Este pequeño pueblo de Granada estuvo 172 años en guerra con Dinamarca... y sin una sola víctima
La contienda entre Huéscar y los daneses duró casi dos siglos porque nadie se acordó de ella
La paz se firmó en 1981 con una escena surrealista que dio la vuelta al mundo: diplomáticos, daneses vestidos de vikingos y mucho vino
Este pueblo de Granada es el ‘finisterre’ de la provincia y saltó a la fama por un reality europeo
Es la guerra más larga de España y, posiblemente, también la más kafkiana. Y se declaró en Granada. Hasta la década de los 80 del siglo pasado los vecinos de Huéscar, ellos solos, estaban en guerra con un país entero y, casi seguro que la mayoría de ellos ni lo sabían. Una localidad de menos de 10.000 habitantes han vivido casi dos siglos en una contienda contra Dinamarca. Un enfrentamiento del que, por cierto, la mayoría de daneses, posiblemente, tampoco tuvieran conocimiento hasta hace pocos años cuando el documental 'La guerra más larga'revivió la historia de una guerra fría, tanto, que estuvo congelada durante 172 años...porque nadie se acordó de ella.
Huéscar declaró la guerra, él solito
El comienzo de este surrealista conflicto llegó a consecuencia de la ocupación napoleónica de España. La Junta Suprema, órgano nacional que gobernaba el país durante la ocupación, cortó relaciones con Dinamarca dado que los nórdicos apoyaban a los franceses y, cuando llegó tal noticia al pequeño pueblo granadino, su Ayuntamiento, ni corto ni perezoso, se lanzó solemne a declararle la guerra a Dinamarca. Un 11 de noviembre de 1809 comenzó la guerra entre oscenses y daneses.
Con el regreso de Fernando VII tras la derrota y expulsión de las tropas napoleónicas, no obstante, esa guerra que jamás cruzó un tiro o levantó una banderola, seguía vigente porque los contendientes se olvidaron de pedir la paz. Y ahí quedó, flotando e ignorado, un enfrentamiento que lo único que derramó en su vida fue la tinta de la declaración de guerra.
Sin muertos ni heridos, solo un 'prisionero'
La guerra tan solemnemente declarada desde el Altiplano granadino, como se ha mencionado, jamás se cobró ninguna baja ni herido, pues ni siquiera se presentó batalla. Aunque sí hubo un 'prisionero', un periodista danés que en aquellos años 80 acudió a Huéscar para indagar sobre el tema, y fue detenido por una pareja de la Policía Local dado el 'estado de guerra', indican fuentes de la localidad. El periodista pisó el calabozo poco tiempo hasta que fuera liberado.
Una paz berlanguiana
En cuanto, en 1981, se descubriera el documento de la declaración de guerra, el Ayuntamiento oscense, tras el choque inicial, acabó, probablemente, pensando en un 'de este año no pasa que se fime la paz'. Y ahí comienza el desenlace de una historia que no pierde ritmo ni tampoco un ápice de surrealismo.
El hecho lo descubrió el historiador Vicente González Barberán que, con posterioridad, escribió el artículo ¡Hay que arreglar lo de Dinamarca!, publicación que dio paso a la firma de la declaración de paz con los nórdicos que tuvo lugar el 11 de noviembre de ese mismo año que contó con la presencia del embajador danés Mogens Wandel-Peterson.
Berlanga en sus mejores momentos no hubiera alcanzado a imaginar la escena: daneses vestidos de vikingos llegados de la Costa del Sol 'tomaron el pueblo' con espadas y escudos, unos vecinos de Huéscar que no sabrían hacía donde mirar, atónitos, y "mucho vino", cuentan las crónicas. Un periódico de Lima fue uno de los publicó la noticia que dio la vuelta al mundo. En su información sobre el armisticio, tras la firma del tratado de paz en Huéscar, publicaron que las partes recorrieron "las calles del pueblo, engalanado con un ambiente de fiesta".
Las 'dos europas'
Dos años más tarde, la firma culminó con hermanamiento entre Huéscar y el pueblo nórdico de Kolding. Y, con ello, dos viajes a sendos países que representaron vivamente aquello del Norte y el Sur o las 'dos europas'. Los nórdicos invitaron a los oscenses a una gran cena de gala en un castillo mientras que, los granadinos, con mayor gracia y acierto para los festejos, hicieron coincidir la visita de los del Norte de Europa con las fiestas del pueblo, en mayo, con la consecuente verbena, vino y comida durante días.
Calles, documental y un cómic
Esta historia por curiosa y exótica, ha propiciado en época reciente la creación de dos obras artísticas que la recuerdan, un documental y un cómic. La guerra más larga es un documental de 2022 del director Jorge Rivera y el guionista Jaime Noguera, rodado a caballo entre Dinamarca y Huéscar.
Un año más tarde el guionista Román López-Cabrera publicó el cómic ¡Hay que arreglar lo de Dinamarca! que contó con los dibujos Marina Armengol.
En Huéscar, además, hay dos calles que recuerdan toda esta historia, como son la calle Kolding y la Dinamarca. Otra de las consecuencias de este curioso y bonito hermanamiento han sido los intercambios de estudiantes entre alumnos del Instituto La Sagra y los de Kolding.
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