Este pueblo de Granada es el ‘finisterre’ de la provincia y saltó a la fama por un reality europeo

Finisterre, donde acaba la tierra o límite del mundo conocido. Es el apelativo informal que comparte este pueblo de Granada con el gallego ya que todo el mundo aquí lo conoce por 'estar lejísimos'. Es habitual que un granadino con solera diga "uf, eso está en Polopos", cuando quiere referirse a algo muy lejano, al que es difícil llegar.

La razón de que este bonito y poco conocido pueblo de la Costa de Granada se enmarque en estas coordenadas lejanas del imaginario no está demostrada, aunque cabe pensar que el dicho provenga de su ubicación algo 'recóndita' en el tiempo en el que fraguara el aforismo: 13 kilómetros tierra adentro de la playa, a las faldas de la sierra de La Contraviesa y, a ras de costa, entre Castell de Ferro y La Rábita.

Polopos contiene, además su núcleo, las poblaciones de La Mamola, Castillo de Baños, Haza del Lino, Haza del Trigo y La Guapa, pequeños pueblos alejados entre sí que contienen lo mejor de las esencias tradicionales. Desde la Diputación de Granada señalan que en ellos puede disfrutarse de "gentes amables y laboriosas, playas de aguas limpias así como de un entorno natural que se mantiene bastante virgen".

Sus dos núcleos de costa, con pequeñas y tranquilas playas son La Mamola, población de pescadores y quizás la más popular, y Castillo de Baños situada en una pequeña llanura llamada Puerta de Baños.

Patrimonio histórico

El patrimonio histórico de la zona bien merece una mención, explica la entidad provincial que "destacan las edificaciones de la Torre árabe de Cautor, el Hornabeque de Castillo de Baños, la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario en Polopos y la de la Asunción en La Mamola".

El salto a la fama de Polopos... un reality show holandés

'Het Spaanse Dorp: Polopos' o, traducido, 'El pueblo español: Polopos', catapultó a la fama al pequeño pueblo granadino en 2019. El reality de la televisión holandesa no solo logró que los nacionales pusieran el ojo sobre el municipio, también abrió la senda del turismo y el traslado de muchos europeos hasta sus calles que, en aquel momento contaba con tan solo 60 personas censadas, 1.600 en total contando los vecinos del resto de poblaciones que contiene.

El reality, desde luego, propiciaba que la idea idílica de mudarse a un pequeño pueblo español cobrara enjundia ya que el show trataba precisamente sobre eso: parejas holandesas debían mudarse a Popolos para 'revitalizar' la España vaciada abriendo sus propios negocios y convirtiéndose en unos vecinos más.

El experimento televisivo funcionó. Tanto que el programa que acumuló más de 900.000 espectadores hizo que esta población 'del fin del mundo' granadino recogiera tras la emisión hasta 100 visitas al día, contaba la prensa en aquel año.