturaleza. Igualmente atractivo es el cañón del río Tara, el más largo de Europa y el segundo más largo del mundo, con 78 kilómetros de longitud y casi 1.000 metros de desnivel en su tramo más profundo. Este accidente natural fue incluido antes que el propio Parque Nacional de Durmitor en la lista UNESCO de Patrimonio de la Humanidad.
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