El restaurante de "la Toscana granadina" que nació para acoger a la 'jet set' de los 90
Ahora, con un nuevo dueño, ha vuelto a merecer la mención de una de las revistas más reconocidas en el mundo de los viajes
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Nació como refugio de la incipiente jet set que gobernaba las tierras marbellíes a finales de los 80 y los 90 del siglo pasado. Ya desde su nacimiento su 'espíritu' exclusivo estaba marcado a fuego y, más de 30 años después, sigue siendo un restaurante y hotel destinado a un reducido número de bolsillos.
Su fama trasciende gracias a quienes han tenido la oportunidad de comer o alojarse en él y, ahora, recién llegado a manos de un nuevo dueño, ha vuelto a merecer la mención de una de las revistas más reconocidas en el mundo de los viajes de alto copete, Condé Nast Traveler.
En su regreso a tierras granadinas, la publicación se ha fijado en lo que han dado a llamar "la campiña" de Granada y, en concreto, en un recinto hotelero que destaca no solo por su nivel, también por el restaurante que acoge en su seno, La Finca.
Hablamos del Hotel La Bobadilla, recientemente adquirido al grupo Barceló por parte de Único Hotels. Y, aunque la pieza de la revista se centra en su parte gourmet, a cargo de La Finca, no deja de reseñar una historia que comienza en 1984, con la apertura del restaurante que dado su éxito propició la apertura de "un hotel inspirado en todos esos pueblitos blancos del sur en el que poder alojar a todos los comensales llegados de los rincones más variopintos del mundo".
Referente culinario con Estrella Michelin
En cuanto a lo gastronómico, Traveler recuerda la mayor referencia de la Finca, su Estrella Michelin ganada el pasado 2022, también la primera de la provincia, que el reportaje tilda como un "final feliz para una carrera de fondo que había arrancado apenas un año antes, cuando La Bobadilla decidió contar con el asesoramiento del gran Pablo González –La Cabaña Buenavista, Murcia, 2 estrellas Michelin– y Adrián Costa, su mano derecha, quienes, junto a Fernando Arjona, chef de La Finca y malagueño de pro, marcaron la nueva dirección de este mito de la hostelería".
En "plena Toscana granadina", dicen, La Finca no solo ofrece un servicio y trato exquisito, también hacen referencia especial al "producto que protagoniza su menú degustación". Así, destaca la autora el "ajoblanco de aguacate, habitas con jamón y puntilla, un gazpachuelo malagueño de azahar y quisquillas de Motril o una olla de San Antón y boquerones en vinagre" y también deja hueco para los detalles de calidad como "los panes o la mantequilla de Échiré o el aceite hojiblanca".
400 kilómetros de quesos andaluces
Antes de los postres, reseñan, La Finca propone un viaje por Andalucía en forma de queso: "400 kilómetros que recorren las provincias de Cádiz, Málaga y Granada y que quedan sintetizados en un carrito de quesos con estos orígenes entre los que cada comensal debe escoger los tres a probar".
En el menú dejan espacio para un guiño final a la Costa Tropical y sus frutas así como "el último espectáculo" que se sirve junto al café: los chocolates bean to bar, "un poco de Uganda, Indonesia y Brasil para dar por terminada la velada con el mayor de los éxitos".
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